Terminando el mes de abril fuimos testigos de una discusión entre el pastor y concejal Marco Fidel Ramírez y el senador Gustavo Bolívar en Twitter que terminó con una demanda del religioso hacía el senador.
El pastor Ramírez, quien lidera la Iglesia Familiar Internacional, otorgó un poder al polémico abogado uribista Abelardo De La Espriella para que denuncie penalmente al senador Bolívar ante la Corte Suprema de Justicia por “hostigamiento agravado”. El escrito de Bolívar que despertó la ira santa del pastor fue este:
#SemanaSanta ¡Temporada alta! para pastores que se dicen cristianos pero que no practican la honestidad y explotan la fe de sus fieles manipulando el diezmo con amenazas. Y no pagan un solo peso de impuestos de lo que se roban porque al Estado le da miedo tocarlos. Son un fortín electoral.
El senador Bolívar, tras el reclamo del clérigo concejal no se retractó, sino que añadió a su anterior opinión que:
“El concejal de la familia me denuncia por decir que muchos pastores explotan la fe, son ladrones y manipulan el diezmo. Bueno pues me reafirmo. Jesús jamás permitiría que usen su nombre para enriquecerse y conseguir votos”.
Pero ¿son ciertas las afirmaciones de Gustavo Bolívar? Más allá de las generalizaciones, que no son válidas, es importante preguntarse: ¿Se aprovechan los pastores para lucrarse y manipulan electoralmente a su feligresía? Miremos qué dicen los datos.
Dentro del mundo protestante no todas las iglesias hacen presión para que los feligreses entreguen el diez por ciento de sus ingresos, o que diezmen, pero un buen porcentaje de ellas hacen uso de la denominada “teología de la prosperidad”. Esta creencia dice que las personas recibirán bendiciones de Dios en la medida que sean estrictos y puntuales (le llaman fidelidad) en el pago de los diezmos al pastor. Dentro de esta enseñanza se dice que estos dineros deben ser entregados a la iglesia para el mantenimiento de la iglesia y la propagación del evangelio.
Sin embargo, parece ser que para muchos pastores que siguen la teología de la prosperidad, los ingresos les permiten algo más que sostener el ministerio. Pues no son pocos que tienen viviendas lujosas, autos de alta gama, e incluso jets privados.
A principios del 2018 sorprendieron las declaraciones de la hija del pastor de la Iglesia Obra de Orange, ubicada en California. En un video de Youtube, Hannia Gastelum reveló que, en la Iglesia de su padre, afiliada a las iglesias “Ministerios Llamada Final” se recolectaban ofrendas por casi 20 mil dólares por semana (Casi unos 65 millones de pesos colombianos), sin contar otros ingresos como los cobros por cursos, retiros, venta de música de alabanza, etc.
Hannia explicó que el pastor tiene un sueldo de casi 5 mil dólares mensuales (unos 16’241.000 pesos) más otros 9 mil en efectivo, que usan para adquirir bienes personales y muy terrenales. Gatelum afirmó que nada de ese dinero ha salido para ayuda comunitaria, no se visitan cárceles ni hospitales. Mucho menos donar escuelas o vías.
Más recientemente se han revelado el listado de los pastores que más dinero han acumulado predicando el evangelio. Sus fortunas perfectamente rivalizan con la de las estrellas de cine o del fútbol. La lista la lidera el pastor pentecostal Kenneth Copeland del programa de televisión “La victoria de los creyentes” con una fortuna de 760 millones de dólares. En el quinto lugar está Creflo Dollar, cuya fortuna suma 27 millones de dólares. Este pastor saltó a los titulares de prensa en 2015 por pedirle a sus seguidores que le donarán dinero para un segundo avión privado.
