sábado, 26 de noviembre de 2016

Dona un libro racional

Los ateos de Bogotá han lanzado una campaña para ayudar a divulgar ciencia y escepticismo entre los jóvenes de la capital colombiana. Por medio de donaciones llevarán libros a instituciones con programas de lectura libre para fomentar la ciencia y la razón.

Texto de la campaña

¿En qué consiste la campaña?
Ayúdanos a fomentar la ciencia y la razón. Si deseas colaborar puedes comprar un libro de ciencia, divulgación científica, escepticismo y pensamiento racional, acorde para edades escolares y jóvenes. Estos libros serán entregados por la Corporación Bogotana para el Avance de la Razón y el Laicismo y la Asociación de Ateos de Bogotá a un par de instituciones educativas distritales que adelantan proyectos lectores con sus estudiantes.

¿Por qué es importante esta campaña?
Nuestra sociedad tristemente tiene altos niveles de analfabetismo científico y proliferación de pseudociencia, superstición e irracionalidad. Por medio de la lectura se puede ayudar a muchos niños y jóvenes a tener una perspectiva racionalista de la vida. Tú aporte será decisivo para muchos chicos.

¿Dónde puedo conseguir los libros?
Hay librerías en Bogotá que tienen libros de ciencias para niños. Temas como dinosaurios, volcanes, astronomía, animales, geología y similares, son adecuados para chicos de tercero a grado sexto. Libros de escepticismo y de autores como Carl Sagan y Christopger Hitchens también son recomendables.

Librerías generales como La Panamericana cuenta con libros de ciencias adecuados para niños de primaria a grado sexto. La Librería Nacional, la Librería Lerner y la del Fondo de Cultura Económica (Calle 11 N° 5-60) cuentan con una colección de divulgación científica y racional mucho más grande.


¿Cómo hago llegar mi donación?
Después de comprar tu libro contáctanos al teléfono 314-2630285 o al correo bogota@ateos.co allí nuestro coordinador de campaña, Jorge González gestionará la recolección de tu libro. Recibiremos donaciones desde noviembre del 2016.

¿A dónde irán los libros?
Haremos una primera entrega en febrero de 2017, una vez iniciado el año escolar, a un colegio que tiene implementado un programa de lectura voluntaria. Usted como donante recibirá por correo una notificación de a qué entidad y cuándo fue entregada su donación. Por nuestro fanpage informaremos del evento de entrega.

Compartimos a continuación unas fotografías de algunos libros disponibles en la librería del Fondo de Cultura Económica.





martes, 22 de noviembre de 2016

Modus operandi de los Testigos de Jehová... y otras sectas

Una de las principales características de las sectas es la de limitar el acceso a información contradictoria a sus feligreses. Para muchos evangélicos, adventistas, testigos de Jehová está prohibido acceder a otras fuentes so pretexto de ser protegidos. De esta manera los clérigos de las sectas mantienen una estrecha visión del mundo de sus adeptos.

Por ejemplo, la señora Elena G. de White, considerada profetiza por los adventistas declaró que "Es la obra de Satanás presentar a nuestros jóvenes historias en periódicos, revistas y libros de cuentos que fascinan los sentidos destruyendo así su gusto por la Palabra de Dios".

La viñeta que acompaña este texto ilustra como, con una apariencia de aperturismo y libertad, los líderes religiosos impiden la comparación y contraste de ideas.

lunes, 21 de noviembre de 2016

¡Vaya timo! estrena dos títulos

La editorial Laetoli, enfocada en fomentar el pensamiento escéptico racional, presenta dos nuevos títulos a su colección. Las terapias espirituales y el islam son el tema de los dos nuevos títulos.

Las terapias espirituales ¡vaya timo! En esta obra del cardíologo Javier Sanz se  nos explica porque las llamadas terapias de sanación espiritual son un fraude. Sanz completa tres obras en esta colección después de colaborar con "La homeopatía ¡Vaya timo!" y "La acupuntura ¡Vaya timo!"

