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miércoles, 31 de agosto de 2016

Santa Rosa de Lima: Un caso de psicosis

Santa Rosa de Lima, la primera Santa de América, es objeto de gran devoción en Perú. Su fiesta se celebró ayer 30 de agosto. Pero, la historia de esta "santa" revela la ignorancia de un pueblo frente a las enfermedades mentales, pues la llamada patrona de América, las Filipinas y de Perú es un claro caso de psicosis.

Su verdadero nombre fue Isabel Flores de Oliva. Nació en Lima el 20 de abril de 1586 y fue bautizada el 25 de mayo de ese mismo año. Su abuela era indígena y se narra que la chica era muy bella.

Recibió una "esmerada educación" que tristemente era religiosa en gran manera. Sus años de infancia y adolescencia los pasó cerca de una mina. No se sabe mucho de su vida en ese período, pero muchos psiquiatras concuerdan que Isabel Florez debió haber sido víctima de abuso sexual y/o psicológico en sus tempranos años que le llevarían a desarrollar una psoterior enfermedad mental en la que el odio al cuerpo estaba siempre presente. La enfermedad mental de Isabel empezó a manifestarse cerca de los veinte años.

Su fanatismo religioso la llevó a a hacer un voto de virginidad. Hasta allí no había nada que fuera diferente a miles de monjas, pero pronto vino el daño a su propio cuerpo. Conscientemente Isabel empezó restregarse la piel con pimienta para desfigurarse. En una ocasión, su madre le puso una corona de flores en la cabeza para lucirla ante unas visitas. La santa entonces decidió que tal vanidad debía ser castigada por lo que se clavó una corona de flores con espinas para hacer "penitencia" por tal "pecado".

En otra ocasión una mujer le hizo un comentario halagador por la suavidad de sus manos y la finura de sus dedos. Acto seguido se talló las manos con barro. El odio al cuerpo propio, a la feminidad, a esta vida, tan propia del catolicismo. hizo mella en la mente de Rosa y se manifestó en su enfermedad. Rosa realizaba intensos ayunos y pasaba las noches en vela haciendo oración.

Pero sus agotadores ayunos no le parecían poco. Se mortificaba con una cinta de plata alrededor de su cabeza, cuyo interior estaba lleno de puntas. Según ella estaba compartiendo los sufrimientos de Jesús cuando le pusieron la corona de espinas.

El 10 de agosto de 1606 ingresó como Terciaria en la Orden de Santo Domingo, tras rechazar los intentos de sus padres por casarla. Luego, con la ayuda de su hermano (!!!) construyó en el huerto una ermita en la que se internaba a torturarse y decía tener visiones.

Luego salia a atender a enfermos y esclavos. Esclavos que nunca recibieron por parte de la Iglesia un pronunciamiento en contra de la práctica de la esclavitud. Pero eso es tema de otro escrito.

La sociedad de la época, imbuida en el catolicismo, veía los extraños comportamientos de Rosa de Lima (ya en el convento había adoptado por el nombre de Rosa) como algo admirable. 

En 1615, un grupo de piratas, comandados por el holandés Joris Spilbergen, amenazaron el Virreinato del Perú. Al enterarse de la cercanía del ataque Rosa y otras mujeres corrieron a la iglesia para proteger con su cuerpo la custodia, el receptor de las ostias. Spielbergen era calvinista y las mujeres católicas temían que el hereje fuera a profanar las galletitas, que en su pensar, creían era el cuerpo de Cristo.

Spileberg no atacó a Lima y los peruanos declararon que se trataba de un milagro efectuado por Rosa. La verdad es que  Lima se salvó ese martes 21 de julio de 1615 por las siguientes razones (según Arturo Gómez):

- En el Combate de Cerro Azul Spilbergen perdió un barco y las otras cinco quedaron muy maltrechas.
- En el mismo combate, el corsario holandés perdió a la cuarta parte de sus hombres.
- Cuando Spilbergen llegó al Callao y ordenó el desembarco sus lanchas fueron bombardeadas por un cañón que protegía el puerto.
- Spilbergen solo contaba con 300 hombres, y no se sintió suficientemente fuerte para continuar el ataque.

Rosa decía que el Diablo se le aparecía en forma de perro que le hablaba para tentarla. Hablaba con los mosquitos y decía que había hecho con ellos un pacto para que no la picaran. En una ocasión afirmó haber enviado a tres para hacer piquetes por "El Padre, el Hijo y el Espiritú Santo" a otra monja. También hablaba con la plantas. Pero más desconcertante es el relato de la pedida de matrimonio de una imagen del niño Jesús. En el año 1617, durante el Domingo de Ramos Rosa cuenta que la imagen del niño Jesús le dijo: “Rosa de mi Corazón, yo te quiero por esposa”. Ella le respondió: “Señor, aquí tienes a tu inútil esclava; tuya soy y tuya seré para siempre". A esto la Iglesia Católica lo denomina "desposorios místicos."

La falta de sueño, el ayuno y el daño físico que se infringía constantemente afectaron su salud, de tal manera que sus tres últimos años de vida estuvo bajo el cuidado de un par de esposos devotos.

Al morir a los 31 años la población de Lima se lanzó a tomar como reliquia trozos de su manto y hasta un dedo del pie le arrancaron. Las autoridades de la ciudad tuvieron que dispersar la multitud que quería partes milagrosas en un frenesí de superstición. 

El grado de promoción de la superstición llegó al punto que la Iglesia conserva la loseta sobre la cual estaba de pie Rosa cuando sucedió el "desposorio místico".

Fue convertida en santa por el Papa Clemente X.

Para terminar, les dejo con una nota de Panamericana:

Psiquiatras afirman que Santa Rosa sufría trastornos mentales
Consultados por una publicación local, diferentes especialistas trazaron un perfil de Isabel Flores de Oliva, conocida como Santa Rosa de Lima, y coincidieron en que su implacable conducta de penitencia tendría raíces en fuertes alteraciones mentales.

El psiquiatra Mariano Querol dijo que Isabel Flores tuvo trastornos difíciles de clasificar y catalogar. “Presentó graves disturbios de personalidad, disturbios emocionales, de conducta, de autoflagelación, impulsos masoquistas enormes, incluso iluminaciones, posición divina”, dijo.

Querol sostuvo que esto correspondería a un cuadro típico de esquizofrenia. El Doctor Guillermo Ladd, del Instituto Nacional de Salud Mental ‘Honorio Delgado’, fue más allá y diagnosticó más bien un cuadro de psicosis, pues argumentó que la esquizofrenia ocasiona un mayor deterioro mental.

“Santa Rosa de Lima si tenía momentos en los que participaba de reuniones sociales, se vinculaba con otros (…) Además logró plasmar en forma escrita, y con un lenguaje articulado, algunas de las visiones que inundaban su cabeza a partir de sus experiencias místicas”, añadió.

Incluso se aventuró a profundizar en la causa: “Para que una persona tenga un desorden de personalidad limítrofe como el que al parecer sufrió Santa Rosa de Lima, necesariamente tuvo que haber tenido en su historia una forma de abuso psicológico, sexual o físico”, acotó.

Cabe señalar que la fuente toma sólo la parte de su biografía conocida (sus autolaceraciones, su rechazo y dificultad de relacionarse con el sexo opuesto y su tendencia a estropear su hermosura). Asimismo, hubo expertos como el presidente de la Asociación Psiquiátrica Peruana, Hugo Chávez Ortiz, quien por cuestiones religiosas se negó a tocar el tema.

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