domingo, 9 de agosto de 2009

Las curiosas reacciones similares de presbiterianos y judíos ultraortodoxos

Para muchas personas los desastres naturales se deben a causas naturales, y el solo hecho de pensar que haya gente que se los achaque a los dioses o demonios parece cosa del pasado, o de regiones remotas habitadas por gente inculta. Sin embargo, el pasado 28 de julio, tras el paso de un tornado que causó importantes daños en la Isla de Lewis, en Escocia, el pastor de la iglesia presbiteriana, James Tallach, le atribuyó el desastre a su amoroso Dios.

“Nada bueno viene de desafiar la ley de Dios”, afirmó el pastor, quien predica que el tornado fue una manifestación de Dios porque en la isla se celebró la primera boda civil gay. El presbítero también considera que el abrir el servicio de ferry los días domingos, también contribuyó a que Dios se enojara. Y es que para los presbiterianos la observancia sagrada del domingo es tan característica como la hecha por los judíos ultraortodoxos o los adventistas con el sábado.

Pero no es la primera vez, y lamentablemente no será la última, que los gays sean culpados de desastres naturales. Ya en febrero de 2008 Shas Shlomo Beniziri, un diputado del partido religioso sefardí en Israel, señaló que “la actividad homosexual es la causa de los recientes seísmos que han azotado el país”. El político judío aseguró que el Talmud, obra que recoge las leyes e historias judías, indicó que las catástrofes naturales se producen por “perversiones como que las lesbianas puedan adoptar niños”.

Para los judíos ultraortodoxos no hay tectónica de placas, ni fallas, ni nada de eso. !Por eso es que el registro geológico muestra que no hubo vulcanismo ni terremostos antes de que el hombre existiera! Su dogma nubla su razón, y desean imponer a toda la sociedad su punto de vista. Pero también la violación del “día de reposo” causó el pasado 15 de julio una airada protesta por parte de judíos ultraortodoxos en Jerusalén, por la apertura de un parqueadero o estacionamiento en sábado. La policía que se presentó al lugar de los hechos se enfrentó a una lluvia de piedra, y al final se arrestaron a 15 ultraortodoxos. Con seguridad el próximo fenómeno natural que cause daño se deberá a la violación del sábado para adular a Yavhé.

Los judíos ultraortodoxos de Jerusalén también volvieron a ser parte de los titulares de las noticias recientemente al perseguir a un par de jóvenes que pegaban carteles denunciando el atentado homofóbico del pasado 2 de agosto en Tel Aviv. En el atentado que denunciaban dos jóvenes resultaron muertos y trece más resultaron heridas, debido a que un hombre ingresó a un centro de ayuda a jóvenes gays y lesbianas, disparando indiscriminadamente. Aún se desconoce si el autor de este atentado basa su homofobia por motivos religiosos, ya que se encuentra prófugo.

Más allá de la ignorancia de estos religiosos que atribuyen los terremotos y los tornados a la acción de su imaginario dios, me causa más curiosidad la violencia con la que muchos de ellos reaccionan contra aquello que es diferente a lo que se les adoctrinó. Una prueba más del maléfico efecto de la religión, y de sus efectos cuando es un inculcada a las personas desde la infancia.

Me parece absurdo un dios que tiene tiempo para dedicarse a formar un tornado por una nimiedad como lo es una boda gay, mientras no usa ese mismo poder para permitir que llueva en Argentina, que en el momento sufre la peor sequía en cincuenta años. O para evitar que esos terremotos, sobre los que en teoría puede tener control, maten a varias personas, tras una larga agonía, en algunos casos.

Absurdo también el método de justicia que le atribuyen a su dios. Un ser más inteligente con tanto poder bien podría enviar rayos selectivos sobre los pecadores. Imagínense ver caer los rayos sobre los violadores y los políticos corruptos. Sería algo más convincente y útil para sus propósitos. ¿Pero qué tipo de dios justo y bueno hace justicia por medio de un desastre natural en la que pagan justos y pecadores por igual?

Una consideración a parte merece la defensa del “día de reposo” Nada más absurdo. Primero que todo ¿Qué día es, el sábado, como dicen judíos y adventistas? ¿El domingo, cómo dirán católicos y presbiterianos, o el vienes cómo lo guardan los musulmanes? Una mirada más juiciosa nos muestra que se trata de otra norma establecida en algún libro presuntamente sagrado, cuya invención se remonta a un colectivo de clérigos judíos, a los primeros sacerdotes católicos, y a Mahoma. Todos ellos humanos, tan subjetivos como cualquier otro líder religioso. Aquí no ha venido ningún dios a decirnos que tiene necesidad que lo adulemos en un día en particular.

Además de esto, ¿Cuál es la necesidad de dios de que se le adore? Parece un ser con una necesidad continua de admiración y afirmación. Como si tuviera un narciscismo patológico.

Para terminar es de notar la obsesión de las religiones con la sexualidad. De hecho la obsesión de iglesias cristianas por los “pecados” sexuales tiene su raíz en la religión judía. En la Biblia se cuenta que Moisés dió normas estrictas: "Cuando la mujer tenga su regla, estará apartada siete días. Quien la toque, será inmundo hasta la noche. Todo lo que ella toque, donde se acueste, donde se siente, será inmundo". Tan impura como la lepra o las enfermedades venéreas es la sangre de la menstruación o del parto. A Moisés también se le atribuye otra curiosa norma: "Cuando la mujer dé a luz un varón, será inmunda durante siete días. Cuando dé a luz una niña, su inmundicia durará dos semanas" En el mismo libro del Levítico, que dice que parir una niña conlleva a mayor impureza que parir a un varón, es el que menciona la prohibición contra la homosexualidad que hoy esgrimen los cristianos en su mayoría. ¿Por qué entonces los cristianos no promueven la norma de que las mujeres con la menstruación son inmundas o que son más inmundas si dan luz a una niña?

En la página principal de Sindioses.org se ha publicado un texto sobre "Religión y Homosexualidad", altamente recomendado.

¡Sus opiniones y comentarios son bienvenidos!

2 comentarios:

  1. Perú es un país con frecuentes movimientos sísmicos.

    Cuando eso ocurre, observo, que quienes tienen creencias religiosas muy arraigadas son quienes precisamente están más aterrados ante el hecho y pierden los papeles.

    Y no me remito solo a gente de estratos sociales bajos. También he visto mucha gente de nivel A, completamente fuera de sus cabales ante movimientos telúricos menores y recurriendo a sus rezos y otras fórmulas mágicas.

    Lamentablemente, estas personas dificultan las acciones defensivas de evacuación de edificios, poniendo en riesgo la seguridad de todos.

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  2. Vaya, yo pensaba que había muchos terremotos en México, Japón y Perú porque se encuentran junto a zonas de subducción de plácas tectónicas pero ya veo que eso es solo una casualidad. Por lo visto la verdadera razón es que debe haber muchos más pecadores en esos paises que en cualquier otro lugar.

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