La representante Angélica Lozano convocó a ciudadanos del común, entidades del Estado y representantes de las iglesias a hablar sobre laicismo y libertad de cultos.
La Procuraduría General de la Nación y la oficina de Asuntos Religiosos del Ministerio del Interior argumentaron que Colombia no es un estado Laico, sino uno acofensional. También hubo representación de las mujeres por parte de la organización Católicas por el Derecho a Decidir.
Temas como aborto, eutanasia, derechos LGBTI, normas para el culto (parqueo y emisiones de ruido) salieron en múltiples intervenciones.
Les queremos compartir la intervención de Bogotá Atea en este foro:
LA
NECESIDAD DEL LAICISMO EN COLOMBIA
Por:
Ferney Yesyd Rodríguez –Bogotá Atea.
Buenos días a todos los presentes. Es un
honor poder participar en este foro. Quiero agradecer muy especialmente a la
Representante Angélica Lozano por la organización de esta primera audiencia
pública sobre laicismo en el Congreso de la República.
Se esperaría que un tema tan importante como
el laicismo para un Estado social de derecho sea entendido por sus funcionarios
públicos. No obstante, esto no es así en Colombia. Daré unos pocos ejemplos que
ilustran esta desinformación. Por ejemplo el exsenador por el Partido de la U
Charles Schultz y ahora director de Confederación Colombiana de Libertad
Religiosa, Conciencia y Culto (CONFELIREC), ha afirmado en varios escenarios
que Colombia no es un Estado laico, sino uno aconfesional, por el hecho de
mencionar la protección de dios en el preámbulo de la Constitución. En otro
caso, en mayo del 2013 se pudieron ver en la Plaza de Bolívar varias pancartas
que decían “El Estado es laico, no ateo” La manifestación era de cristianos
evangélicos que se oponían al matrimonio de parejas del mismo sexo. Los mensajes
de este plantón fueron organizados por políticos como Clara Lucía Sandoval y
Marco Fidel Ramírez. Otro ejemplo es la declaración de Ilva Miriam Hoyos,
actual procuradora para la infancia y la adolescencia, quien en un foro en
España en 2004, uno similar a este, sobre laicismo y libertad religiosa afirmó
que “La laicidad es un hecho peligroso.”
Los anteriores ejemplos nos muestran qué es
necesario aclarar qué es y que no es el laicismo, así como su importancia en
una sociedad democrática, plural y libre. Quiero dejar claro que Colombia si esun estado laico. Esto lo ratificó la Corte Constitucional en la sentencia C-350de 1994 en la que se declaró inconstitucional la consagración de Colombia al
Sagrado Corazón de Jesús. Esta naturaleza laica significa la separación de la
política y la religión, la separación del Estado y las iglesias, incluso de la
religión que estémás extendida. Esto no quiere decir que el Estado sea ateo,
significa que el Estado es neutral frente a toda confesión de fe, no exalta,
favorece o promueve a ninguna de ellas o a un grupo de ellas. En ese ambiente
de neutralidad estatal es posible practicar y profesar cualquier fe, o no tener
una, sin que el Estado intervenga a favor de una cosmovisión o una visión moral
particular.
El sociólogo francés Jean Baubérot ha
explicado que el laicismo tiene tres condiciones, a saber:
(1) El respeto a la libertad de conciencia
y de convicción;
(2) La autonomía de las instituciones del
Estado frente a las de la religión, y viceversa; y
(3) La igualdad de las religiones y de las
convicciones individuales y colectivas.
Ya teniendo claro que Colombia es un Estado
laico y que por lo tanto el Estado debe ser neutral, debo llamar la atención al
hecho de que esta neutralidad se viola en muchas instituciones de nuestro país. Señalaré
cuatro campos con tareas incumplidas en cuanto a la laicidad estatal.
El primer campo es el simbólico. Es importante
recalcar que el Estado con sus acciones está exaltando las convicciones de un
grupo de ciudadanos sobre las de los demás. En actos públicos en los que se
privilegia un rito, un clérigo o una simbología religiosa se está mandando el
mensaje a la ciudadanía de que hay un culto que tiene privilegios en el Estado.
