La Asamblea Departamental de Antioquia, en Colombia, dio a conocer el
pasado 13 de mayo el Proyecto de Ordenanza 17 por medio de la cual se crea la
política de antienvejecimiento en Antioquia. El documento, lleno de artículos
favorables y necesarios para la población adulta mayor, llamó la atención por
su sección considerativa iniciaba mencionando personajes bíblicos.
“Que, según la
historia bíblica, Noé vivió cerca de 950 años; murió 350 años después del
diluvio. Matusalén murió a los 969 años de edad. Y Adán vivió cerca de 950
años. Jared vivió 963 años. Ha sido un deseo y un secreto esquivo cómo extender
la vida”. Así encabezaba la justificación de la ordenanza departamental
propuesta.
Mencionar a personajes bíblicos como Adán, Noé y Matusalén
para justificar una política importante, puede parecer un tema de poca
importancia. Sin embargo, no deja de ser un guiño de favorabilidad a los
sectores cristianos en política, que tanto desprecian y niegan el carácter
laico del Estado colombiano y tienen una agenda claramente conservadora.
La laicidad implica que el Estado debe ser neutral frente a
todas las religiones que se practican en su territorio, y que por lo tanto no
debe haber favorecimiento de una religión sobre otra. Esto se deriva del hecho
que ninguna religión o conjunto de denominaciones pueden considerarse
oficiales, y todas las religiones son libres e iguales ante la ley.
Es decir, que tan iguales son ante la ley la “Iglesia
Budista – Comunidad Soto Zen de Colombia”, con sede en Bogotá, que la “Iglesia
Cristiana Los Negocios del Señor”, registrada en Valledupar. Con la
justificación de una ordenanza departamental que se remite a la Biblia,
claramente se muestra una preferencia institucional a las doctrinas judeocristianas
o basadas en la Biblia.
Probablemente más colombianos se habrían mostrado asombrados
si el considerando hubiese mencionado como personajes de resaltar al profeta
Alma, Lehi o Mormón del Libro de mormón, o quizás, la historia hinduista del
elixir de la inmortalidad, que fue recuperado por el dios Visnú y el semidios
Vasuki.
El considerando de la Ordenanza podría haber comenzado de
una manera más secular y objetiva. Como haber hecho mención de los datos de
esperanza de vida en Colombia en el último siglo, los porcentajes de cobertura
de salud y las afecciones predominantes a la población adulta mayor. Pero, ¿qué
tienen que ver personajes de ficción de un libro religioso en una ordenanza
secular?
Este guiño solo es un elemento de muestra el deseo de querer
mantener la influencia de las iglesias cristianas, de cualquier denominación,
en la política del Estado. Un esfuerzo que, en otros temas menos
controvertidos, apuestan por limitar libertades a algunos grupos poblacionales
y el deseo de querer imponer una moral religiosa a toda la ciudadanía,
incluyendo a aquellos ciudadanos que no hacen parte de su credo.
Cabe recordar el caso del DANE en agosto del 2010, en el que
la entidad que maneja las estadísticas poblacionales, fue consultada por la
Corte Constitucional para que proporcionara información que ayudara en el
debate sobre la apertura del matrimonio civil a las parejas del mismo sexo.
Causó extrañeza que el abogado de la Oficina Jurídica del DANE, Domingo Ospina
Villamarín, a nombre de la entidad pasara del terreno de las estadísticas a los
textos bíblicos argumentando: “Si observamos el concepto del libro de Mateo,
Capítulo 19, versículo 4 que dice: Y Jesús respondió, no han leído que el
creador al principio lo hizo hombre y mujer, y dijo: el hombre dejará a su
padre y a su madre y se unirá con su mujer y serán los dos una sola carne”.
Días después el DANE desautorizaría al
funcionario invalidando su concepto ante la Corte Constitucional.
En el 2012 la citación de la Biblia
volvió a saltar a los medios tras la respuesta de un juez de Cali a una tutela
interpuesta por el ciudadano Jaime Saúl Jiménez contra el Instituto de Seguros
Sociales.
