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domingo, 6 de marzo de 2011

Frente a la propuesta de la ICAR en Colombia... ¡que hablen las mujeres!

Tras la propuesta de la Iglesia Católica, junto con el Partido Conservador de impulsar la modificación de un artículo de la Constitución para prohibir el aborto en los casos en los que es legal, y también la eutanasia, se han levantado voces que piden incluir a las mujeres en esta discusión y que recuerdan anteriores andadas prohibicionistas de la Iglesia.

Les comparto un ensayo de Nicolás Rodríguez, publicado en el diario colombiano El Espectador

Que hablen las mujeres

Sobre el protestantismo puede leerse en el diario de monseñor Miguel Ángel Builes, el 21 de diciembre de 1948, este deseo de poca paz y ningún amor: "Pediré al Directorio de Educación que prohíba la apertura del mil veces maldito colegio protestante proyectado en Segovia para principios del año entrante".

Se dirá que Builes, quien también la agarró contra liberales, negros, masones y hasta cineastas (consideraba el cine “un mal social”) es un ejemplo perverso, un caso estratégico con el que lo que se busca es atacar a la iglesia recordando los cantos de guerra de una de sus ovejas más descarriadas.

Y puede que sí. Pese a que el pacto de perdón y olvido que le puso final a la época de la Violencia[*] (y sus 300 000 muertos) impidió que se le hiciera un juicio de responsabilidades a la iglesia, también es cierto que no todos los curas se acogieron al belicoso dictamen de que “no hay paz con los impíos”. El radicalismo de Builes, aunque hegemónico, no era necesariamente el reflejo de lo que pensaba toda la iglesia.

E igual, muchos años después, la intransigencia continúa. Hoy por hoy la doctrina católica se ensaña de nuevo, como siempre, con las mujeres, tema sobre el que pueden encontrarse en cualquier página electrónica con citas bíblicas patéticas disertaciones sobre si la sumisión es, en definitiva, una forma de discriminación. Ya lo dice el texto sagrado: "Pero quiero que sepáis que Cristo es cabeza de todo varón, y el varón es cabeza de la mujer”.

Por ello no extraña que de Builes pasemos, ahora, a Monseñor Juan Vicente Córdoba, quien ya anunció la conformación de una coalición de credos (qué dirán los protestantes) para recabar firmas e impulsar un proyecto de ley que en defensa de la vida modifique la constitución. Ahí en donde dice “la vida de todo colombiano es inviolable, no habrá pena de muerte” quieren un “la vida es inviolable desde la concepción hasta la muerte”.

Porque el aborto es un asesinato (y la eutanasia también, supongo), o esa fue, por lo menos, la explicación que dio el presidente del partido conservador, José Darío Salazar, con una lógica del tipo “cualquier madre daría la vida por su hijo”. Pero claro, Salazar, o el presidente de la Conferencia Episcopal, no pueden parir. ¿O sí? Tampoco lo hizo Builes ni lo puede hacer, que se sepa, el Procurador, a quien se le escuchó decir, de paso, que el aborto es un delito de lesa humanidad.

Ante tanto despropósito sería oportuno que los hombres guardásemos silencio y que la iglesia, que tiene infinitas cuentas pendientes con la justicia (y con la historia), les devolviese la voz a las mujeres.

Nota:
[*] El período denóminado "La violencia" es una época de la historia de Colombia comprendido entre 1948 y 1960, en el que hubo luchas entre el Partido Conservador y el Partido Liberal. La Iglesia Católica se puso de parte de los liberales.

¿Y usted qué piensa?

1 comentario:

  1. En el parrafo donde se menciona que fue la epoca de "La Violencia" hay una impresicion y es que la iglesia catolica se puso de parte de los conservadores mas no de los liberales, tan era asi que los sacerdotes en los pulpitos aseguraban que matar a un liberal no era pecado mientras que matar a un conservador era un pecado mortal que se pagaba con el infierno

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