Si miramos, por ejemplo, la realización del Te Deum, en el día de la
independencia, un rito de naturaleza católica y que tiene la asistencia del
Presidente de la República y los más altos dignatarios del Estado, se está
justamente exaltando desde lo público, desde lo gubernamental a la Iglesia
Católica, por encima de las demás religiones y cosmovisiones. Actos como estos,
nos muestran que aún Colombia debe entender que ya no estamos en la Constitución
de 1886 que consagraba al catolicismo como la religión oficial. Ahora, esto no
solo ocurre con los Te Deums de cada año, sino también en actos de posesión
presidencial y a nivel municipal en cientos pueblos de Colombia.
Este año tuvimos un caso muy particular en
la Policía Nacional. El día de la Virgen del Carmen se vistieron los carros,
camionetas y buses de la Policía con banderas de la Virgen, con globos blancos
y azules, se montó una imagen de la Virgen, se hizo procesión y las fotografías
luego compartidas por redes sociales.
El mensaje dado a la ciudadanía, nuevamente
fue que el Estado tiene en una primera categoría al culto católico, sobre las
demás creencias. Aquí no hay neutralidad alguna. En la Carta magna se establece
que todos los cultos son iguales ante la ley, pero en la práctica el
catolicismo sigue teniendo privilegios de todo tipo.
El Coronel Henry Armando Sanabria,
subdirector de Sanidad de la Policía Nacional al preguntársele por la presencia
de la imagen de una Virgen en el edificio de la DISAN nos respondió
justificando la presencia de estas imágenes:
“Sugiero revisar la doctrina de las iglesias ortodoxa,
copta, armenia, algunas sectas protestantes como el luteranismo y la religión
islámica, la cual profesa un especial celo y amor por la Virgen María, a quien
el profeta Mahoma consideraba superior a su hija Fátima”.
Ahora, quiero plantear hipotéticamente si
la Policía Nacional estaría igualmente dispuesta a hacer una procesión ya no
con la imagen de la Virgen, sino con la de Krishna o una representación de la
Pacha Mama, o de Monesvol. O si
permitiría en su Dirección de Sanidad poner símbolos de otras religiones junto
a la enorme cruz erigida con miras a la calle 50.
Por otra parte cabe preguntarse ¿qué
necesidad tiene la Policía Nacional de unirse a una procesión religiosa? ¿Hace
eso parte de sus funciones? ¿Es tarea de la Dirección de Sanidad de la Policía
Nacional construir altares y cruces gigantes en los predios de su sede?
Al respecto
la Corte Constitucional ha sido clara sobre las actividades estatales:
“La neutralidad estatal comporta que las actividades
públicas no tengan fundamento, sentido u orientación determinada por religión
alguna –en cuanto confesión o institución-, de manera que las funciones del
Estado sean ajenas a fundamentos de naturaleza confesional. En este sentido, la
igualdad no se logra motivando las funciones estatales con base en intereses de
todas las religiones por igual –algo, por demás, de imposible realización en la
práctica-, pues esta pretendida igualdad, en cuanto vincula motivos religiosos
en las actividades estatales, sería diametralmente contraria al principio de
secularidad que resulta ser el núcleo del concepto de laicidad estatal y, de su
concreción, el principio de neutralidad”.
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El segundo campo con tareas pendientes es
el educativo estatal. En el caso de colegios públicos se tiene que la
asignatura de religión, la cual es un área obligatoria por la ley 115 de 1994,
está siendo usada en no pocas instituciones públicas para promover o favorecer
el catolicismo. Por ejemplo en “Plan de Estudios de las Instituciones
Educativas del Municipio de Sabaneta” se puede leer:
“Es de resaltar que se desarrollan
contenidos, según la estructura conceptual de los programas curriculares que
presenta la Conferencia Episcopal Colombiana. En dichos contenidos del área, se
hace un recorrido del ser humano por el mundo, de la relación con Dios, del
encuentro con su palabra”
Entiéndase por “su palabra” como la Biblia,
la cual es enseñada como verdad incuestionable.
En los estándares de grado cuarto de
primaria se puede leer: “Relaciona la
vocación y misión de la Virgen María con la de Jesucristo” Este otro
estándar está señalado para el grado sexto “Da
razones por las cuales Jesús es a la vez Dios y Hombre”. Y este otro en noveno: “Utiliza las enseñanzas bíblicas en la vida cotidiana y las
conversaciones sobre temas morales.”
Este documento lo pueden encontrar en
Internet. Y como este caso, hay muchos colegios por todo el país en los que las
clases de religión son usadas para promover el catolicismo o el cristianismo en
una presentación del catolicismo + protestantismo. Estas acciones unidas a
otras como abrir espacios para la preparación de la primera comunión o la
confirmación no van en línea con la neutralidad que debe tener el Estado frente
a toda religión.