El Juzgado Once Administrativo del
Circuito de Cali en su fallo citó y analizó un versículo de la Biblia, del
Antiguo Testamento, para justificar la negación de pensión del señor Jiménez. ``No
harás injusticia en el juicio; no favorecerás al pobre ni complacerás al rico,
sino que con justicia juzgarás a tu prójimo”, dice parte del fallo.
En la sentencia T-453 de 2012 la Corte
Constitucional analizando la tutela pidió que toda decisión estatal (en ese
caso un fallo judicial) debe estar desprovista de "cualquier expresión que
permita suponer un sesgo fundado en las creencias religiosas del funcionario
que la profirió".
"La Sala estima oportuno recordarles a las autoridades judiciales
que, en el ejercicio de sus funciones, están obligadas a respetar el principio
de laicidad que caracteriza al Estado colombiano y que se materializa en la imposibilidad
de que sus autoridades adhieran o promuevan determinada religión, o adopten
cualquier conducta que desconozca el pluralismo, la coexistencia igualitaria y
la autonomía de las distintas confesiones religiosas consagrados por la Carta
Política", dijo la Corte Constitucional en
referencia al versículo utilizado en la sentencia.
Dicha cita, precisó la Corte, fue
incluida en un pie de página de la sentencia del juzgado de Cali.
"Tal alusión resulta inadmisible en un documento que, al haber
sido suscrito por una autoridad pública, debe estar desprovisto de cualquier
expresión que permita suponer un sesgo fundado en las creencias religiosas o en
las convicciones personales del funcionario judicial que lo profirió", agregó el alto tribunal en esa decisión.
Teniendo en cuenta esta decisión de la
Corte Constitucional, la ONG “Corporación Bogotana para el Avance de la Razón
el Laicismo” pedirá a la Asamblea departamental de Antioquia, vía Derecho de
petición, que modifique su considerando.
Por otra parte, cabe señalar que en diferentes tiempos y
lugares se ha utilizado la Biblia para justificar diferentes políticas, en un
intento de darles un halo de legitimidad de Dios para obrar según sus deseos.
Uno de los casos más recientes fue el del Fiscal General de los Estados Unidos
Jeff Sessions, quien citó la Biblia para justificar la política de “tolerancia
cero” que involucró separar las familias migrantes, llevándose a los niños a
centros de reclusión diferentes al lugar donde se encontraban sus padres. “Les citaría al apóstol Pablo y su claro y
sabio mandamiento en Romanos 13 de obedecer las leyes del gobierno porque Dios
ha ordenado el gobierno para sus propósitos”, dijo el Fiscal.
Sin duda en la Biblia hay porciones de la Biblia que
enaltecen valores positivos, que son posibles y deseables en la sociedad, tales
como: amar al prójimo, ayudar a viudas, huérfanos y pobres ejercer la caridad,
proteger al pobre, dar al necesitado, no robar, ni engañar, etc. Eso no se
niega. Pero también es innegable que hay muchos mandatos bárbaros y retrógrados.
Citando a la Biblia se defendió la esclavitud en el Siglo
XIX. En Norteamérica los dueños de esclavos y defensores de la esclavitud
Biblia, citaban partes de la Biblia como en el capítulo 21 del Éxodo, “Leyes
sobre los esclavos” y la historia del esclavo escapado Filemón, al cual el
apóstol Pablo aconseja regresar a su amo, como evidencia de que esta práctica
encaja dentro del plan de Dios en el orden social. O «Siervos,
obedezcan a los que son sus amos según la carne, con temor y temblor, en la
soltería de su corazón, como a Cristo» (Efesios 6: 5). Según la Biblia es
válido adquirir un esclavo, pero sólo usarlo “por seis años; al séptimo será
libre” (Éxodo 21:2). Se puede vender a la hija mujer para que sea sierva (Éxodo
21:7). Texto último que muestra el papel subordinado que la Biblia da a la
Mujer. También los políticos esclavistas interpretaron historias bíblicas como
las de Caín y Abel y la supuesta maldición de Ham, hijo de Noé como prueba de
que Dios había hecho a los "negros" para ser esclavos.
