A menos de una semana para que el legislativo argentino vote la lay que permitiría que personas del mismo sexo pudiesen contraer matrimonio, el cardenal Jorge Bergoglio arremetió contra la iniciativa.
Al Arzobispo de Buenos Aires afirmó en un carta que "esta medida pone en juego la supervivencia de la familia: papá, mamá e hijos", además aseguró que el diablo se encontraba detrás de esta ley. "Es una movida del diablo", indicó.
Bergoglio adjudicó la iniciativa a "la envidia del Demonio, por la que entró el pecado en el mundo, que arteramente pretende destruir la imagen de Dios: hombre y mujer que reciben el mandato de crecer, multiplicarse y dominar la tierra".
Lo anterior me hace preguntarme dos cosas:
¿Acaso cuando una pareja de lesbianas se case esto hará que automatica y fulminantemente un matrimonio heterosexual se separe o desaparezca? ¿De que manera que una pareja homosexual se case atenta contra la "supervivencia" de mamá y papá?
Por otra parte, si los niños adoptados por una pareja gay, o los hijos biológicos de uno de los dos, sufre discriminación es precisamente porque existen instutuciones como la ICAR que se encargan de meter veneno, de incitar al odio y a la discriminación.
En los Países Bajos, primer país que aprobó en 2001 los matrimonios entre personas del mismo sexo, los matrimonios heterosexuales se siguen realizando. El matrimonio gay no acabó con el matrimonio heterosexual, no obligó a todos los holandeses a contraerlo.
Estudios recientes muestran que los hijos que crecen en hogares de padres homosexuales suelen tener mayor confianza en si mismos, especialmente los crecidos en hogares de lesbianas.
Las personas homosexuales que han contraido matrimonio han visto aumentar el rango de beneficios fiscales y de acceso a la seguridad social, lo que ha tenido un impacto favorable en su bienestar físico y mental.
Naciones como Holanda, Bélgica, España, Canadá, Sudáfrica, Noruega y Suecia, son muestra de que el apocalipsis profetrizado por la iglesia Católica es falso. Tan falso como la existencia del diablo, o la obligatoriedad de reproducción para validar un matrimonio.
Este año el matrimonio homosexual fue concedido en Portugal e Islandia. En este último fue votado por unanimidad y su primera ministra, Jóhanna Sigurðardóttir, es abiertamente lesbiana. ¿Cuánta diferencia entre la sociedades pacíficas de Escandinavia y entre las homofóbicas de América Latina?
Cuanta cosas hemos escuhado decir a la Iglesia en estos días: que las parejas homosexuales son 30 veces más violentas, que es una estupidez, que acabarán con la familia tradicional, que es un atentado contra los niños, que el amor de una pareja homosexual es un mero afecto, que llevar esto a debate es un "patetismo a los afectos", que los matrimonios válidos son solo los que están "abiertos a la vida" es decir que puedan producir embarazos, que es un peligro para la especie humana, que por estos Euopa se está quedando despoblada, y que gracias a estas uniones ocurrió el terremoto de Haití, entre otras cosas.
Si tan sólo ante el holocausto nazi hubieran utilizado la mitad de las energías que gastan en Argentina en estos días. Sin embargo, en aquellos tiempos un gran silencio —interrumpido por las valientes voces de muy pocos sacerdotes— fueron cómplices de la gran masacre de judíos.
Ojalá también hubiera tenido el clero la misma fuerza para denunciar al Padre Maciel y toda la horda de degenerados que por décadas encubrió en Irlanda, Estados Unidos y en todo el mundo católico.
De adoptar la Argentina este ley, estará a la vanguardía en la defensa de las minorías, y en el respeto e igualdad de sus habitantes. Guardo mis reservas sobre el éxito de esta medida.
Invitamos a nuestros lectores a visitar el ensayo "Óptica católica de la homosexualidad" publicado en la página principal de Sindioses.org
¿Y usted qué opina?
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