Se trata de David Matherson, feligrés de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días (mormones), quien se educó en la Universidad Brigham Young donde obtuvo el título de terapista. Como psicólogo mormón escribió el libro "Becomimg a whole man", que como su nombre lo indica defendía la idea que los hombres homosexuales se encontraban incompletos. Para ayudarles él cobraba $ 240 por una sesión de 90 minutos en el 2007.
El Sr. Matheson se formó con el psicólogo Joseph Nicolosi, presidente de la Asociación Nacional para la Investigación y la Terapia de la Homosexualidad, una organización secular prominente en el movimiento de reconversión de gays.
Ya para el año 2010 el Sr. Matherson afirmaba en ABC que las terapias no eran efectivas para algunas personas. "Para algunas personas 'gay' nunca va a funcionar"
El libro de David Matherson donde decía que los gays estaban incompletos. Ahora el mormón ha resultado ser gay. |
"No renuncio a mi trabajo pasado ni a mi fe SUD. Y no estoy condenando los matrimonios de orientación mixta. Continúo apoyando los derechos de los individuos para elegir cómo responderán a su identidad y atracción sexual. Con esa libertad, ahora estoy eligiendo perseguir la vida como un hombre gay", afirmó David Matherson.
Venido a este tema de las terapias de reconversión cabe señalar que la Asociación Mundial de Psiquiatría se ha posicionado en contra de las “terapias” reparadoras de la homosexualidad. También son impactantes dos hechos que fueron noticia en 2014.
El estadounidense Christian Schizzel decidió reconocerse públicamente como gay. Durante 7 años fue la cara visible del movimiento “ex-gay” y apareció en reiteradas ocasiones en medios de comunicación de Estados Unidos promocionando las terapias reparadoras. Al salir del closet ha dicho: “todos podamos aprender de los errores cometidos”. Schizzel reflexionando dijo: que “no hay ninguna base académica o espiritual” para la promoción de las terapias de conversión. “No le deseo esto a nadie, ni siquiera a los que me perjudicaron más en esta vida”, ya que se trata de un proceso “dañino y doloroso”.
También fue noticia que el líder de terapias reparadoras John Smid, terminó renunciando a estas prácticas y casándose con otro hombre.
El equipo de Sin Dioses sigue sosteniendo que no hay evidencia de que la homosexualidad constituya una enfermedad ni desorden, ni que las terapias reparadoras sean tales. Lo único que debe repararse es el dogma religioso que condena a muchas personas a vivir una vida de conflictos internos y tristeza consigo mismos, al no permitirles aceptarse y fomentar la homofobia social.
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