También de reciente aparición es "El islam, ¡Vaya timo!" En un a obra de gran actualidad se abordan las cuestiones de si el islam es una religión de paz y si es compatible con los derechos humanos, a la luz de sus propios textos y su historia expansionista. El autor de esta obra es el sociólogo Gabriel Andrade, quien es profesor de la Universidad del Zulia. En esta serie también ha publicado "La imortalidad ¡Vaya timo!" y "El posmodernismo ¡Vaya timo!"


Con este par de títulos la colección ¡Vaya timo! alcanza los 29 ejemplares. Una interesante colección que ha ayudado a fomentar el pensamiento racional. 

No es lo mismo ser racional que ser inteligente

¿Conoce usted personas con gran inteligencia matemática pero que cree en el horóscopo o sigue alguna religión? Hay personas que cuestionan la existencia de dioses pero no tienen una gran inteligencia matemática. Hoy sabemos que inteligencia y racionalidad son dos atributos cognitivos separados. La buena noticia es que la razón es susceptible de ser entrenada y mejorada.

El siguiente es un texto de David Z. Hambrick y Alexander P. Burgoyne publicado en el New York Times

No es lo mismo ser racional que ser inteligente

¿Eres inteligente o racional? Esta pregunta puede sonar redundante, pero en años recientes los investigadores han demostrado lo distinto que son estos dos atributos cognitivos.

Todo comenzó a principios de la década de los setenta, cuando los psicólogos Daniel Kahneman y Amos Tversky llevaron a cabo una serie de experimentos que mostraban que todos, incluso las personas muy inteligentes, tendemos a la irracionalidad. En una amplia gama de situaciones posibles, según revelaron los experimentos, la gente usualmente toma decisiones basadas en la intuición más que en la razón.

Daniel Kahneman (izq). psicólogo israelí-estadounidense, ganador de premio
Nobel por sus estudios sobre toma de decisiones bajo incertidumbre.
Amos Tversky (der) es un psicólogo matemático y cognitivo famoso por
descubrir los sesgos cognitivos.
En un estudio, los profesores Kahneman y Tversky pedían a la gente que leyera el siguiente esbozo de la personalidad de una mujer llamada Linda: “Linda tiene 31 años, es soltera, franca y muy brillante. Estudió filosofía. Cuando era estudiante, le preocupaban las cuestiones de discriminación y justicia social, y también participaba en manifestaciones antinucleares”. Luego les preguntaban a los sujetos cuál era más probable: A) Linda es cajera o B) Linda es cajera y feminista activa. Ochenta y cinco por ciento de los sujetos escogieron B, aunque desde la lógica, A es más probable (todas las cajeras feministas son cajeras, aunque algunas cajeras pueden no ser feministas).

En el problema de Linda, somos presa de la falacia de la conjunción: la creencia de que la concurrencia de dos eventos es más probable que la ocurrencia de uno solo. En otros casos, al juzgar la probabilidad de los eventos, ignoramos información sobre su prevalencia. Dejamos de considerar explicaciones alternas. Evaluamos la evidencia de manera que sea congruente con nuestras creencias previas, y así seguimos. Al parecer, los humanos somos esencialmente irracionales.

Sin embargo, a partir de finales de la década de los noventa, los investigadores comenzaron a añadir un giro significativo a esa opinión. Tal como el psicólogo Keith Stanovich y otros observaron, incluso los datos de Kahneman y Tversky mostraban que algunas personas son muy racionales. ¿Quiénes son estas personas más racionales? Es de suponer que son las más inteligentes, ¿cierto?

Falso. En una serie de estudios, el profesor Stanovich y sus colaboradores pidieron a muestras grandes de sujetos (por lo general varios cientos) que llenaran pruebas de juicios como el problema de Linda, además de someterlos a una prueba de coeficiente intelectual (IQ). El hallazgo más importante fue que la irracionalidad (o lo que el profesor Stanovich llamó “disracionalidad”) se correlaciona de manera relativamente débil con el IQ. Una persona con un IQ alto tiene las mismas probabilidades de padecer disracionalidad que una con un IQ bajo. En un estudio llevado a cabo en 2008, el profesor Stanovich y sus colegas presentaron a los sujetos el problema de Linda y encontraron que aquellos con un IQ alto eran, en todo caso, más susceptibles de caer en la falacia de la conjunción.

