En muchas ocasiones, un sonido nos enseña a predecir un acontecimiento o la aparición de una imagen que viene acompañada de las ondas sonoras; ahora, investigadores en Glasgow han descubierto que estos sonidos son procesados en el área cerebral de la visión
Por Glenys Álvarez
“Imagina que estás en una calle y que oyes el sonido de una moto que se acerca, obviamente, esperas ver una motocicleta que viene doblando la esquina. Si resulta ser un caballo, te quedarías muy sorprendido”.
Así explica algunos de los objetivos de este nuevo estudio el profesor Lars Muckli, del Instituto de Neurociencia y Psicología en la Universidad de Glasgow, quien dirigió la investigación.
El estudio del cerebro nos deja hoy con un órgano completamente plástico que no sólo trabaja con áreas especializadas sino que está cableado para crear un todo. De esta forma, no sólo hemos observado cómo zonas en funcionamiento pueden tomar trabajo extra de áreas dañadas y permitir que el organismo funcione de formas distintas, sino que el cerebro completo parece estar enterado de lo que está ocurriendo, no sólo en el organismo de forma biológica sino también los estímulos y los eventos que pasan afuera, en el medio, que muchas veces ni siquiera tienen que ver directamente con el individuo. El cerebro es realmente fascinante.
Por lo mismo, aún estamos aprendiendo, observando cómo suceden, neurológicamente, cada conducta y pensamiento; en esta ocasión, cómo la vista y el sonido trabajan juntos, de hecho, los científicos en el equipo observaron cómo muchos sonidos son procesados por la corteza visual. Los resultados sugieren, como en el ejemplo planteado por Muckli, que la entrada auditiva permite que el sistema visual pueda predecir la información entrante y podría hasta conferir una ventaja para la supervivencia.
“Los sonidos crean imágenes visuales y mentales, también proyecciones automáticas”, añadió.
Los equipos elaboraron cinco experimentos diferentes donde utilizaron imágenes de resonancia magnética funcional (fMRI), con el fin de examinar la actividad en la corteza visual temprana en 10 sujetos voluntarios. En uno de los experimentos los ojos de los voluntarios fueron vendados mientras escuchaban tres sonidos naturales distintos, uno era el canto de los pajaritos, en otro el ruido del tráfico y el tercero era de una multitud de personas hablando. En un segundo estudio, los sujetos ni siquiera escuchaban sonidos o miraban imágenes sino que sólo imaginaban; los resultados mostraron que eso era suficiente para generar actividad en la corteza visual.
Precisamente, los investigadores pueden identificar patrones únicos entre toda la actividad cerebral gracias al uso de un algoritmo especial, de esta forma, pudieron discriminar entre los diferentes sonidos procesados en la actividad de la corteza visual, mostrando cómo todas estas áreas mantienen conexiones con interesantes misiones.
“Esta investigación aumenta nuestra comprensión básica de cómo están interconectadas las diferentes regiones del cerebro. Previamente, no sabíamos que la corteza visual temprana también procesa información auditiva, era un dato que desconocíamos, y si bien habíamos encontrado cierta evidencia anatómica de interconexión en los monos, nuestro estudio es el primero en mostrar claramente esta relación en los seres humanos”, precisó Muckli.
Por supuesto, la mayoría de las investigaciones cognitivas que nos ayudan a desenredar los mecanismos en el cerebro, ayudarán de alguna forma a comprender distintas condiciones neurológicas, la salud mental es uno de los principales objetivos en todos estos estudios.
“En el futuro vamos a probar cómo esta información auditiva es ayudada, respaldada y mantenida por el procesamiento visual; por el momento, asumimos que proporciona predicciones para ayudar al sistema visual a centrarse en acontecimientos sorprendentes lo que conferiría una ventaja para la supervivencia. Más aún, esto proporcionará información sobre condiciones como la esquizofrenia o el autismo, ayudándonos a entender cómo las percepciones sensoriales difieren en estos individuos”.
Los investigadores también explorarán más sonidos para averiguar qué tan precisa puede ser la codificación predictiva en el cerebro.
El proyecto forma parte de un estudio de cinco años financiado por el Consejo Europeo de Investigación titulado “Lectura cerebral de comentarios y predicciones de contexto” que fue publicado en el diario Current Biology.
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