Colegio público de la ciudad de Bucaramanga en el que se tienen logros como "acepta a Jesucristo como su salvador personal". |
Un caso actual se está dando en el Instituto
Técnico Superior Dámaso Zapata de la ciudad de Bucaramanga. Este colegio
público afirma que es un colegio de naturaleza católica por haber sido administrado
hasta hace poco por los hermanos lasallistas. En esta institución un estudiante
ateo de bachillerato ha tenido dificultades por no ingresar a la clase de
religión. El chico no desea entrar porque los logros están orientados a aceptar
doctrinas teológicas. Por ejemplo un logro para el grado cuarto de primaria en
ese colegio es “Reconoce a Jesucristo
como su salvador personal”El estudiante decidió no volver ingresar a la clase
amparándose en el artículo 68 de la Constitución que dice que“En los establecimientos del Estado ninguna
persona podrá ser obligada a recibir educación religiosa”. No obstante, en
este momento el estudiante ha sido llamado a habilitar la asignatura de
religión por no alcanzar sus logros.
Cuaderno de estudiante de grado sexto del Colegio Público Dámaso Zapata. Nótese como el profesor busca que los estudiantes acepten el creacionismo. |
El área de religión, que en muchos países
con tradición laica como Francia o Uruguay no existe en el pensum, no puede ser
un espacio para adoctrinar. Debe ser un espacio para presentar todas las
religiones y la opción de la no creencia de manera libre, igualitaria y sin
buscar proselitismo o favorecimiento religioso alguno.
Otro aspecto en lo educativo es la
presencia de símbolos que favorecen o dan el mensaje de primera categoría al
culto católico, como la presencia de vírgenes, cristos, crucifijos en los
planteles oficiales y la realización de misas en los espacios y horas de clase.
Por otra parte, no son pocos los
estudiantes y docentes no religiosos, sean estos agnósticos y ateos y también
creyentes no vinculados a ninguna iglesia, que nos han manifestado actuaciones
discriminatorias por parte de directivas escolares. Por ejemplo, un docente del
municipio de Colombia en el Huila nos manifestó que debe mantener sus opiniones
en silencio por temor de ser afectado en su evaluación de desempeño y contó que
varios padres evangélicos han solicitado al docente de biología de esa
institución que no enseñe la evolución por afectar, según ellos, las
convicciones religiosas de un gran número de estudiantes.
En todos estos casos, es necesario recordar
la sentencia C-350 de 1994 en la que se dice:
“El
carácter más extendido de una determinada religión no implica que ésta pueda
recibir un tratamiento privilegiado de parte del Estado, por cuanto la
Constitución de 1991 ha conferido igual valor jurídico a todas las confesiones
religiosas, independientemente de la cantidad de creyentes que éstas tengan.”
“No
puede ser el papel del Estado promocionar, patrocinar, impulsar, favorecer o
realizar cualquier actividad de incentivo respecto de cualquier confesión
religiosa que se practique en su territorio.”
Aquí hay un trabajo muy importante por
realizar por parte del Ministerio de Educación Nacional y el Legislativo
colombiano.
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El tercer campo con tareas pendientes es el
de los debates legislativos que incluyen temas morales.
Recordemos que el Estado está para todos
los ciudadanos, sin importar su creencia, sexo, orientación sexual o condición
física. Por eso el Estado debe analizar las realidades sociales y materializar
el derecho de la igualdad para todos los ciudadanos sin que se imponer dogmas
religiosos en cuestiones civiles.
En este punto citar al abogado y docente
Rodolfo Mantilla Jácome quien dice:
“El Laicismo se soporta sobre la plataforma amplia y
generosa de la tolerancia, lo que significa que es uno de los más importantes
instrumentos de convivencia pacífica entre los seres humanos. Esta precisión es
necesario hacerla para expresar la naturaleza y significado del laicismo, que
pregona la posibilidad cierta de que todos los seres humanos puedan vivir en
común, sin exclusiones, persecuciones ni marginamientos, sin importar sus
creencias religiosas o planteamientos filosóficos, en un Estado que cultiva una
moral sin dogma”.
