"Un conejo del cámbrico" Esa es la respuesta que dio el genetista Jhon Haldane cuando le preguntaron qué consideraría él una evidencia que refutaría la evolución. Una respuesta que muestra el requisito de falseabilidad que tiene la ciencia (y del que carece la pseudociencia y la religión), pues un conejo -un mamífero placentario es muy reciente en la escala geológica, como para estar en tiempos en que los principales grupos de animales se presentaban en el registro fósil. Por el Cámbrico nuestro antepasado era acuático, y aún sin mandíbulas. Encontrar un conejo del Cámbrico sería tan raro como encontrar un ipad en un sarcófago egipcio.
De manera armoniosa los nuevos descubrimientos fósiles caen como piezas faltantes de un rompecabezas que confirma la evolución biológica como un hecho de la naturaleza. Esto es justo lo que ha hecho el fósil "Juramaia sinensis" que traduce "madre jurásica de China" que retrotrae la aparición de los mamíferos con placenta o euterios a unos 165 millones de años, unos 35 millones de años más atrás de otros fósiles conocidos. Antes de que se encontrara a Juramaia, ese fecha de divergencia entre marsupiales y placentarios generaba polémica entre los expertos: el ADN indicaba que ese momento fue hace unos 160 millones de años, pero sin embargo el fósil de placentario más antiguo que se había encontrado era el de la especie Eomaia, que tiene 125 millones de años y fue descrita hace nueve años por el mismo descubridor de Juramia.
Los humanos somos mamíferos placentarios y nuestro origen como placentarios se remonta a la era Mesozoica. Esta nueva fecha cuadra mejor con la información genética ya conocida que indicaba que los euterios se habían separado de los marsupiales la información que se había obtenido con el ADN respecto al momento en el que los euterios (con placenta para el alimento del embrión en el interior del cuerpo) y los marsupiales (que llevan una bolsa exterior para las crías) se separaron en dos ramas evolutivas diferentes.
El fósil de 'Juramia sinensis', tiene una conservación excepcional, como otros muchos encontrados en la provincia de Liaoning, que también ha revelado fósiles que ligan las aves con los dinosaurios. Juramia tiene el aspecto de una pequeña musaraña.
El fósil encontrado ha conservado su cráneo incompleto, buena parte del esqueleto e incluso la huella de tejidos suaves, como el pelo que cubría su cuerpo. Pero sobre todo conserva los dientes y las patas delanteras, por cuya morfología los expertos han podido establecer con claridad que es más un animal placentario que un marsupial, como los canguros. Los dientes, en los mamíferos fósiles son sumamente importantes, además de dar indicios de su dieta son muy útiles para clasificarlos en los diferentes grupos taxonómicos, y permiten nombrar especies nuevas.
Para uno de sus descubridores, el paleontólogo Zhe-Xi Luo, del Museo de Historia Natural de Carnegie, sin duda este roedor sería "la tatarabuela de todos los mamíferos placentarios que existen hoy en el planeta", entre ellos los seres humanos.
"Comprender el momento en el que aparecieron los placentarios es muy importante para el estudio de la evolución de los mamíferos", asegura Luo, consciente de que conocer la fecha en la que una especie ancestral se separa en dos ramas para dar lugar a linajes diferentes es uno de los datos más importantes para un científico que estudie la evolución.
"La divergencia de mamíferos euterios y marsupiales, que hizo aparecer la placenta y una nueva forma de reproducción, fue crucial en su éxito evolutivo, pero la adaptación al medio, que les permitió explorar los árboles, fue una característica que ayudó a su éxito", señala Luo.
De hecho, por ello se había buscado ese momento con métodos moleculares modernos, que sirven para calcular aproximadamente cuando dos especies divergieron, pero es este un reloj que necesita ser verificado, a ser posible con fósiles, algo que no resulta fácil.
Juramia fue una especie que trepaba los árboles, y quizás pasaba desapercibida para los dinosaurios de gran tamaño. Los placentarios, y también su grupo hermano de los marsupiales, lograron sobrevivir al impacto de un meteoro que hace 65 millones de años puso fin al reinado de los dinosaurios* y también al período Cretácico. La siguiente era geológica, la Cenozoica sería la de los mamíferos, en la que los descendientes placentarios de Juramia, o una especie cercana a esta**, dominarían los ecosistemas.
* Recomendamos el ensayo "Chicxulub y el pastor protestante" publicado en la página principal de Sindioses.org.
** Afirmar que una especie conocida solo pos sus fósiles es el ancestro directo de una actual es muy arriesgado. Estas afirmaciones se deben tomar como probables. Ya, que al igual que en el presente, un grupo taxonómico puede tener muchas especies, y es probable que la encontrada sea pariente de la especie ancestral de las actuales y sea esta una rama que no dejó descendencia. No obstante, estas especies no muestran como podría ser la especie ancestral en cuanto a sus rasgos anatómicos.
¿Y usted qué opina?
No hay comentarios:
Publicar un comentario