Otros ejemplos de mandamientos extraños son la prohibición
de tocar un objeto hecho con cuero de cerdo (¿una billetera, un balón, un par
de zapatos?) (Levítico 11:7). Hacerse un tatuaje está prohibido según la Biblia
(Levítico 19:28), así también como vestir con telas mezcladas (Deuteronomio
22:11) ¿Prohibiremos las prendas que mezclan algodón con poliéster y cerraremos
las tiendas de tatuajes?
Este libro que tanto gusta también ordena guardar el sábado
para el dios Jehová y quien labore en ese día “será castigado con la muerte”
(Éxodo 35:2). Según esto los católicos y pentecostales estarían condenados. Y
los adventistas y bautistas del séptimo día, que guardan el sábado, no aplican
el castigo bíblico a los infractores, y no dicen nada sobre el uso de prendas con
telas mixtas.
La Biblia también contiene la orden de matar hechiceras (Éxodo
22:18), mandato que en Europa y América llevó a la muerte de miles mujeres
acusadas por brujería. La Biblia también justifica el genocidio en Deuteronomio
20:16 al declarar que “de las ciudades de
estos pueblos que Jehová tu Dios te da por heredad, ninguna persona dejarás con
vida.” Versículo que es usado por extremistas en Israel para justificar la
ocupación de tierras en Cisjordanía por parte de colonos judíos y demorar la
solución de dos estados.
En términos de moralidad sexual, la Biblia también está
llena de cosas arcaicas propias de la mentalidad de Edad de Bronce que produjo
los textos del Antiguo Testamento. En caso que en una pelea una mujer toque el
pene o los testículos de un hombre se le debe amputar la mano a la mujer
(Deuteronomio 25: 11-12), La homosexualidad es una “abominación” y también
merecedora de la muerte (Levítico 18:22) y la mujer que sea hallada no virgen
en la noche de bodas debe morir apedreada (Deuteronomio 22:13).
Igual de inmundo es comer mariscos, cerdo, bagre, calamar o
alimentos que contengan sangre en su preparación. No obstante, los pastores
homofóbicos (el 99%) no predican prohibiendo los chorizos, lechonas y el arroz
de camarones.
Tan absurdo como sería prohibir basados en la Biblia el
consumo de langostinos, lo es ampararse en la misma para negar derechos a los
ciudadanos LGBTI, como lo hizo el funcionario del DANE en el 2010 o el
representante Silvio Carrasquilla, en 2017, para votar contra la adopción
homoparental.
Este anhelo de meter la Biblia en la política lo expresó el
pastor y senador por Colombia Justa Libre, John Milton Rodríguez el 5 de abril
en el Salón elíptico del Congreso: “Hay
dos formas de vivir la vida: bajo el humanismo o bajo el cristianismo. En la
primera hay independencia de Dios. En la segunda, Cristo es el centro y respeto
lo que me determine”.
La Biblia puede ser predicada y creída e interpretada
libremente, justamente porque somos un país con libertad religiosa, y ese es un
rasgo de un estado laico. Sin embargo, que un funcionario público desee trazar
políticas basadas en la Biblia, que es una serie de libros iniciados hace unos
3 mil años en el desierto, escritos por más de 40 autores separados por lugares
y tiempos remotos (con siglos de separación); todos varones, analfabetas en
ciencia e influenciados por su época y cultura, es absurdo e incongruente con
un estado plural, democrático y secular. Permitir que los funcionarios públicos
ignoren el carácter laico del Estado y citen la Biblia para ciertas políticas
es el primer paso para que el día de mañana políticos fundamentalistas decidan
cuál es la ortodoxia, y cuál la herejía, los hechiceros y los infieles, y en
cumplimiento del Levítico y el Deuteronomio, la sociedad vuelva a ver una
persecución.
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