Mientras que en la localidad griega de Rafina los muertos ya pueden superar el centenar el obispo Amvrosios de Kalavrita, en el Peloponeso, ha culpado al primer ministro y líder de la coalición de izquierda Syriza, Alexis Tsipras, del fuego que se ha extendido por el país. "El ateo del primer ministro Alexis Tsipras atrae la ira de Dios", ha escrito el clérigo ortodoxo en su blog.
Según lo reportado por el diario heleno 'Kathimerini', la culpa del "desastre generalizado" que existe en medio de los incendios es de "los ateos de Syriza". "Sus ateos atraen la ira de Dios", ha repetido. Estas palabras fueron rechazadas incluso por correligionarios suyos como el Arzobispado de Atenas quien afirmó que las palabras de Amvrosios "solo expresan su opinión personal" y no la del clero griego.
Esta mentalidad de relacionar los desastres naturales con la ira de Dios es muy primitiva y está claramente anclada en la Biblia. Ya en este blog hemos documentado como en el 2011 el pastor de la iglesia pentecostal más grande del mundo, David Yoggi Cho, afirmó que el terremoto y posterior tsunami en Japòn es una "advertencia de Dios" a un a nación con alto porcentaje de ateísmo.
Según lo reportado por el diario heleno 'Kathimerini', la culpa del "desastre generalizado" que existe en medio de los incendios es de "los ateos de Syriza". "Sus ateos atraen la ira de Dios", ha repetido. Estas palabras fueron rechazadas incluso por correligionarios suyos como el Arzobispado de Atenas quien afirmó que las palabras de Amvrosios "solo expresan su opinión personal" y no la del clero griego.
Esta mentalidad de relacionar los desastres naturales con la ira de Dios es muy primitiva y está claramente anclada en la Biblia. Ya en este blog hemos documentado como en el 2011 el pastor de la iglesia pentecostal más grande del mundo, David Yoggi Cho, afirmó que el terremoto y posterior tsunami en Japòn es una "advertencia de Dios" a un a nación con alto porcentaje de ateísmo.
Para muchos religiosos fanáticos son los ateos, los gays o creyentes de otros credos los culpables de desastres naturales a través de la ira de su amigo imaginario. Amigo, que carga por delante tanto con niños y adultos, creyentes y ateos, gays y heterosexuales.
En enero de 2014 el concejal de Oxfordshire, David Silvester, publicó una carta en un diario local rebosante de ignorancia y religión (son lo misma cosa) en la que señalaba que las inundaciones de aquel momento en su país eran resultado de las uniones homosexuales. Una parte de la carta decía
"Las escrituras dejan extremadamente claro que la nación cristiana que se aparte de la fe y actúe en contra de la palabra de Dios y en flagrante violación del juramento real será tachonada de desastres naturales como tormentas, enfermedades, pestes y guerra".
Pastor Jorge Trujillo |
Y en Colombia el pastor y exsenador y excandidato presidencial Jorge Trujillo Sarmiento aseguró que las inundaciones del fenómeno de la niña en el 2010 fueron resultado de la asistencia del presidente Santos a una visita con los indígenas de la Sierra Nevada donde hubo un ritual indígena. El pastor evangélico dijo que entonces el presidente le había entregado el país a los demonios. “y vimos los resultados porque cuando le entregó nuestra nación al mismo diablo vinieron las catástrofes lo que vimos en los noticieros en esos días. Es importante que pidamos dirección a Dios para que votemos bien y nos preparemos porque los cristianos somos más, vamos a elegir a nuestro presidente pero no a aquel que le ha entregado nuestro país a los ‘mamos’, los chamanes y los brujos”.
Esta mentalidad, la que ve a fantasmas, dioses y espíritus detrás de los fenómenos naturales, es la que obstaculizó el desarrollo de la ciencia, la que actualmente se opone a ella total o parcialmente, y es la que con su estrechez de miras busca someter la inteligencia humana. Mientras hayan voces como las del Obispo Amvrosios o el pastor Jorge Trujillo que predican la irracionalidad, es necesario hacer más por promover la ciencia y apoyar a quienes apeustan por la educación científica y los estados laicos.
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