miércoles, 16 de septiembre de 2009

Costa Rica podría ser una nación laica

Costa Rica es la última nación de Latinoamérica que mantiene en su constitución la religión católica como oficial, y establece la obligación del Estado de mantenerla y perpetuar su enseñanza en los colegios oficiales.

Pero las cosas parecen estar por cambiar. El Movimiento por un Estado Laico en Costa Rica, que reúne a representantes de distintas organizaciones religiosas, sociales, académicas y de la sociedad civil, se encargó de la elaboración de un proyecto de reforma de dos artículos de la constitución. Los impulsores de la propuesta son un grupo multipartidario integrado por 13 Diputadas y Diputados.

El artículo 75 de la Constitución dice:

"La Religión Católica, Apostólica, Romana, es la del Estado, el cual contribuye a su mantenimiento, sin impedir el libre ejercicio en la República de otros cultos que no se opongan a la moral universal ni a las buenas costumbres".

El artículo modificado diría así:

“Toda persona es libre de profesar un credo religioso compatible con los derechos humanos, o bien de no profesar ninguno. El Estado velará por el respeto de esa elección, así como de la libertad de practicar actos de culto individualmente o en grupo, conforme a la ley, siempre que se respete el orden público y los derechos de terceros. El Estado, sus instituciones y los funcionarios públicos –cuando actúen en calidad de tales– no podrán emitir actos o normas, destinar ninguna clase de recursos, manifestarse públicamente o realizar otras conductas que impliquen tomar partido a favor de un credo religioso en particular”.

El articulo 194, en tanto, estipula que los presidentes costarricenses deben jurar por Dios al asumir su cargo. El artículo dice:

El juramento que deben prestar los funcionarios públicos, según lo dispuesto en el artículo 11 de esta constitución es el siguiente:
"¿Juráis a dios y prometéis a la Patria, observar y defender la Constitución y las leyes de la República, y cumplir fielmente los deberes de vuestro destino?

- Si, juro-. -Si así lo hiciereis. Dios os ayude, y si no, El y la Patria os lo demanden".

La reforma propuesta el artículo 194 quedaría así:

"¿Jura por sus convicciones y promete a la Patria observar y defender la Constitución y las leyes de la República; y cumplir fielmente los deberes de su cargo?"

Les dejo una par de noticias publicadas en el país centroamericano


Costa Rica quiere dejar de ser un país católico

El País – Álvaro Murillo – San José 15 de septiembre.

Los diputados de Costa Rica tienen en manos un proyecto de reforma constitucional que podría dejar a la Iglesia Católica sin su último Estado confesional en América Latina. El plan para convertir este pequeño país centroamericano en un Estado laico ha encendido un intenso debate político que motivó incluso a un prominente obispo a pedir a los feligreses no votar en febrero próximo por "candidatos presidenciales que niegan a Dios y defienden principios que van contra la vida, contra el matrimonio y contra la familia".

El texto, redactado por un grupo civil llamado Movimiento por un Estado Laico, entró hace dos semanas a la corriente legislativa y, aunque ninguna reforma constitucional en Costa Rica puede tardar menos de un año en aprobarse, ya se convirtió en tema de la campaña electoral. La modificación al artículo 75 de la Constitución Política, que cumple seis décadas este año, recoge el respaldo de congresistas de casi todos los partidos políticos representados en Congreso y del presidente Óscar Arias, cuya posición terminó de preocupar a las autoridades católicas costarricenses.

Varios púlpitos han servido ya para intensificar la lucha eclesiástica en el ámbito político, siguiendo los pasos del obispo de Cartago (centro del país), sede de la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles, patrona de Costa Rica.
El prelado Francisco Ulloa advirtió que "cuando un Estado se vuelve ateo, es capaz de cometer las peores injusticias y las más bajas aberraciones. De esto es testigo la historia". A su lado estaba el representante de El Vaticano, Pierre Nguyén Van Tot.


Nada tan lastímero
Por Christian Hess Araya –Jueves 20 de agosto de 2009

En La Nación del 1.° de diciembre del 2007 , propuse una reforma al artículo 75 de la Constitución Política. Sugerí esta redacción:“Toda persona es libre de profesar un credo religioso compatible con los derechos humanos, o bien de no profesar ninguno. El Estado velará por el respeto de esa elección, así como de la libertad de practicar actos de culto individualmente o en grupo, conforme a la ley, siempre que se respete el orden público y los derechos de terceros.

El Estado, sus instituciones y los funcionarios públicos –cuando actúen en calidad de tales– no podrán emitir actos o normas, destinar ninguna clase de recursos, manifestarse públicamente o realizar otras conductas que impliquen tomar partido a favor de un credo religioso en particular”.

Igualdad, respeto y tolerancia para todos. Neutralidad estatal en materia religiosa. ¿Qué persona con sentido común podría estar en contra?

Pero dicen que el sentido común es el menos común de los sentidos. Desde estas mismas páginas se ha escrito en defensa del statu quo y de la posición privilegiada que el texto actual confiere a la Iglesia Católica, Apostólica y Romana. Para ello se usan argumentos que van desde lo sutilmente falaz hasta lo palmariamente absurdo.

