Los jerárcas católicos han respondido a las críticas por el ocultamiento de cientos de casos de abuso sexual desviando la atención, y mostrándose como victimas.
El cardenal Julián Herranz -titular de la comisión disciplinaria vaticana- ha reaccionado denunciando que el Papa está bajo ataque por sus posiciones conservadoras, y que todo el cubrimiento periodistico obedece a una "campaña de odio" contra Benedicto XVI por su oposición al matrimonio homosexual y al aborto.
“El Papa defiende la vida y la familia sobre la base del matrimonio entre un hombre y una mujer en un mundo en que grupos poderosos quieren imponer una agenda totalmente diferente"
Una cortina de humo para desviar la atención sobre el ocultamiento de los casos de pederastia hechos por Joseph Ratzinger antes de ser Papa.
Precisamente días después de las declaraciones del Cardenal Herranz, la agencia Associated Press hizo publica una carta firmada por Ratzinger en 1985 donde el ahora pontífice se abstiene de retirar al cura estadounidense Stephen Kiesle, acudado de pederastia.
Según la agencia el cardenal Ratzinger dijo que "el bien de la Iglesia universal" debía considerarse cuando se trata de apartar a un sacerdote del sacerdocio.
Sin embargo, la respuesta del Vaticano fue descarada y desconsiderada con las victimas.
AP citó al portavoz del Vaticano, el sacerdote Federico Lombardi, diciendo que "no es extraño que haya documentos aislados con la firma del cardenal Ratzinger" Y agregó que "la oficina de prensa no cree necesario responder a cada documento aislado que sea sacado de contexto y que trate situaciones legales particulares".
El problema es cada "documento aislado" hace referencia al sufrimiento de niños inocentes a manos de adultos que sistemáticamente fueron protegidos por años sin ser entregados a las autoridades, y permitiéndoseles que siguieran en contacto con más feligreses. Esos "documentos aislados" que Lombardi considera indignos de respuesta al sumarse muestran un historial de monstruosidad que debería llevar a la dimisión del Papa.
El sacerdote pederasta que Benedicto XVI se negó a retirar, Stephen Kiesle, fue sentenciado en 1978 a tres años de libertad condicional tras haber sido hallado culpable de conductas ilícitas con dos niños menores en San Francisco, California. ¡Libertad condiciona a un abusador!
La diócesis de Oakland había recomendado la separación de Kiesle del sacerdocio en 1981, pero que eso no sucedió sino hasta 1987. Justo en el años cuando se "recomendo" su separación del sacerdocio llegó el cardenal Ratzinger a la dirección de la Congregación de la Doctrina y la Fe. Esta entidad era la encargada de investigar los casos de sacerdotes involucradas en el abuso sexual infantil.
La agencia Associated Press dice que en la carta de 1985, escrita en latín, Ratzinger dice que la separación de Stephen Kiesle del sacerdocio tendría una "grave importancia" y necesitaba ser estudiada con mucho cuidado.
El cardenal Ratzinger urgió en la carta "tanto cuidado paternal como sea posible", para Kiesle.
El sacerdote católico fue sentenciado a seis años de prisión en 2004, tras admitir que había cometido actos indecorosos a una menor en 1995. El cura ahora tiene 63 años y está registrado en la lista de delincuentes sexuales del estado de California.
Igualmente de desafortunadas fueron las declaraciones de del secretario del Vaticano, Tarcisio Bertone, quien de visita en Chile afirmó que la culpa de la pederastia no es el celibato sino la homosexualidad.
"Muchos psicólogos y muchos psiquiatras han demostrado que no hay relación entre celibato y pedofilia, pero muchos otros han demostrado, me han dicho recientemente, que hay relación entre homosexualidad y pedofilia"
Pues que muestre las fuentes para tales declaraciones. Aunque personalmente me causa curiosidad que sea el culto católico, el que tiene el celibato, el que muestre una proporción tan alta de abuso sexual a menores.
Pero Bertone solo desea hechar la culpa afuera de la ICAR, y que mejor que al gran enemigo de la iglesia, la diversidad sexual. Aunque los estudios conocidos han demostrado que los heterosexuales muestran más casos de abusos de menores, en muchos casos hechos por familiares de los infantes.
Bertone con sus declaraciones, cargadas de homofobia, es ignorante o simula su ignorancia frente al hecho que la inmensa mayoría de gays y lesbianas no son pederastas. La vinculación de la homosexualidad con la pederastia ha sido un argumento homofóbico esgrimido con frecuencia. Pero esto es tan injusto como afirmar que ser padrastro está vinculado con la pederastia, ya que hay muchos casos de abuso sexual hechos por padrastros.
Para terminar el Cardenal Bertone concluye al igual que el Cardenal Herranz, al decir que Benedicto XVI sufre una "despreciable campaña de difamación".
Aconsejo entonces a este par de insignes travestidos que demanden el fallo del juzgado de California que condenó a prisión al sacerdote Stephen Kiesle, ya que si el Papa abogó porque no fuese retirado de sacerdocio y se le tratase con "cuidado paternal" es porque el jurado estaba mal y Benedicto en ningún momento encubrió a un pederasta, ni antepuso el sufrimiento de las victimas por el prestigio de su secta.
¿Y usted qué opina?
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