Justamente esta moral sin dogma o sin signo
religioso o denominacional alguno es lo que debe primar en los análisis de
temas como la interrupción voluntaria del embarazo, la eutanasia, la
legalización de la marihuana, el matrimonio entre parejas del mismo sexo y la adopción
homoparental, entre otros.
Los datos científicos y un análisis desde
el punto de vista de los derechos humanos y de la salud,son los que deben guiar
la discusión de los temas ya planteados. Pero infortunadamente, tenemos a
muchos funcionarios públicos queriendo legislar con el catecismo o con el libro
del Levítico de la Biblia antes que con la Constitución Nacional.
Por esto es lamentable, tremendamente
lamentable, que la Procuraduría General de la Nación haya creado listados de
mujeres que buscan abortar o lo han solicitado, listados de parejas del mismo
sexo que desean casarse para enviar a un delegado judicial para impedir sus
bodas. Esto es inaudito: ¡que la entidad encargada por velar por los derechos
de los ciudadanos sea la primera en buscar anular matrimonios civiles!, óigase
bien, civiles no religiosos, en lugar de proteger sus libres y autónomas
decisiones es inadmisible. La Procuraduría en cabeza de Alejandro Ordoñez, con Andrés
Balcázar e Ilva Myriam Hoyos, quien dijo que “la laicidad es un hecho
peligroso”, han llevado a esta institución ser más cercana a un tribunal de
inquisición que del ente defensor de los derechos de todos los ciudadanos.
Sentencia tras sentencia de la Corte
Constitucional en materia de aborto, de matrimonio igualitario, adopción
homoparental han sido objeto de solicitud de nulidad por parte de laProcuraduría. De la acción inquisitorial del ministerio Público no se salvó ni
la sentencia que pidió honrar la memoria de Sergio Urrego, el chico conducido
al suicidio por el acoso de las directivas de su colegio católico por ser
homosexual, ateo y anarquista. El Procurador General explicó su acción de
nulidad diciendo que “Es un atentado contra el derecho que tienen
los colegios que han optado por una doctrina o concepción de vida y eso está
protegido por la Constitución” También
dijo que “la Corte Constitucional
está imponiendo como política de estado la ideología de género para adoctrinar
a nuestros hijos, eso es un aspecto que no puede pasar impune”.
Pero aquí la única imposición es la del
Procurador y su guardia pretoriana, que no entienden o no quieren aceptar la
laicidad del Estado colombiano. El matrimonio homosexual o el aborto no serán obligatorios
para todos los colombianos. Serán decisiones libres y consientes, en los
términos establecidos por la Honorable Corte Constitucional, para los
ciudadanos que así lo determinen. Lo contrario, imponer un modelo de familia o
proteger solo uno de ellos, u obligar llevar a término un embarazo en
circunstancias de grave malformación fetal, riesgo de vida de la madre o
violación es una imposición, que es más propia de un credo fundamentalista y
ortodoxo que de un estado libre, plural, y laico.
Quienes no entienden la separación entre
Estado e iglesias buscan ahora referendos para poner en consideración las
oportunidades de minorías, hablan ahora de objeción de conciencia institucional
para evitar cumplir con el fallo sobre despenalización parcial del aborto y
buscan alianzas entre diferentes credos para mantener el prejuicio y la
discriminación hacia gays, lesbianas, bisexuales, transexuales e intersexuales.
Por esto no es de extrañar que sean
precisamente los líderes políticos venidos de las iglesias, como la senadora
Viviane Morales, Marco Fidel Ramírez, Clara Lucía Sandoval, entre otros,
quienes proponen o impulsan el referendo para evitar que parejas del mismo sexo
puedan adoptar menores abandonados. No entienden o quizá, no desean comprender,
que en una democracia no se puede aplastar a las minorías poniendo a
consideración sus derechos. De ser así, hoy no habría libertad de cultos, ni
voto femenino. En 1864 el Papa Pío IX condenó los 80 errores modernos. Entre
esos estaba la libertad de cultos, la de prensa, el matrimonio civil, entre
otros. Si estas libertades hubieran sido puestas a consideración por referendo
aún viviríamos con poquísimas libertades.
El laicismo implica alejar los moralismos
religiosos de todo dogma religioso. Por un momento consideren cómo
reaccionarían si en un hospital público empezaran a negar transfusiones de
sangre porque los testigos de Jehová consideran esta práctica como inmoral. La
diversidad y subjetividad de las morales religiosas conllevan a que el Estado
deba optar por la neutralidad y aceptar tan solo la evidencia científica al
analizar casos como los anterioremente mencionados.