Otras iglesias que han hecho enormes fortunas con la teología de la prosperidad son de origen brasileño. Entre ellas tenemos La Iglesia Universal del Reino de Dios, conocida por su lema “Pare de sufrir”, La Iglesia del Poder de Dios, y la Iglesia Renacer en Cristo. La primera tiene amplia presencia en Colombia, y en Brasil cuenta con bancada en el Congreso, mientras su fundador, el Obispo Edir Macedo, fue referenciado por Forbes por poseer una fortuna de 950 millones de dólares en el 2013.
Son expastores de la Iglesia Universal quienes han revelado que a los predicadores se les entrena en pedir ofrendas apelando a que si no se diezma no se recibirán las bendiciones de Dios. Esos miembros que han apostatado a la Universal han dicho que las piedras de la Tumba de Jesús, o el aceite santo de Israel, que entregan en sus templos, no provienen de Tierra Santa sino del supermercado o la cantera más cercana.
En febrero de 2015 el Obispo Macedo se dirigió a sus feligreses con estas palabras: “Quien considera al oro más importante que al Altar ¡nunca nació del Espíritu! O como mínimo Lo opacó priorizando lo material y despreciando lo espiritual.”
Otro pastor evangélico, esta vez Cash Luna, de la Iglesia Casa de Dios de Guatemala, poseedor de un jet privado y con un templo que costó 45 millones de dólares, afirmó en un culto que estaba siendo televisado que “A mí me enseñó un apóstol algo. Me dijo: Cash, a la iglesia uno siempre lleva dos cosas: Biblia y chequera. La Biblia para que aprendás lo que Dios te va a decir y la chequera para que lo adorés”. Con discursos así es difícil no considerar que muchos pastores se aprovechan de la fe de las personas para sacarles dinero.
Si el lector cree que estos lujos están reservados solo para los pastores gringos o brasileños está equivocado. En enero de 2014 el entonces concejal Jairo Cardozo se dirigió a la congregación de la Iglesia de Dios Ministerial de Jesucristo Internacional en Bogotá con estas palabras: “Que la iglesia ha construido templos y tiene propiedades en los Estados Unidos pues sí porque los hermanos han aportado para ello. Que la iglesia tendrá su propio avión para que se traslade la hermana María Luisa Piraquive a visitar los países del mundo y ¿cuál es el problema con ello? ¡Gloria a nuestro Dios!” Sus palabras estaban enmarcadas por las protestas de un grupo de ateos a las afueras del templo por un caso de discriminación. “Cuál es la argumentación del diablo para venir contra nosotros. Hay riquezas materiales y son de Dios y las da a quien quiera darlas”, añadió el concejal predicador en respuesta a los críticos de su denominación.
Según un artículo de Revista Semana esta denominación, de origen colombiano y con sedes en muchos países, recogía en 2014 solo en Bogotá, mil millones de pesos al mes. Dinero que le ha permitido a la familia de la pastora Piraquive tener mansiones en La Florida.
La reacción de los pastores que son objeto de estas críticas por parte de expastores retirados, ateos o creyentes no afiliados, es la de acusarlos de ser instrumentos de Satanás. En algunos casos la respuesta a las críticas puede tomar otros tintes, como lo mostró el pastor cartagenero Miguel Arrazola en 2017 cuando se dirigió al periodista Lucio Torres en un sermón de su Iglesia Ríos de Vida así: “Como saben que no te puedo pegar… Qué bien te mereces un par de garnatá míos (bofetadas)… Y yo tengo unos manes tablúos (acuerpados) aquí. Yo te puedo hacer la vuelta… Te mando a Nigeria (uno de los escoltas de Arrázola), este te acaba, te mata ese man. Dale gracias a Dios que soy nacido nuevo. Tengo el Espíritu Santo y Jesucristo en mi corazón, porque hace rato estuvieras en la Ciénaga de la Virgen, metido ahí”.