Con base en esta evidencia, el profesor Stanovich y sus colaboradores introdujeron el concepto de coeficiente racional (RQ). Si una prueba de IQ mide algo como los caballos de fuerza de la inteligencia en crudo (el razonamiento abstracto y la habilidad verbal), una prueba de RQ mediría la propensión al pensamiento reflexivo: alejarse del pensamiento propio y corregir sus tendencias defectuosas.

También hay evidencias ahora de que la racionalidad, en contraste con la inteligencia, puede mejorar si se le entrena. En un par de estudios publicados el año pasado en Policy Insights From the Behavioral and Brain Sciences, la psicóloga Carey Morewedge y sus colaboradores pidieron a los sujetos (más de 200 en cada estudio) que respondieran a una prueba para evaluar su susceptibilidad a caer en distintos sesgos en la toma de decisiones. Luego, algunos de los sujetos vieron un video sobre el sesgo en la toma de decisiones, mientras que otros jugaron un juego interactivo en computadora diseñado para reducir el sesgo a través de simulaciones de toma de decisiones en el mundo real.

En los juegos interactivos, después de cada simulación, una revisión instruía a los sujetos sobre sesgos de toma de decisiones específicos y les daba retroalimentación individualizada sobre su desempeño. Inmediatamente después de ver el video o recibir el entrenamiento a través de la computadora, y luego después de dos meses, los sujetos respondieron una versión distinta de la prueba de toma de decisiones.

La profesora Morewedge y sus colaboradores encontraron que el entrenamiento por computadora llevó a reducciones estadísticamente mayores y más durables del sesgo de toma de decisiones. En otras palabras, los sujetos se mostraron considerablemente menos sesgados después del entrenamiento, incluso después de dos meses. La disminución fue mayor en los sujetos que recibieron el entrenamiento por computadora que en quienes lo recibieron a través del video (aunque en este último grupo también fue grande). Aun cuando hay escasas evidencias de que cualquier tipo de “entrenamiento cerebral” tenga algún impacto en la vida real sobre la inteligencia, puede ser posible entrenar a las personas para que su toma de decisiones sea más racional.

Por supuesto, es poco realista pensar que alguna vez vayamos a vivir en un mundo donde todos sean completamente racionales. Sin embargo, al desarrollar pruebas para identificar a los más racionales de entre nosotros, y al ofrecer programas de entrenamiento para disminuir la irracionalidad en el resto, los investigadores científicos pueden dar a la sociedad un empujoncito en esa dirección.


David Z. Hambrick es profesor del Departamento de Psicología en la Universidad Estatal de Michigan, donde Alexander P. Burgoyne es estudiante de posgrado.

