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martes, 19 de febrero de 2013

En memoria de Giordano Bruno y en contra de la Iglesia Católica


En el Aniversario número 413 de la muerte de Giordano Bruno en manos de la Iglesia Católica los ateos de Bogotá se reunieron en un plantón y una breve marcha que recordó que esta iglesia sigue persiguiendo las libertades individuales.

Así narró el diario El Espectador la noticia del plantón el sábado 16 de febrero:


Antes de morir como hereje en Roma, Giordano Bruno —filósofo, astrónomo y poeta— escribió: “Mucho he luchado. Creía que sería capaz de salir vencedor (...). Y tanto el destino como la naturaleza reprimieron mi celo y mi fortaleza (...). No obstante, había algo en mí que yo era capaz de hacer y que ningún siglo futuro negará me pertenece: no haber temido morir, no haberme inclinado ante mi igual y haber preferido una muerte valerosa a una vida sumisa”. 

La mañana del 19 de febrero del año 1600, encadenado y con grilletes, Bruno fue llevado al Campo dei Fiori donde por orden de la Inquisición de la Iglesia católica la hoguera consumió su cuerpo, aunque sus ideas remontaron el tiempo y viajaron por el mundo. 

Tanto que mañana en Bogotá, cuando se cumple un aniversario más de la muerte de Bruno, a las dos de la tarde, en el parque que lleva el nombre de este pensador está programado un plantón —dicen sus organizadores— por la defensa de las libertades individuales. Se trata de una manifestación en contra de la doctrina de la Iglesia y del procurador general, Alejandro Ordóñez, por oponerse férreamente al proyecto de ley de matrimonio igualitario, al de eutanasia y a la inclusión del misoprostol en el POS, como un medicamento que permite el aborto en los tres casos que avaló la Corte Constitucional: peligro de muerte de la madre, deformación del feto y violación. 

El evento lo organiza la Asociación de Ateos de Bogotá, que tiene cerca de dos mil seguidores virtuales en las redes sociales. Ellos señalan sin titubeos que es necesario que el Estado y las iglesias estén realmente separados. Por eso critican duramente al procurador general Alejandro Ordóñez y lo consideran “un inquisidor moderno”, por “no separar sus convicciones religiosas de su función pública en el Ministerio Público”, y por “arremeter” contra los derechos sexuales y reproductivos, instalando un oratorio de la fe católica en la Procuraduría. 

También critican que el procurador haya estampado su firma en un comunicado del Ministerio Público para pedir la anulación del fallo de la Corte Constitucional que ordena que el Gobierno llegue a los colegios con discursos sobre derechos y deberes en materia sexual. Los ateos no olvidan tampoco que Ordóñez creó un grupo especial para hacer control previo a la Clínica de la Mujer de Medellín, porque le dijeron que tenía como fin practicar abortos. 

Esta pelea contra el procurador no es de ahora. El 27 de noviembre del año pasado, justo en la época en que se conoció la reelección del funcionario, la Asociación de Ateos de Bogotá le pidió a través de un derecho de petición que repusiera los libros de filosofía y educación sexual que supuestamente había sacado de la Biblioteca Gabriel Turbay en Bucaramanga a mediados de 1982 y quemado en un parque cercano, de acuerdo con la denuncia que hizo al respecto el periodista Daniel Coronell, en una columna del 1º de noviembre de 2008. El episodio fue recordado por otros columnistas, como Daniel Samper Ospina, pero Ordóñez nunca se refirió al caso. 

La respuesta del Ministerio Público llegó en diciembre, señalando la improcedencia del recurso al no estar enmarcada en el período de Ordóñez como procurador general y al decir que esa historia, que en Bucaramanga —su tierra natal— más de uno cuenta, es un episodio que nunca se logró comprobar. 

A esta vieja polémica se suman las voces de quienes creen que la religión en nada ha impedido ni viciado el ejercicio público del Procurador, como lo han dicho el alcalde de Bogotá, Gustavo Petro, o el jurista Rafael Nieto Navia, quien fue magistrado de la Corte Internacional de Justicia con sede en La Haya. El mismo procurador Ordóñez ha reclamado en reiteradas ocasiones que “no hay inhabilidad ética ni constitucional por las convicciones”. 

Lo cierto es que nadie se equivoca si dice que el procurador es el más grande y poderoso aliado que tiene la Iglesia católica en el escenario político, aún más cuando hoy suena entre los presidenciables. Y esto, a la vista de su batalla contra la eutanasia, el aborto y los derechos de los homosexuales, no tiene que ver solamente con que rece sus oraciones a la más tradicional y vieja usanza: en latín.

Y el plantón se llevó a cabo

Aquí les comparto algunas fotografías del evento















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