martes, 6 de octubre de 2009

720 gallegos han apostatado de la ICAR

Apostatar consiste en renunciar expresamente a la fe católica, en la que sin consultarnos nos matricularon en el bautismo, para ello es necesario instar a la jerarquía de la ICAR a que deje constancia de dicho rechazo en los registros bautismales. Este tramite implica no poder acceder a las exequias católicas, aunque no le impiden ser enterrado en el cementerio, tampoco los apóstatas podrán recibir otro sacramento católico, tampoco podrá apadrinar a ningún niño en un bautismo de esta secta.

Antes de obtener la apostasía formal se suele instar al peticionario a mantener una entrevista para que exponga sus argumentos y conozca las consecuencias de su decisión. De todos modos, el solicitante es libre de aceptar o declinar en este proceso ya que el rechazo a la entrevista no interferirá en el resultado del proceso.

Para formalizar la petición de apostasía basta con remitir al arzobispado local, acomáñado de una copia del documento de identidad (en España se pide una fotografía con DNI), una carta donde el firmante exprese su renuncia de pertenencia a la institución y reclame la cancelación de sus datos en el libro baustismal. En España es un proceso bastante sencillo. Diez días después de haber enviado el papeleo se debería recibir una respuesta satisfactoria.

El fenómeno de la apostasía sigue creciendo en Europa. Ojalá pronto en Latinoamérica veamos apostasías continuas en todos los paises. Amén! Les dejo la nota original del diario Galiciaé:



Por: Ana Conde. L-V

Un total de 720 gallegos renunciaron formalmente a la religión católica al no estar de acuerdo con su doctrina mediante la apostasía, procedimiento por el cual se deja de pertenecer a la Iglesia tras entrar a formar parte de ella mediante el sacramento del bautismo.

Según los datos facilitados por los diferentes obispados, en Galicia los primeros casos de apóstatas se registran en el año 2000, si bien desde entonces este fenómeno no dejó de ir a más.

De las 720 personas que abandonaron la institución religiosa en la comunidad, la inmensa mayoría, 526, pertenecen al Arzobispado de Santiago –que abarca la capital y las ciudades de Pontevedra y A Coruña–, mientras que 75 apostataron en Ourense, 65 en el obispado de Tui-Vigo, 45 en el de Mondoñedo-Ferrol y tan sólo 9 en el de Lugo.

No obstante, si bien estos son los procesos concluidos, las solicitudes recibidas en los cinco obispados gallegos se acercaron a las mil, pero casi 300 casos permanecen paralizados. ¿El motivo? Mientras que los apóstatas dicen que en ocasiones a Iglesia pone numerosas trabas para disuadir al interesado, los religiosos que tramitan los procesos en Galicia justifican los que no llegaron a término en que ''muchas personas presentan la petición pero luego no acercan la documentación necesaria o no llegan a firmar la resolución''.

'Booms' llamativos

A pesar de que en los registros de los obispados las solicitudes no suelen variar mucho de un año para otro, manteniéndose la tendencia a aumentar en número, en Santiago y Tui-Vigo llaman la atención dos años en los que hubo un boom de apóstatas. En el primer caso se trata de 2008, cuando el arzobispado recibió 220 peticiones, frente a las setenta y pico de cada uno de los tres años anteriores y a la veintena contabilizada entre 2000 y 2005.

En menor medida, en el obispado las renuncias se dispararon en 2005, cuando rompieron con la Iglesia 29 personas, frente a las 7 que lo habían hecho en 2003 y 2004, respectivamente, o a las 4 de 2000.

En cuanto al perfil de apóstata, desde los obispados explican que los que optan por renegar de una fe impuesta o abandonada, muchos de ellos homosexuales, ''no están de acuerdo con los postulados de la Iglesia católica, bien por razones políticas o porque tuvieron algún desencuentro concreto''. Lo que claro está es que cada vez hay más gente para la que no todos los caminos llevan la Roma.

''Los apóstatas no influyen en lo que recibimos del Estado'' Muchos apóstatas creen que su decisión restará financiación del Estado a la Iglesia, pero los obispados ya se encargan de informarlos por escrito de que su abandono ''no tiene ninguna repercusión civil, sino canónicas'', como quedar excluidos de los sacramentos o del cargo de padrino''.''Las bajas no influyen en el que recibe la Iglesia del Estado, ya que esto viene dado por el IRPF y no por el número de católicos'', aclara Antonio Rodríguez Basanta, vicario general de Mondoñedo-Ferrol.

En cuanto al proceso, tras presentar la solicitud ante el cura de la parroquia en la que se bautizó el interesado o ante el vicario del obispado, una vez es ratificada se pone una ''nota marginal'' en el libro de bautismo dejando constancia de la fecha en la que esa persona abandonó ''por acto expreso y formal'' la fe.

Así lo validó el año pasado una sentencia del Supremo, contraria la otra que consideraba los libros como ficheros. ''Pero nosotros lo que no podemos hacer es arrancar las hojas'', dice el vicario.

José Carlos Alonso. A Coruña: ''Planté hacia un sistema que me rechaza por ser gay''' 'Yo fui de los primeros en apostatar y, para hacerlo, tuve que desplazarme a la parroquia en la que me había bautizado, en León. Recuerdo que me tuve que poner insolente porque no me querían admitir la petición, y luego el cura le fue con el cuento a mi padre, porque ya se sabe que el secreto de confesión es la cosa más pública que hay. Como gay e insubmiso ya llevaba tiempo pensando en dar el paso y lo cierto es que el proceso se resolvió en tan sólo un mes.

"Decidí plantar hacia la incongruencia de pertenecer a un sistema que nos persigue y rechaza por el hecho de ser homosexuales, porque la Iglesia católica no quiere gente libre, sólo esclavos que entran a formar parte de ella dentro de un instante de indefensión, siendo aún bebé''.

Naiara Abásolo. Vigo: ''Apostaté por coherencia al rechazar sus postulados'' ''Cuando me bautizaron nadie me pidió opinión ni permiso para pertenecer a la Iglesia, pero ahora la decisión fue mía y me desvinculé de ella por coherencia. Era algo que llevaba años pensando, ya que no estoy de acuerdo con sus postulados ni con ninguno de sus posicionamientos públicos acerca de temas como la familia, la política, el sexo y el aborto. Lo hice en 2006 y no me pusieron traba alguna, ya que desde que mandé los papeles sólo transcurrieron quince días hasta que recibí el ok del obispado. Por eso, animo a los interesados a que den el paso, pues muchos no se deciden al pensar que es casi imposible''.

Cuéntenos, ¿en su país se han llevado campañas pro-apostasía? ¿Le gustaría adelantar el trámite?

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