Un balde de agua fría cayó sobre varios grupos de religiosos conservadores cuando el magistrado Vaughn Walker consideró que la Proposición 8, aprobada en referéndum en noviembre de 2008 en California y que reformó la Carta Magna del estado para definir matrimonio como un enlace entre un hombre y una mujer, es inconstitucional por ser incompatible con los principios de igualdad y proceso legal.
En noviembre de 2008 se aprobó en un referendum en el estado de California en el que se estableció una enmienda constitucional con el fin de prohibir el matrimonio homosexual en el estado occidental.
La enmienda contitucional aprobada fue "sólo el matrimonio entre un hombre y una mujer es válido o será reconocido en California". Este cambio se obtuvo con el 52,24%
La campaña fue financiada en un 77% por la iglesia mormona (Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días), y también recibió aportes de organizaciones católicas como los Caballeros de Colón, una Mega iglesia de San Diego, y varias organizaciones evangélicas y pentecostales.
"Es un golpe terrible", afirmó el presidente de la organización Save California, Randy Thomasson. Agregó que "El juez ha impuesto su propio orden homosexual a los electores, los padres y los niños de California" dijo al señalar que la juez al ser homosexual no estaba en condición de dar este fallo.
Desde la National Organization for Marriage, su presidenta Maggie Gallagher criticó la sentencia de "un juez abiertamente gay" que "substituyó el punto de vista de los estadounidenses y de los Padres Fundadores por el suyo".
La Iglesia mormona, fuertemente contraria al matrimonio homosexual, lamentó el veredicto y recordó que por dos veces los jueces han sentenciado en contra de lo que los californianos con sus votos aprobaron en las urnas, "que el matrimonio debería ser reconocido solo entre un hombre y una mujer".
Mientras tanto varios grupos LGBT afirmaron que los derechos consignados en la constitución "son aplicables a todos".
Alguién debería recordarles que debe haber una completa separación entre Iglesia y estado. Y que mientras una ley no obligue a estas iglesias a realizar matrimonios religiosos no hay intromisión del estado en la religión. Así que dediquense solo a sus feligreses, ya que ellos pensaran lo que sus líderes les digan, pero dejen a los demás ciudadanos en paz, especialmente en algo que soo debe ser asunto del estado teniendo en cuenta la igualdad, las libertades individuales y los derechos humanos.
Los grupos conservadores apelarán la sentencia. Y todo parece indicar que el caso terminará en manos de la Corte Suprema de Estados Unidos, la última instancia judicial del país.
¿Y usted qué piensa?
No soy gay, sin embargo los apoyo, y esto es porque hay algo en lo que me puedo identificar, algo que comparto con ellos, y creo que muchos librepensadores lo han de sentir así, y es el rechazo, y ataque, de parte de algún sector de la comunidad, si yo decidí dejar de creer en seres imaginarios, me gane el rechazo de mi familia y de gran parte de mis amigos.
ResponderEliminarY es interesante como los distintos grupos religiosos se pelean entre ellos, para defender su propia iglesia, y se atacan diciendo que la religión del otro es falsa, etcétera, etcétera, pero cuando se trata de atacar, o a quienes vivimos sindioses, o a personas gays, estas distintas religiones se unen, olvidan sus diferencias, se juntan para atacarnos, es algo que aun no entiendo.
Por ejemplo, la mayoría de las religiones enseñan que se debe dar a sus dioses el diezmo de lo que uno gana, pero que ridículo seria que anduvieran exigiéndonos a todos que lo diéramos, ¿como nos obligaría a quienes no formamos parte de ella, a cumplir con sus doctrinas?, se limita a pedir esto a quienes por voluntad propia entran a su iglesia, porque no hace lo mismo con el tema de la homosexualidad, o el tema de pensar por uno mismo, si no esta de acuerdo, que le diga a sus fieles que no lo hagan, pero a las personas ajenas a ella, que respete su derecho a conducir su vida como quieran.
Vaya ahora si me extendi, pero este tema da para mucho.