Más de 100 obispos, pastores, supervisores generales, profetas, evangelistas y otros clérigos cristianos reunidos bajo los auspicios del Consejo de Iglesias de Liberia (LCC), se reunieron el pasado miércoles 30 de julio en la ciudad de Monrovia, capital de Liberia, para deliberar sobre la respuesta de las iglesias cristianas frente a la epidemia de Ébola.
La reunión fue convocada por el Arzobispo Jonathan Hart, Presidente de la LCC, quien recientemente fue nombrado Arzobispo de la Provincia Interna de África Occidental.
Por parte de la Iglesia Católica asistió Lewis Zeiglier. También hubo representantes de la Comunidad Unión Pentecostal de Liberia, Confraternidad de Ministros del Evangelio Completo de Liberia, Asociación de Evangélicos de Liberia, Llamado profético a los Ministros, Comunidad Cristiana en Liberia y la Comunidad cristiana Apostólica Mundial.
La reunión interdenominacional aprobó por unanimidad la siguiente resolución:
“Dios está enfadado con Liberia. El ébola es una plaga. Los liberianos tenemos que rezar y pedir perdón a Dios por la corrupción y los actos inmorales (como el homosexualismo, etc.) que siguen penetrando en nuestra sociedad. Como cristianos, debemos arrepentirnos y buscar el perdón de Dios”
La resolución también pide una jornada de ayuno y oración para evitar la propagación del virus.
El domingo 27 de julio el arzobispo Zeigler en una Homilía durante la misa en la Catedral del Sagrado Corazón en Monrovia, pidió a todos los católicos de Liberia observar tres días de rezo del rosario para que su dios intervenga para traer remedio a la epidemia de Ebola .
"La Iglesia ha usado las oraciones fieles y verdaderas a Dios para la intervención en nuestras vidas en tiempos de paz, guerra o hambre. No dejemos pasar esta oportunidad para orar juntos e ir a Dios en el espíritu de humildad y arrepentimiento", amonestó el obispo católico.
Flagelantes católicos autoinfligiéndose daño para pedir al dios del cristianismo la cesación de la peste bubónica. Finales del siglo XVI. |
Las declaraciones son cavernarias por dos aspectos: Primero, la faceta altamente homofóbica de la Iglesia Católica en África. Mientras en Europa o América Latina el clero católico se abstendría de hacer declaraciones tan retrógradas y las matizaría con "Dios odia la homosexualidad, pero ama al homosexual" en África a abogado por la persecución, encarcelamiento y hasta pena de muerte de gays y lesbianas, como ha ocurrido en Uganda. Ahora en Liberia, las declaraciones de la Iglesia Católica y de las evangélicas son desastrosas, y solo contribuyen a extender la ignorancia y el prejuicio.
En segundo lugar, vemos en estas declaraciones una explicación retrógrada de la causa de las enfermedades. Nada diferente a lo que hizo el cristianismo a finales del siglo XIV, en tiempos de la peste bubónica, cuando llamaba a las procesiones y flagelaciones para pedir el perdón de su dios, por una plaga que era causa una bacteria que se propagaba por la picadura de pulgas de las ratas y nada tenía que ver con los caprichos de una deidad. De igual manera, en este caso del brote del ébola está relacionado con un virus que se propaga por fluidos corporales, y nada tiene que ver con amigos imaginarios.
En tiempos de la plaga bubónica los cristianos terminaron culpando a los judíos a los que persiguieron y mataron, ahora los evangélicos y católicos de África quieren hacer lo mismo con gays y lesbianas. Como puede verse, la religión sigue promoviendo la ignorancia y el prejuicio. África es ahora su campo más fértil.
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