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sábado, 26 de junio de 2010

¿Patetismo a los sentimientos o de la discriminación?

El próximo 14 de julio se llevará a cabo la votación en el Senado argentino que podría permitir el matrimonio entre personas del mismo sexo en el país austral.

Esta posibilidad ha alterado al clero católico llevándolo a repetir los argumentos que ha repetido en México, España, Portugal y en todos los lugares donde la comunidad gay busca que la ley proteja y ampare sus uniones en el marco del derecho a la igualdad y la conviviencia demócratica.

El Arzobispo de La Plata, Monseñor Héctor Aguer afirmó que oponerse a que los homosexuales se puedan casar no es una cuestión religiosa, y llamó a los argentinos a movilizarse a favor de la institución del matrimonio.

"En este campo, hay otras religiones que también están de acuerdo con el orden natural de las cosas tal como lo percibe una conciencia rectamente formada. Se trata de un tema de razón natural y de sentido común sobre el cual una minoría ideologizada y militante procura cambiar el juicio de la población" Afirmó el ensotonado.

Asimismo, advirtió que "llama mucho la atención el afán con el cual el actual gobierno promueve la sanción del proyecto de ley" . "Es notable, porque en las plataformas de los partidos que participaron de las últimas elecciones, en ninguna de ellas se proponía a la ciudadanía semejante alteración del Código Civil y del ordenamiento jurídico y social de la sociedad argentina", indicó.

Así mismo la Iglesia Católica Argentina ha convocado a una marcha por medio del Departamento de Laicos (DEPLAI) de la Conferencia Episcopal Argentina, para el día 13 de julio, que cuenta con el apoyo del Arzobispo de Buenos Aires y Primado de Argentina, Cardenal Jorge Mario Bergoglio.

Los afectos son materia extrajurídica

Tras argumentar los representantes de colectivos LGBT argentinos que lo que se busca es que los homosexuales puedan tener los mismos deberes y derechos patrimoniales, fiscales y de asistencia social que las parejas heterosexuales, la Iglesia ha respondido que los afectos no hacen parte de la ley, y que poco debe importar que estas parejas también se querían.

En una carta una carta dirigida al vicepresidente de la Nación y titular de la Cámara Alta, Julio Cobos, los obispos Baldomero Carlos Martini y Damían Santiago Bitar criticaron que a "falta de razones valederas" se apele a "un patetismo a los sentimientos" para modificar el código cívil y permitir el matrimonio gay.

En la carta firmada por los mencionados se puede leer que:

"Se adujo que no podrían coartarse los afectos de dichas ‘minorías sexuales’. En realidad, todos los afectos quedan al margen del derecho y de las leyes. Si los afectos tuvieran alguna relevancia jurídica, debería haber un registro público de amigos, ya que se trata del afecto más universal y abarcativo en la vida de toda persona humana; en materia matrimonial un requisito ineludible para su validez sería el amor al momento de contraer el vínculo; finalmente, los padres estarían obligados jurídicamente a amar a sus hijos. Sin embargo, nunca en ninguna legislación de ningún país del mundo ello es así. Los registros de amigos no existen. Y los padres están obligados a criar y educar a sus hijos, pero no hay autoridad estatal que pueda obligarlos a amar a sus vástagos"

Los obispos subrayaron que "los afectos son materia extrajurídica", y advirtieron que "el afecto que puedan guardarse entre sí los convivientes homosexuales, no les da derecho a ninguna regulación legal. Lo contrario implicaría una injusticia intolerable, ya que los únicos afectos protegidos por la ley serían los de los ciudadanos homosexuales; y esto frente a amores mucho más generosos, intensos y creativos como los de los esposos, padres, hijos y hermanos. Estaríamos frente a una mayúscula discriminación injusta. Tan irracional como intolerable".

¿Con qué derecho se atreven este par de célibes religiosos a denigrar del afecto de las personas homosexuales?
Después de una argumentación tan brillante, uno se imagina que de haber un premio para filosofía el obispo Baldomero Martini y su padawan Damián Bitar podrían postularse a este. Ya en serio. Argumentaciones tan ridículas, pero dignas de la ICAR nos muestran que no se trata de un patetismo de los sentimientos pretender que el Senado apruebe el matrimonio gay, sino que la Iglesia tiene una fobia patética y antidemocrática.

Los argumentos humanistas sobre el matrimonio homosexual ya los hemos dado en entradas anteriores, las cuales recomendamos leer, tales como:



"Católicos y evangélicos contra el matrimonio homosexual en Argentina" (Recomendado el video que acompaña esta entrada)

"Quien quiere ir al cielo de los pederastas" (Recomendado el vide de esta entrada)

¿Y qué opinión le merece la carta de los obispos Martini y Bitar?

1 comentario:

  1. Pero es el patetismo a lo que las religiones se aferran cuando quieren defender su supuesta hegemonía sobre los demás pensamientos..!!!

    Fue.. en Malta ? que retiraron un monumento fálico por l visita de Ratzinger. Acaso Ratzinger no pudo transitar por otro lado o simplemente cerrar los ojos..???

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