miércoles, 9 de noviembre de 2016

La teocracia que se gesta en Colombia

El anuncio de un acuerdo entre las iglesias evangélicas y las FARC sobre el tema de la “ideología de género” es parte de una mayor preocupación, la del deseo de los clérigos evangélicos por derribar la separación Estado-Iglesias. Recientemente fuimos testigos de una declaración de “guerra espiritual” de no pocos pastores contra los derechos de las mujeres, LGBTI, librepensadores, e incluso contra la ciencia. Este intento por ayuntar la iglesia con el Estado no solo afectará a las mujeres y gays sino a la sociedad democrática en general.
Así como Juan Carlos Vélez contó a La República la sucia estrategia de la campaña del NO para ganar el referendo, el pastor Ortiz ha revelado en Las2Orillas la estrategia de la derecha evangélica para que, mediante medios democráticos, acceder al poder y minarla desde adentro. Tras estas y otras declaraciones, varios ciudadanos creyentes y no creyentes, activistas y juristas han hecho sus apreciaciones. Es necesario qué como sociedad reflexionemos sobre la importancia de fortalecer  la laicidad estatal (separación de Estado e Iglesias) como garantía de la convivencia en un Estado plural y cómo los intentos más abiertos y descarados de fusionar el púlpito con la política son una mezcla peligrosísima.
Empezaré por aclarar que Colombia sí es un Estado Laico. En los comentarios de Las2orillas al artículo “Jesús no está en guerra con la comunidad LGBTI” Rodrigo García, un ciudadano común y corriente comentaba: “En la constitución de Colombia NO es cierto que diga que somos un estado laico. Los invito a citar algún artículo que diga eso”. Así como Rodrigo hay miles de ciudadanos que niegan la naturaleza laica del Estado. He escuchado esto políticos, funcionarios públicos y a pastores como Oswaldo Ortiz, el YouTuber de la derecha evangélica.
A todos ellos les digo que Colombia Si es un Estado Laico. Si bien no hay un artículo en la constitución que lo consagre expresamente, como ocurre en la Constitución de Ecuador, Honduras o Uruguay, la Corte Constitucional, único órgano encargado de interpretar la Constitución, así lo declaró en la Sentencia C 350 de 1994, en la que justo se analizaba el caso de la consagración de Colombia al sagrado corazón de Jesús:
“Un Estado que se define como ontológicamente pluralista en materia religiosa y que además reconoce la igualdad entre todas las religiones no puede al mismo tiempo consagrar una religión oficial o establecer la preeminencia jurídica de ciertos credos religiosos. Es por consiguiente un Estado laico. Admitir otra interpretación sería incurrir en una contradicción lógica. Por ello no era necesario que hubiese norma expresa sobre la laicidad del Estado. El país no puede ser consagrado, de manera oficial, a una determinada religión, incluso si ésta es la mayoritaria del pueblo, por cuanto los preceptos constitucionales confieren a las congregaciones religiosas la garantía de que su fe tiene igual valor ante el Estado, sin importar sus orígenes, tradiciones y contenido.”