El periodista Lucio Torres había revelado los millonarios ingresos del pastor y su familia. Tras conocerse en medios este caso varios pastores de Colombia hicieron un cerco para defender a su colega cartagenero. La pastora Patricia Rodríguez de Avivamiento eximió de culpas a su colega de Ríos de Vida e endilgó la culpa a los medios de comunicación. “Quiero levantar una oración por los pastores Arrázola de Cartagena. No importa lo que digan los demás. Los medios saben exagerar y hacer montajes. Están muy afligidos”
Pasando al otro aspecto de la denuncia de Marco Fidel contra Gustavo Bolívar, el que las iglesias son fortines electorales, este tema ha sido ampliamente analizado por politólogos y sociólogos. Esta coyuntura no es exclusiva de Colombia, sino que es característica de toda Latinoamérica en el presente, amenazando la laicidad.
La pérdida de credibilidad de los partidos tradicionales y el aumento de la confianza de muchas personas en los pastores ha hecho que los políticos se vuelquen a pedir votos en los púlpitos, o incluso que varios pastores aprovechen la situación para ser diputados, alcaldes, senadores, etc. Javier Corrales, profesor de Ciencias Políticas en Amherts College argumenta que los evangélicos “Están consiguiendo votantes entre gente de todas las clases sociales, pero principalmente entre los menos favorecidos. Están logrando convertir a los partidos de derecha en partidos del pueblo”.
Este fenómeno político inició en la década de los 80 en Estados Unidos en la que los pastores que se oponían a los derechos de minorías sexuales y al feminismo, encontraron eco y apoyo en el Partido Republicano.
Marta Lugos, directora del Latinobarómetro, le dijo a la BBC que “En muchas partes de la región, la Iglesia católica pierde poder y aumenta el poder de la evangélica. No sé si el poder político directo, pero sí el poder de influencia en la sociedad, escuelas, comuna, etcétera. En ese sentido sí hay una influencia tremenda de la iglesia evangélica, sobre todo en la gente más pobre”, agregó, “los candidatos van a buscar los votos evangélicos, no cabe duda”.
En Brasil el pentecostalismo, que tiene una amplia bancada en el Congreso, es responsable, en parte, del ascenso de Jair Bolsonaro. El sector evangélico ha llegado al punto de ser cómplice de la destrucción de la Amazonia por parte de los colonos, en alianza con los otros sectores conservadores. En los Estados Unidos, la bancada evangélica se ha unido al Partido Republicano en negar que el calentamiento global sea de origen antrópico, lo que ha llevado al gobierno de Trump que se niegue a frenar las emisiones de CO2
El matrimonio entre políticos conservadores y pastores evangélicos se ha extendido por América Latina, y con la ayuda de los católicos, han marchado en contra de los derechos civiles de los LGBT en Colombia, Costa Rica, República Dominicana, Perú y México. En Paraguay y Colombia pidieron que los ministerios de educación prohibieran los libros que abordan la sexualidad. En Perú se opusieron al enfoque de género en el currículo escolar. Aquí, muchas iglesias se posicionaron en contra del acuerdo de paz con las Farc argumentando que los acuerdos llevaban muy lejos los derechos feministas y de la comunidad LGBT. A muchos creyentes se les dijo que los acuerdos iban “a homosexualizar al país”.
En conclusión, las afirmaciones generales de Gustavo Bolívar se ven respaldadas por los hechos, haciendo la salvedad de que no todas las iglesias participan en política (como anglicanos o adventistas), ni todas se adhieren a la teología de la prosperidad (como las iglesias del protestantismo histórico). Pero aquellas que violan la separación entre Estado e iglesia sí utilizan el púlpito como fortín electoral y las iglesias que predican que las bendiciones solo son resultado de haber diezmado u ofrendado tienen pastores que viven a todo lujo. Algunas personas llaman “ladrones” a quienes recurren a engaños y presión psicológica para conseguir recursos. Para muchos feligreses, ellos entregan su dinero a los pastores voluntariamente.
Estaremos atentos al desarrollo de la demanda interpuesta por el pastor Marco Fidel Ramírez contra Gustavo Bolívar.
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