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sábado, 20 de enero de 2018

Cinco feas verdades del Papa Francisco

Hay muchas cosas que a los católicos les da pena de su Iglesia, como la Inquisición y las cruzadas, que consideran que son cosas del pasado, y que ya los tiempos presentes son mejores para la Iglesia, especialmente desde que Francisco asumió el papado, mostrándose más moderno y aperturista. Sin embargo, hay algunos hechos que empañan la imagen de este Papa y que Utero.pe ha listado.

Aquí se las traemos:

Texto de Andy Livise. @Elcholaco

1. Su apoyo a un obispo cuestionado

El papa viene de Chile, donde se armó un escándalo. Resulta que Francisco pidió perdón por los abusos sexuales de los sacerdotes en ese país. Sin embargo, uno de los obispos que fue invitado a una de las misas fue Juan Barros, líder religioso acusado de encubrir los abusos del cura Fernando Karadima. Una de las víctimas dijo incluso que Barros estuvo presente cuando Karadima lo tocaba.

Podrás decir que Barros se coló en la misa de Francisco, pero no solamente es ese roche. Francisco nombró a Barros como obispo de Osorno cuando ya existían las denuncias contra Karadima. Incluso hubo protestas, pero Pancho no tuvo mejor idea que decir que la ciudad que protestaba “sufría por tonta” y no hizo leña del árbol caído, o sea, defendió a Barros.




2. Su perdón a los Legionarios de Cristo

No es su única indulgencia con los acusados de pederastia. En México, por el 2006, también se denunciaron los abusos sexuales perpetrados por el fundador de los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel. El católico fue un comprobado pederasta y tuvo hijos con varias mujeres e incluso abusó de sus propios hijos. Logró años de impunidad gracias al santo padre Juan Pablo II y murió en el 2008.

En el 2010, sin embargo, aparecieron más denuncias y Benedicto XVI intervino a Los Legionarios de Cristo para saber quiénes fueron todos los cómplices de Maciel. A los 5 años, Francisco ya era papa y los perdonó para que la congregación pueda festejar “dignamente los 75 años de su fundación”. Todo volvió a estar OK y nadie fue a la cárcel.


3. Su apoyo asolapado a El Sodalicio

OK, perdón por lo de “asolapado”. Si Chile tiene su Karadima y México, su Maciel; Perú tiene a su Luis Fernando Figari. El líder del Sodalicio es acusado de abusos sexuales, físicos y psicológicos a menores de edad y se encuentra refugiado en Roma. La Fiscalía peruana ha pedido la prisión preventiva para Figari.

Desde el Vaticano, justo la semana pasada, se ordenó la intervención del Sodalicio (igualito que con los Legionarios de Cristo). Sin embargo, la Iglesia ya se pronunció por este caso en un informe y afirmó que “no hubo pederastia en el caso Figari”, sino “actos impuros”. Todo indica que esta intervención es un saludo a la bandera, o para este caso, a la Biblia, y nadie irá a prisión.

Ah, por cierto, el caso del Sodalicio no es el único en Perú en el que se denuncia abusos de miembros del catolicismo. Aquí puedes ver de qué hablamos.


4. Su lucha contra la ideología de género

La lucha contra la inexistente “ideología de género” no es exclusiva de los evangélicos. Francisco ha emprendido una lid internacional contra la “ideología de género” que no es otra cosa que la igualdad de derechos humanos entre hombres y mujeres, y para la comunidad LGTBi (lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales).

Las frases del jerarca argentino, básicamente, son las mismas que gritan los de #ConMisHijosNoTeMetas:
 “En Europa, América, América Latina, África, en algunos países de Asia, hay verdaderas colonizaciones ideológicas. Y una de estas –lo digo claramente con nombre y apellido– ¡es la ideología de género!”.
 “Es contra natura (…) Una cosa es cuando alguien tiene esa tendencia… y otra es cuando se enseña en los colegios”. “Hoy en día, en los colegios les están enseñando a los niños… ¡a los niños! … que todos pueden elegir su género”. 
Por todo eso es que no le basta con tener un curso exclusivo de catolicismo en las escuelas y pide “no enseñar identidad de género en los colegios”.

5. Antiderechos
Aunque al inicio casi se gana la chapa de “El papa gay friendly” por decir sobre los homosexuales: “¿Quién soy yo para juzgar?”, luego se dio cuenta de que él era el representante de diosito en la Tierra y empezó a juzgarlos.

Francisco desestimó los testimonios de los abusados
por sacerdotes católicos en su fracasada visita a Chile.
Por ejemplo, en el 2014, excomulgó a un cura brasileño que defendió a la comunidad LGTBi. Un año después, no dudó en despedir a un cura polaco que hizo pública su homosexualidad.

Se acordó de que era el papa y empezó a condenar a la comunidad LGTBI.
En el 2015 también dijo esto en la ONU:

“(La unión o el matrimonio homosexual) es “un estilo de vida anómalo, extraño a la identidad de los pueblos e irresponsable”.


Justo la Corte Interamericana de Derechos Humanos (el organismo judicial máximo de la OEA a la que estamos adscritos) acaba de ordenar en una opinión consultiva que todos los Estados deben permitir los matrimonios igualitarios. La posición del papa va en contra de la Corte IDH, al menos hasta que su Iglesia se adapte a la realidad, como lo ha hecho por los siglos de los siglos, amén.

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