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martes, 23 de febrero de 2016

El colegio público donde era un logro "aceptar a Jesús como su salvador personal"

Acepta a Jesús como su salvador personal. Ese era el logro para la clase de religión para grado tercero en el Colegio Damaso Zapata de la ciudad de Bucaramanga en Colombia.

La clase había sido confesional, orientada hacía la religión católica, tal como ocurre en cientos de colegios públicos, a pesar que Colombia pasó de ser una nación oficialmente católica a ser un Estado laico en 1991.

Ejemplo de los logros de religión en el colegio
Dàmaso Zapata
Sin embargo, en el año 2015 un joven de grado sexto decidió no tomar la clase de religión. El joven Cristian, desde más chico había recibido de su padre una formación que lo acercaba a la ciencia. Los vídeos de astronomía, paleontología y ecología era lo que le gustaba y aún le gusta. Por eso se sentía cada vez más incómodo con las clases de religión y en general en todas las clases donde antes de iniciar se debía ponerse de pie y hacer rezos.

Su colegio, reconocido en la ciudad por su calidad técnica, mantenía un fuerte sesgo católico por haber sido en el pasado administrado por una orden religiosa. "Identifica los sacramentos como presencia viva de Dios aplicados a la vida de los hombres" dice el logro de la asignatura de religión para grado cuarto de primaria. Poco importa que en ese instituto estudien niños de familias evangélicas, hare Krisna o ateas. Todos deben identificar los sacramentos católicos como la presencia viva del Dios enseñado por el catecismo para aprobar el año. Otro logro era "aceptar a Jesucristo como su salvador".

Cristian decidió no entrar a clases de religión en el año 2015. Según las clases impartidas por el primer maestro que dirigió la asignatura, era necesario rehuir a todas las explicaciones que sacaran a dios de la explicación de los orígenes.

La siguiente fotografía es del cuaderno de religión de un compañero de Cristian. En el se habla del libro del Mundo de Sofía. El maestro califica como correcta la respuesta de que las preguntas escépticas no son buenas o deseables.

También en el cuaderno se puede ver que el maestro califica como correcta la respuesta de que el ser humano fue producto de un acto de creación. Muy desactualizado el maestro para ser católico. Cabe mencionar una vez más que se está hablando de un colegio público.

El año transcurrió y el profesorado no tomó en serio el rechazo de Cristian a la religión. En Colombia, como en la mayor parte de Latinoamérica, el ateo y el agnóstico es visto como un bicho raro.

Su padre presentó un derecho de petición y posteriormente una acción de tutela. En la ley colombiana la religión es una asignatura obligatoria. No obstante, los padres pueden optar por no maricular a sus hijos a clase de religión, y los colegios a tener en su PEI (Proyecto Educativo Institucional) un plan alterno para esos casos. Nada de esto se conoce y mucho menos se aplica.  

Llegó el fin del año escolar, que en Colombia se da por noviembre, y Cristian fue llamada a habilitar la asignatura. La habilitación es un examen de rescate que en caso de perderse da como resultado la perdida del año escolar.

Sin embargo, para finales de año, el docente creacionista ya no orientaba la asignatura, y la responsabilidad cayó en una docente que empezó a presentar todas las religiones pidiendo identificar sus símbolos, libros sagrados, fundadores y demás. Era la primera vez que los estudiantes escuchaban de otras religiones, o por lo menos para no escuchar que eran falsas comparadas con el catolicismo.

Pocos días antes de la habilitación de Cristian, su padre viajó a la capital colombiana ya que la ONG Bogotá Atea junto con la congresista Angélica Lozano organizaron la primera audiencia pública sobre laicismo y libertad religiosa. Curiosamente, el representante del Ministerio de Educación no hizo presencia.

Finalmente Cristian presentó la habilitación de religión, estudió los puntos de cultura general y repasó algunas cosas de la historia del cristianismo. He aquí el examen presentado por Cristian.


Cristian pasó su habilitación. Pero, según se nos ha informado el colegio no ha desarrollado el plan alterno que contempla el decreto 4500 de 2006 y hace aún poner de pie a los niños para rezar al dios cristiano sin tener en cuenta que es un colegio público en un estado laico.




La historia de este colegio no es única en el país. Según conoció Bogotá Atea y la AAB en el colegio departamental de Zipacón, un pueblo a 50 Km. de Bogotá, las directivas de la institución no vieron problema en llevar a todos los estudiantes a la iglesia católica del lugar para ser marcados con la cruz el miércoles de ceniza, sin haber consultado a sus padres. La presunta explicación dada por el rector es que el colegio es de naturaleza católica. ¡Craso error! Todas las instituciones del Estado deben ser neutrales y no favorecer a un credo por encima de otro.

Estaremos atentos para informarles.  

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