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El cuarto aspecto con tareas pendientes en
el laicismo es el presupuestal.
Se ha dicho que el líder de la Iglesia
Católica vendrá a Colombia y en su visita se destinarán dineros públicos.
Algunos funcionarios del Estado han justificado este gasto del erario diciendo
que es por la paz de Colombia, que Francisco vendrá a orar por la paz. En ese
orden de ideas, ¿no deberían traer al país también para orar por la paz al Presidente
de los mormones, al de los adventistas, al Dalái Lama o al fundador del
pastafarismo.? ¿Por qué desde los actos simbólicos se sigue privilegiando, exaltando
y colocando en primer rango al catolicismo?
En muchos municipios se destinan dineros
públicos para la celebración de la Virgen del Carmen, hacer novenas, rosarios y
misas. Cada vez son más las ciudades que desde sus concejos municipales
aprueban festivales de música góspel, que son aprobados como género musical,
pero que en realidad son festivales de música de contenido evangélico en el que
sus grupos y letras deben obedecer a la doctrina evangélica.
Con dineros públicos se pagan capellanes católicos,
como el de la Universidad Nacional o se hacen descuentos por derecha, sin
autorización previa de los militares para mantener una Vicaría castrense.
La neutralidad estatal implica que no se
pueden destinar dineros públicos para realizar actos religiosos de ninguna iglesia.
No importa si son actos de alabanza con música góspel o Te Deums católicos. El
estado, sus instituciones y funcionarios deben tener en cuenta que los recursos
públicos deben tener un destino diferente al de sostener o promover cultos.
En este punto voy a hacer una analogía.
Cuando a un buen estudiante se le otorga una beca se le está recompensando
económicamente y a la vez exaltando frente a sus pares. Una beca es una
exención de pagos. Pues bien, las iglesias tienen exención de impuestos y de
declaración de renta. De esta manera el Estado las está privilegiando
económicamente. Esta exención ha llevado
a que las solicitudes de personerías jurídicas para las iglesias sean en
promedio una diaria y el patrimonio de las Iglesias sobrepasa ya los 9,7
billones (millones de millones) de pesos.
En un país donde cada año se reducen los
fondos para la ciencia y la cultura debería pensarse si con la exención de
impuestos a las iglesias se está privilegiando la actividad religiosa sobre
otras actividades como las científicas y las culturales.
Para el 2016 los Ministerios de Ambiente y
Cultura, y Colciencias, recibirán un 20% menos de recursos respecto al 2015.
Ciudades como Bogotá carecen de un Museo de Historia Natural mientras que
capitales como Buenos Aires o México D.F. lo tienen. Es importante la necesidad
de que todas las iglesias presenten declaraciones de ingresos y que paguen
impuestos para subsidiar campos desamparados y cenicientas del Estado como la
ciencia, la cultura y la protección ambiental.
El debate de levantar la exención de
impuestos a las iglesias se ha iniciado en España y los Estados Unidos. Incluso
en este último país, se pierde la exención cuando una iglesia entra en
actividad proselitista política, ya que raya con el imperativo constitucional
de separación entre Iglesias y Estado. Aquí en Colombia tenemos varias iglesias
que usan el púlpito para impulsar a candidatos propios y extraños, sin que esto
genere mayor sobresalto.
La religión es una cuestión individual, no
del Estado, así que cada creyente debe estar en la obligación de sostener su
credo, sin que privilegios fiscales terminen haciendo que los cultos sean
ayudados indirectamente por todos los ciudadanos.
Quiero concluir diciendo que el laicismo no
es un elemento anexo o decorativo de una sociedad democrática y plural. Es un
elemento esencial. La ausencia del laicismo es la ausencia de las libertades,
de la razón misma para expresarse y vivir en un estado garante de las
libertades.
Cada una de estas violaciones al laicismo
(y todas las demás que no he mencionado) discriminan desde el Estado a los
colombianos que no tenemos las mismas convicciones religiosas que el señor
Procurador o la senadora Viviane Morales, ponen en una segunda categoría a
quienes no seguimos la religión mayoritaria y atentan contra derechos civiles
fundamentales de mujeres, sectores LGBTI, de ateos, agnósticos y minorías
religiosas.¿Qué piensa hacer el Congreso para que se
empiece a respetar el laicismo? Hay una deuda moral con la democracia.
Muchas gracias.