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martes, 29 de junio de 2010

Grupo universitario cristiano homófobo puesto a decidir

La homofobia religiosa es una fuerza poderosa contra la materialización de la igualdad de gays y lesbianas en todo el mundo. En los Estados Unidos el Tribunal Supremo le pidió a la agrupación Christian Legal Society, un grupo universitario del derecho, que escoja entre admitir estudiantes gay o dejar de recibir recursos del Estado ya que el gobierno no puede patrocinar una organización que discrimine a algún sector de la ciudadanía.


Los grupos religiosos universitarios de EE UU no podrán rechazar la entrada a los gays

En caso contrario, estas asociaciones estudiantiles dejarán de recibir dinero público

Los grupos religiosos de estudiantes que reciban financiación de las universidades estadounidenses no pueden negar la admisión de jóvenes homosexuales. Así lo ha decidido hoy el Tribunal Supremo de Estados Unidos, fallando en contra de la Sociedad Jurídica Cristiana de una facultad de Derecho de San Francisco de la Universidad de California, pública, que había pedido amparo después de que el rectorado le forzara a abrir sus puertas a jóvenes gays a riesgo de perder cualquier fondo institucional.

La mencionada sociedad (CLS, por sus siglas en inglés) es un grupo nacional de estudiantes, abogados y jueces cristianos fundado en 1961 y con ramificaciones en 165 facultades de Derecho de EE UU. Sus miembros se rigen por unos mandatos religiosos como los que siguen: "Creo en un solo Dios, eternamente existente en tres personas: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Creo en Dios padre todopoderoso, creador del cielo y de la tierra. El Espíritu Santo acomete una obra de regeneración". Estos principios religiosos rigen sus estudios y su trabajo.

En sus filas hay católicos y protestantes. Se acepta a cualquier miembro que se considere cristiano, lo que se aplica también a los mormones. Cuando un miembro se adscribe, debe firmar un documento en el que rechaza "la participación impenitente en o en defensa de estilos de vida sexualmente inmorales". En sus estatutos prohíbe la entrada a aquellos que cometan "fornicación, adulterio y homosexualidad".

El rectorado de la universidad les exigió que eliminaran esas exigencias si querían obtener reconocimiento oficial y, en consecuencia, recibir financiación pública.

En el Supremo, el juez John Paul Stevens, que abandona su sillón este mismo año, ha lanzado una pregunta que expresa la opinión de la mayoría: "¿Y qué sucedería si su creencia fuera que los afroamericanos son inferiores?". La máxima instancia judicial del país prohíbe, por lo tanto, que se impongan esos estrictos límites en la vida académica de una universidad pública. La votación ha sido, sin embargo, muy ajustada: cinco votos contra cuatro. El juez moderado Anthony Kennedy se ha alineado con los progresistas en este caso.

"Al requerirle a CLS -como a otras asociaciones- que elija entre aceptar a todos los estudiantes y ser desprovista de los beneficios de un reconocimiento oficial, consideramos que [la universidad] no ha violado sus limitaciones constitucionales", ha dicho la juez Ruth Bader Ginsburg.

¿Y usted qué opina?

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