Hechos contrastantes. Por ejemplo, se dice que la secularización del Estado conduce de modo fatal a que la sociedad extravíe su norte moral y caiga en el “todo se vale”. Para desmentirlo, basta con mirar hacia Suecia o Dinamarca, donde más del 80% de la población es religiosamente indiferente, si no abiertamente atea y, sin embargo, se ubica una y otra vez en los primeros lugares del mundo en sus índices de desarrollo humano, civilidad y transparencia.

En contraste, países con Estados confesionales y de población altamente religiosa –cercanos al nuestro, incluso– se sumen en la pobreza, la corrupción y la violencia social. El argumento cae con facilidad. Ninguna teoría vale contra la evidencia.

Se dice también que la reforma propuesta atenta contra nuestras raíces históricas, como si el apego irracional al pasado fuese una especie de virtud. Pero, evidentemente, quienes afirman eso no saben leer los signos de los tiempos: la Costa Rica de hoy ya no es la del pasado. Hay un claro desajuste entre la sociedad actual y la ideología del artículo 75.

El reportaje del 27 de enero pasado sobre la caída en el número de matrimonios vs las uniones libres; las estadísticas sobre divorcios y actitudes frente a la planificación familiar y otros muchos datos dejan en claro que hoy ni siquiera la mayoría de los católicos confesos se toman en serio ciertas enseñanzas eclesiásticas. Increíblemente, algunos creen que unas letras en el papel servirán para tapar el sol con un dedo y detener una transformación social ya consumada. No hay peor ciego que el que no quiere ver.

Privilegio odioso. Pero lean otra vez mi propuesta. Comprobarán que no está dirigida contra el catolicismo ni, mucho menos, contra las muchas personas que, al amparo de su fe, todos los días hacen grandes cosas por sus familias y por el país. Va dirigida contra una discriminación manifiesta e indefendible. Por eso, tengo la esperanza de que encuentre eco incluso entre católicos razonables, que se dan cuenta de que no hay argumento racional alguno que permita sostener un privilegio odioso.

Por desgracia, algunas regiones del mundo involucionan hacia una nueva Edad Media, caracterizada por oscurantismos religiosos de distintos signos, que empujan a guerras que no se pelearán con espadas, sino con armas informáticas y nucleares. Costa Rica puede y debe sembrar paz, que en verdad se logra por medio de la libertad, la igualdad y el respeto dentro de la ley. Es una simple cuestión de derechos humanos.

No se trata de si el artículo 75 va a cambiar o no, sino de cuándo. No hay nada tan poderoso como una idea cuyo tiempo ha llegado. Ni nada tan lastimero como una idea obsoleta y absurda que, con desesperación, ensaya artificios retóricos para negarse a morir.

También hay un grupo en Facebook del Movimiento por un Estado Laico en Costa Rica, para aquellos que deseen unirse.
¿Y usted qué opina? ¿Cree que Costa Rica hará el cambio?

5 comentarios:

  1. Me siento sumamente complacido por la propuesta de reforma. En primer lugar soy del pensamiento de que la religión católica ha sido una de las más radicales en cuanto a la oposición de la prevalencia de un pensamiento científico en nuestra Tierra. En segundo lugar considero que los dioses deben ser erradicados de la política de manera total. No se está en contra de la creencia en dioses (lo que ya es algo patético y enfermizo) sino en contra de que se mezcle religión, política y moral.

    ¡Ojalá que triunfen!

    Edwin Montero

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  2. Lo que se disponen ese grupo de costarrisences, es de admirar, en mi opinión, a pesar de contar con una ciudadania con un gran arraigo a lo religioso, muchos confesionales, no tanto practicantes, creo que daran el paso.

    Hace unos días, publique sobre el tema en Brainsesudo.blogspot.com, aqui podran encontrar la actitud que han tomado los representantes de la ICAR.

    http://brainsesudo.blogspot.com/2009/09/costa-rica-tras-un-estado-laico.html

    Un cordial saludo

    Mar_o

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  3. lamentablemente no prosperó la iniciativa. las elecciones son el próximo febrero, y los posibles diputados del partido con más opciones de ganar publicaron una carta pública en los diarios de circulación nacional, en la cual se comprometían a no cambiar el estado confesional del estado en caso de quedar electos.

    pero hubbo algo bueno. se está hablando el asunto. el éxito se logra conversando, el fracaso no conversando.

    el presidente, por otra parte, dijo que estaba muy claro que la política del vaticano apoya y promueve la separación del estado y la iglesia.

    pero bueno, ya queda la espinita en la opinión pública que es la que manda.

    saludos.

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  4. Muy buen texto para la Constitución y muy buen artículo periodístico.

    Mis felicitaciones por el avance.

    En Argentina tenemos libertad de culto pero sostenimiento del catolicismo por parte del Estado, aunque educación pública laica.

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  5. Exelente artículo me lo voy a bajar--como hago con casi todo--para hacerlo circular por nuestro congreso.. Hernán desde Argentína.

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