Esto significa que no hay religión, ni dogma religioso que pueda ser tomado por oficial. Ante el Estado poseen el mismo valor los Hare Krishna con tres mil feligreses, que la iglesia evangélica con los diez millones que pregonan. Y aquí es donde empieza el juego sucio de los pastores antilaicismo.
“Esta batalla la ganaremos con votos y dentro de pocas décadas pondremos a un pastor por presidente. Cambiaremos las lesivas decisiones de la Corte Constitucional que han ido en contra […] de la Palabra de Dios”, afirmó el pastor Ortiz.
En el siglo XX cuando los evangélicos eran minoría reclamaban por ser discriminados por el Estado con la Constitución de 1886 que hacía de la Iglesia Católica la religión oficial. Ahora, que ya hay libertad de cultos y laicidad y que han crecido en número desean utilizar la misma democracia para acallar al anciano que quiera eutanasia, a la pareja de lesbianas que quieran adoptar, a la pareja gay que se quiere casar, a la chica trans que desea cambiar su género y nombre en la cédula, a la mujer violada que desea interrumpir su embarazo, a los colegios que deben garantizar el no matoneo por orientación sexual, las clases de evolución, las de educación sexual y favorecer con partidas presupuestales sus conciertos evangelísticos góspel.
El cristianismo empezó siendo minoritario hasta cuando en el emperador Teodosio lo hizo religión oficial del Imperio Romano en el año 380. Una vez alcanzaron la mayoría, empezaron a someter a los paganos y otras ramas cristianas no católicas por la fuerza para que adoptasen sus credos. Posteriormente, tras surgir la reforma protestante, se dieron sangrientas guerras de religión que llevaron ya, en el Siglo de las Luces, a gestar el concepto de separación Estado – Iglesias, conocido hoy como laicidad.
Los deseos de expansión, junto con la creencia de cada denominación de ser asumida como la poseedora de “la verdadera”, son característicos de cada religión. Y es justamente en este punto donde la neutralidad estatal entra a jugar un papel importante. Los credos de fe pasan a ser asuntos individuales y no del Estado. El Estado permite la profesión de todos los cultos pero no entra a decir si hay uno verdadero, no debe favorecer a alguno o a un grupo emparentado de ellos, económica o simbólicamente, ni mucho menos en convertirse en amplificador de sus doctrinas.
Por lo anterior, es que en un Estado social de derecho, pluralista en materia filosófica, social, étnica y política, no es posible que las iglesias repriman los derechos de una minoría, como lo está haciendo ahora mismo con la comunidad LGBTI.
La historia nos muestra espejos de los alcances de lo que la “dictadura bíblica” puede hacer. En el 2014 Uganda firmó una ley que castiga a las personas homosexuales con penas de hasta cadena perpetua y obliga a delatarlas. Tras esta ley estuvieron las iglesias evangélicas quienes respaldaron al senador David Bahati, el Vivianne Morales de Uganda.
Bahati dijo en su momento tras su logro legislativo: “Somos una nación temerosa de Dios, que valora la vida de una forma integral. Es por estos valores que los miembros del Parlamento han aprobado la ley con independencia de lo que el resto del mundo piense”.
Estos discursos son exactamente iguales a los que escuchamos a prominentes pastores como Miguel Arrazola en Cartagena o a Marco Fidel Ramírez en Bogotá. Arrazola en su triunfalista mensaje tras la victoria del NO al plebiscito dijo “Colombia es tierra del Espíritu santo”. En su proyecto político no cabemos agnósticos, ateos, creyentes no afiliados a una iglesia, budistas, indígenas (a los que califica de satanistas) y un largo etcétera. Para él somos ciudadanos de segunda clase. La primera clase debe seguir ciegamente sus enseñanzas, no pensar libremente y obviamente, pagarle el diezmo.
Marco Fidel Ramírez por su parte, usa con frecuencia la expresión “dictadura de la diversidad sexual” para oponerse a las luchas reivindicativas de los LGBTI. Pues nada más alejado de verdad. Jamás la población LGBTI ha buscado hacer obligatorio para todos los colombianos el matrimonio con personas del mismo sexo, la adopción homoparental o el cambio de sexo en la cédula. Sólo se ha luchado por una igualdad ante la ley. Lo contrario, lo que persigue Marco Fidel y sus homólogos bibliólatras, si es una dictadura: Imponer solo un modelo de familia, un libro guía para todos, una moral única y el mantenimiento de privilegios para las iglesias recaudadoras de diezmos.
Otro ejemplo de concubinato religión y política nos llega desde Rusia. Allí Vladimir Putin ha hecho alianzas con la Iglesia Ortodoxa Rusa para devolverle su antiguo poder a cambio de su respaldo. En el pasado septiembre, el solo hecho de que un joven prendiera su celular para capturar un pokemón en una iglesia le ha valido el arresto. La cárcel también fue el destino para las chicas de la banda Pussi Riot quienes interpretaron la canción “Madre de Dios, expulsa a Putín” en una iglesia ortodoxa. La solicitud de siete años de prisión fue avalada por la iglesia sin mayor sonrojo. Y es que cuando la religión se hace con el poder político, los derechos humanos quedan en un segundo plano. Ya lo anunció aquí en Colombia el pastor Ortiz: “Los verdaderos cristianos, los no caídos en la apostasía, sabemos que no es posible dar, conceder o permitir derechos, por más máscara de civiles que tengan, si contradicen la Biblia”.
Como conclusión citaré las palabras de la activista Marcela Sánchez, quien es creyente pero no vinculada a ninguna iglesia: “Descuídense y verán. ¡Ahora son los tales LGBTI luego será el divorcio, decidir el número de hijos, el uso de anticonceptivos, el voto femenino y su posibilidad de contratar, ser dueñas de sus propios bienes, ir a la universidad y todas esas cosas que la naturaleza no manda!”