El pasado domingo la televisión pública de España (La 2 de RTVE) transmitió como de costumbre, y violando la laicidad, la homilia del obispo de Alcalá de Henares Juan Antonio Reig Plà. Este obispo, que en el 2014 comparó el aborto en España con el holocausto, se despachó contra los métodos anticonceptivos.
"La malicia de la anticoncepcion ha llevado detrás de ella todo el deterioro moral que hemos podido verificar en torno de la sexualidad humana, en torno al matrimonio, la familia, y las ideologías que han surgido de aquí mismo. Como dice el beato Pablo VI "se reflexionan sobre las consecuencias de los modos y de los métodos de la regulación artificial de la natalidad, consideren antes que nada el camino fácil y amplio que se abriría a la infidelidad conyugal y a la degradación general de la moralidad. Podría tenerse que el hombre habituándose al uso de las prácticas anticonceptivas acabase por perder el respeto a la mujer".
Las irresponsables y retrógradas palabras del ensotanado son una muestra de la visión estrecha que la iglesia tiene sobre la sexualidad. Los anticonceptivos fueron el factor que permitió que las mujeres dejaran de tener 12 hijos en su vida, y poder tener otros roles en la sociedad por el estudio y el trabajo. Pero a la iglesia eso no le gusta. Quizás las numerosas y pobres son lo más conveniente para el catolicismo. Absurda también la visión de la sexualidad en que todo goce y disfrute de la misma se reprocha y se sataniza, reduciendo a la sexualidad, y sobre todo a la mujer, al plano reproductivo.
Esa obsesión de la Iglesia por controlar el cuerpo de las personas y su sexualidad, es una de las cosas más preocupantes de esta milenaria institución.
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