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viernes, 12 de febrero de 2010

Feliz Cumpleaños Darwin!

El 12 de febrero se conmemora el Día de Darwin, en honor al nacimiento del insigne naturalista que revolucionó la biología y también la filosofía.

Fue hace 201 años que nació Darwin y fue necesario que pasaran cincuenta años más, y que transcurriera un gran viaje alrededor del globo, para que Charles Darwin publicara "El Origen de las Especies". En esta obra Darwin resolvió la incognita de la causa de las adaptaciones de las especies, del origen de nuevas especies, y propuso para las anteriores el mecanismo de la selección natural. Colateralmente, la explicación racionalista de Darwin, eliminó la necesidad de explicaciones sobrenaturales para entender la diversidad de la vida.

Tengo en este momento dos libros geniales que para este día quisiera recomendar: "La Peligrosa idea de Darwin" de Daniel C. Dennett, y "La herencia de Darwin" de Chris Buskes. Ambos de filósofos de la ciencia, que se dedican a analizar el impacto de la teoría del naturalista británico.

Dice Buskes:

"...no cabe duda de que, con su libro, Darwin provocó un terremoto conceptual sin precedentes en la historia de la ciencia. Más aún que Copérnico, Galileo, Newton y Einstein, Darwin cambió de forma radical e irreversible la visión que tenemos de nosotros mismos y de nuestro mundo. La teoría de la evolución es un hito irrefutable: es uno de de los mayores logros intelectuales de la humanidad. Este tipo de revoluciones científicas se caracterizan porque reúnen ámbitos de investigación que estaban separados, suscitan innumerables preguntas y, de repentes, iluminan el mundo con una luz nueva e hiriente. Estas características pueden aplicarse -en creciente medida- a la teoría de la evolución. Al fin y al cabo, el revolucionario descubrimiento de Darwin condujo a una manera de pensar totalmente nueva, cuyas múltiples implicaciones empezamos a comprender solo ahora. Posiblemente la implicación científica más importante sea que podemos explicar el desarrollo de la vida y el origen del ser humano sin tener que recurrir a lo sobrenatural.

En cierto sentido, Darwin puiso el mundo patas arriba. Durante cerca más de 2 mil años, el hombre habís creido que un ser superior había crado la vida en la Tierra. a fin de cuentas, la estructura y el funcionamiento de los miembros, los órganos y los sentidos parecen delatar un plan claramente premeditado. Todo esto apunta en dirección a un creador, un artesano sobrenatural. este punto de vista es expresado en el llamado argumento del diseño, el argument from design, según el cual todo diseño complejo presupone la existencia de un diseñador inteligente. Sin duda, este argumento tiene algunos puntos a su favor, pues los objetos complejos y funcionales no suelen a parecer espontáneamente o sin objetivo alguno. Pongamos, por ejemplo, un reloj, un ordenador o un jumbo. Estos artefactos han sido fabricados por ingenieros, diseñadores y otras lumbreras. Delatan inteligencia. Y lo mismo tiene que ser válido -en mayor medida- para los seres vivos, pues un insecto cualquiera es mucho más complejo que el más moderno de los ordenadores o la lanzadera espacial. En resumidas cuentas, si examinamos la funcionalidad y complejidad de los seres vivos, resulta dificil no imaginar que alguien lo haya diseñado todo deliberadamente. Por ello, durante mucho tiempo no hubo motivo para poner en duda la creación de la vida. Durante más de dos milenios, el ser humano vio en todas las cosas la hábil mano de un ingenio divino.

Sólo desde Darwin disponemos de una explicación científica de la portentosa complejidad y funcionalidad de la vida. La vida no brota de lo "superior" sino de lo "inferior": todos los organismos que hay en nuestro planeta proceden de moléculas orgánicas y seres unicelulares primitivos que surgieron de los océanos hace más o menos 4 mil millones de años. a nivel genético, se ha descubierto que los organismos más dispares están emparentados entre si. Por ejemplo, todos los vertebrados, e incluso los insectos, están equipados con los mismos genes reguladores elementales que controlan el desarrollo embrionario del ser humano. Desde el punto de vista genético, el ser humano se diferencia tan sólo una fracción de sus parientes más cercanos: el chimpancé y el bonobo. La prueba científica del origen común y de la evolución de la vida es tan abrumadora. El mecanismo científico que descubrió Darwin -la selección natural- parece capaz de simular el diseño inteligente.

La revolución conceptual provocada por Darwin constituye un buen ejemplo de lo que el epistemólogo norteamericano Thomas Khun llama "cambio de paradigma". Según Khun, la historia de la ciencia se ha caracterizado por algunas revoluciones conceptuales radicales en las que un paradigma -es decir, una visión del mundo- es sustituida por otro. el ejemplo clásico es la revolución copernicana en la astronomía. Para desconcierto de sus contemporáneos, Copérnico postuló que el sol, y no la Tierra, se hallaban en el centro del universo. Según Khun, después de un cambio de paradigma, los científicos llegan a otro mundo: de pronto una luz diferente ilumina los hechos. Y esto es lo que sucede con el paradigma que nos entregó Darwin. antes de Darwin, los naturalistas veían por doquier la mano de un creador. Después de Darwin vemos la eficacia de la selección natural."

(Para una mayor comprensión del trabajo de Darwin, invitamos a leer el "Darwin: El genio de los orígenes" publicado en Sindioses.org en la sección "Ciencias de los Orígenes")

No resta más que decir: Feliz Cumpleaños Darwin!

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