lunes, 14 de marzo de 2011

México: Un país con menos católicos

Tras conocersen los resultados del censo del 2010 en México se ha comentado sobre el descenso de la ICAR en México. De hecho, en este blog comentamos la noticia hace pocos días. Esta entrada reproduce una columna editorial sobre este tema.

Un País cada vez menos católico

Una columna de Roberto Blancarte del Períodico Noroeste

Sin embargo, no todo mundo lo quiere reconocer

Este País es cada vez menos católico y cada vez más plural en materia de religiones y creencias. Sin embargo, no todo mundo lo quiere reconocer.
El Sistema Informativo de la Arquidiócesis católica de México, por ejemplo, publicó hace algunos días la siguiente información: "El Presidente del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) Eduardo Sojo presentó los resultados del Censo de Población y Vivienda 2010, en el que se refleja un crecimiento en el número de católicos que hay en el país, que suman ya 92 millones 942 mil 489".

Dicho Sistema Informativo pretende ignorar así, de manera intencional, la realidad del País. Ésta en efecto refleja un creciente número de católicos en términos absolutos, en la medida que la población ha aumentado, pero más notablemente una disminución importante de la proporción de católicos y un aumento significativo de miembros de otras religiones, así como de personas que se autodefinen sin religión.

En efecto, según el censo de 2010, el porcentaje de personas que se declararon católicas fue de sólo 83.9 por ciento, mientras que hace apenas una década era de 88 por ciento. Es decir, una disminución de 4 por ciento en 10 años, lo que en México significa muchos millones. En efecto, si en población total en la última década pasamos de poco más de 97 millones a más de 112, o sea más de 15 millones, el número de católicos aumentó en 7.5 millones. ¿Dónde quedaron los otros casi 8 millones? Pues se fueron a otras Iglesias o hacia la indiferencia religiosa. Así por ejemplo, en la última década el porcentaje de personas que declararon no tener ninguna religión pasó del 3.5 al 4.6 por ciento.

Son todos estos cambios enormes que no todo mundo está ni dispuesto ni preparado para aceptar. El propio INEGI muestra algunas reticencias al respecto. En el capítulo relativo a "religión" de los resultados del censo de 2010 se señala: "El crecimiento y la diversificación de credos religiosos en el País han dado lugar a un escenario que presenta nuevos matices. La religión católica sigue siendo la que cuenta con mayor número de adeptos, aunque muestra una disminución en los últimos 20 años".

En realidad, la disminución viene de manera constante desde hace por lo menos sesenta años. Si en 1950 el 98.21 de la población se declaraba católica, para 1960 ese porcentaje bajó a 96.47, para 1970 al 96.17 por ciento, en 1980 se conoció una caída aún más brutal pues para ese entonces sólo el 92.62 por ciento de los mexicanos se declararon católicos y para 1990 el porcentaje disminuyó a 89.69. En el 2000, como se ha mencionado, ya había apenas un 88 por ciento de católicos en el país y ahora estamos debajo de 84 por ciento.

En contrapartida, el número de protestantes y evangélicos ha venido aumentando también significativamente. Para hablar sólo de porcentajes en esas mismas décadas los ahora mejor conocidos como "cristianos", pasaron del 1.28 por ciento en 1950 a 1.65 por ciento en 1960, 1.82 por ciento en 1970, 3.29 por ciento en 1980, 4.89 por ciento en 1990, 5.21 por ciento en el 2000 y ahora en el 2010 casi un 8 por ciento del total de la población, sin contar a testigos de Jehová y mormones.

No es éste un fenómeno exclusivo de México. En otros países de América Latina, la región donde hay más católicos en el mundo, ha sucedido algo parecido, incluso de manera más aguda. En Brasil, por ejemplo, el país con mayor número de católicos en el planeta, según algunas encuestas realizadas en años recientes, su porcentaje es ya menor al 70 por ciento.

Los países centroamericanos tienen porcentajes de católicos que fluctúan entre el 55 y el 73 por ciento. En Chile o Venezuela los católicos sólo alcanzan el 70 por ciento del total de la población, mientras que en Cuba o Uruguay ese porcentaje gira apenas alrededor de un 50 por ciento.

¿Qué significa y que consecuencias tiene esta caída de la afiliación católica y el aumento de casi todos los otros creyentes, particularmente de los evangélicos, así como de las personas sin religión? Hay varias lecciones para el mundo católico. La más importante es que, si bien es cierto que el catolicismo sigue siendo mayoritario, en términos culturales ya no puede reivindicar la centralidad que tuvo durante siglos. Y esto se debe a la toma de conciencia de una triple transformación.

La primera es el resultado de la drástica reducción de miembros de la Iglesia. La segunda se debe a la creciente secularización de la sociedad y se expresa en el hecho de que el ámbito de lo religioso cubre un área cada menor de la vida social. La tercera se refiere a la reducción del peso político de la institución católica, en el marco de un proceso de laicización de las instituciones del Estado.

El resultado es que México ha dejado de ser una nación católica, si es que alguna vez lo fue y se dirige, como en muchos otros terrenos, hacia el camino de un creciente pluralismo, en este caso, religioso. Esta nueva realidad plantea retos jurídicos, sociales, políticos y culturales que muchos no están preparados para enfrentar. Por ejemplo, pensemos nada más en qué medida nuestros medios de comunicación reflejan en sus propuestas de programación esta creciente pluralidad religiosa y la necesidad de un Estado laico que establezca las bases para una convivencia pacífica y armoniosa.

¿Y usted qué opina?

3 comentarios:

  1. ¡Por fin! Y eso que tuve que registrarme como católico por presión de mi madre.
    ¿Cuántos estarán en una posición similar?
    La verdad, estoy casi seguro que hay mucha más población atea de-facto aunque no lo sepan.

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  2. ¡Hombre! Creo que es muy atrevido decir que "México ha dejado de ser una nación católica" con un 89.3% de la población declarándose católica. Y el Estado mexicano en su Constitución ya se declara en numerosos artículos laico, lo que no quiere decir que la sociedad lo sea necesariamente.

    También, Ferney, no hubiera estado de más unos enlaces a los datos del INEGI, que son bastante interesantes.

    Un saludo.

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  3. Que buen blog, un dia vamos a unir fuerzas para darle un giro a la historia de latinoamerica.

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