
La historia bíblica en la que el profeta Daniel sobrevivió a una jauría de leones hambrientos, a la que fue enviado por no adorar al rey de Babilonia como dios, parece estar lejos de volverse a repetir, si es que alguna vez ocurrió. Cosa que dudo.
Esta curiosa historia ocurrió en junio de 2006 (hace cinco años) en Ucrania nos muestra el poder de la fe.
Un hombre fue devorado por un león del zoo de Kiev después de que se introdujera en la jaula al grito de "Dios me salvará, si existe"
El hombre gritó "Dios me salvará", mientras bajaba por una cuerda para colarse en el recinto. Un león fue directamente hacia él, lo derribó. Al llegar, se quitó los zapatos y se acercó a los leones. Entonces, "un león fue directamente hacia él, lo derribó y y le cortó la arteria carótida", precisó un testigo.
El suceso tuvo lugar cuando el zoo estaba atestado de visitantes. Falta ver cuantos siguieron siendo teistas.
Texto absurdo:
No pocos cristianos han decidido hacer pública su fe poniendo en riesgo su vida. Esto está justificado en el Evangelio de Marcos versos 16 y 17:
16:17 Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; 16:18 tomarán en las manos serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.
Quizás el hombre del zoológico de Kiev debió haber entrado al serpentario en lugar del recinto de los félidos, quizas los leones eran ateos, o quizás Jesús no pudo ayudarlo porque sencillamente no existe.