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miércoles, 7 de julio de 2010

Iglesia Católica afirma que las parejas gay son 30 veces más violentas

A medida que se van desarrollando los debates sobre el matrimonio del mismo sexo en el Congreso de la Nación, la Iglesia Católica argentina se encuentra desesperada. Más compostura mostró la ICAR cuando Napoleón tomó preso al Papa Pío VI en 1798.

En esta ocasión el obispo auxiliar de La Plata, monseñor Antonio Marino se pronunció nuevamente en contra de la unión entre personas del mismo sexo y lo justificó diciendo que se trata de uniones "30 veces más violentas" que las heterosexuales y que se caracterizan por no ser permanentes ya que "tienen hasta 500 parejas en toda la vida"

Señor Marino, ¿cómo sabe que son más violentas? ¿y cómo sabe que son 30 veces más violentas y no 5 o 15 veces? ¿Cómo puede generalizar que tienen hasta 500 parejas?

De seguro hay muchas personas promiscuas, tanto homosexuales y heterosexuales, pero con seguridad los gays y lesbianas que quieran acceder al matrimonio contraen las mismas responsabilidades de fidelidad que un matrimonio heterosexual. Y eso justamente es lo que muchas parejas homosexuales, libremente, desean hacer.

Quizás el estudio le debe provenir de alguna pía investigación archivada en la Bibliteca del Vaticano. Quizás hecha por el Papa Alejandro VI, quien tuvo sexo con su propia hija, Lucrecia Borgia, o quizás del Papa Pablo VI (el mismo de la encíclica Humanae Vitae) de quien se decía que gustaba de los prostitutos romanos llamados "le marchette". A lo mejor logró hacer rendir los efímeros ingresos de la ICAR para pagar los 500 compañeros sexuales y comprobar así el dato. O quizás algún estudio remoto hecho por Julio III, mientras tenía de compañero a un jovencito de 15 años al que luego hizo cardenal. Dinos Marino, ¿cuál es tu fuente?

Con seguridad lo anterior debió sonar vengativo, pero preguntémonos ¿que autoridad moral tiene la Iglesia para hablar de sexualidad, cuándo de entrada la consideran sucia y pecaminosa, pero a pesar de lo anterior no han dado ejemplo precisamente de decencia tras los cientos de casos de abuso sexual en todo el mundo cristiano?

Dejar que un sacerdote católico nos diga lo que es correcto en materia sexual es igual a poner a una anoréxica a que nos hable de como debe ser una adecuada alimentación.

¿Y usted qué opina?

1 comentario:

  1. Es une vergüenza lo de la ICAR y su Monseñor Antonio Marino. Primero le exigieron que presente sus fuentes y se encontraron de que estaba de viaje. Ahora salieron a desmentir esos dichos, aduciendo un error durante la edición de la nota. Triste es leer los comentarios de "creyentes" a la versión de la nota que salió publicada en el diario La Nación utilizándola como si fuera un paper de divulgación científica.

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