Se trata de la "Biblia Viajera", una copia del conocido libro que ha sido llevada a varios países en un intento de fomentar la lectura de collage de escritos religiosos.
La idea de esta campaña, y de la elaboración de este mamotreto, fue de la Iglesia Adventista del Séptimo Día.
Después de un largo viaje la Biblia termino en Atlanta, en donde se está realizando Congreso Mundial de esta religión, el cual concluirá el próximo 3 de julio en Estados Unidos.
En la sesión de la Asamblea General se comentó que en lugares de África la gente hizo fila por casi dos horas para ver y tocar esa Biblia. En Lesoto, el rey estaba tan impresionado que se comprometió a leer más la Biblia, como también lo hizo el gobernador de Angola.
Bien le vendría a los adventistas, y demás grupo variopinto de creyentes en este libro que se preguntaran sobre los orígenes de esta obra y la analizaran más alla de las interpretaciones particulares de cada secta.
Hace unos años, Scott Bidstrup elaboró un ensayo sobre el orígen de la Biblia, del cual me permito citar un fragmento para sucitar una reflexión:
¿Si la Biblia no fue traducida y editada apropiadamente, y está llena de errores y contradicciones, en que grado la Biblia puede considerarse una guía?
La Biblia padece de cuatro problemas en ese punto. En primer lugar, no tenemos forma de saber el verdadero significado que los escritores originales querían darle a sus textos, porque esos mismos se perdieron hace mucho tempo, y lo que sobró fue escrito generaciones después de la muerte de sus autores. Ese problema ha sido el centro de este ensayo, y a esta altura debe haber quedado claro que después de millares de revisiones, traducciones y ediciones hechas por lo menos150 personas, produjeron lo que ahora llamamos “Biblia”, por esto es imposible decir que la Biblia está exenta de errores.
El segundo problema de la Biblia es el contenido doctrinario presente en la misma. Como dijo Shakespeare: “La Biblia puede ser usada para defender cualquier idea.” ¿Quiere un dios airado, escandaloso, vengativo, destruyendo todo lo que le sirve de tropiezo, exigiendo genocidios, infanticidios y hasta la misma esclavitud? Entonces el Éxodo es su libro.
¿Quiere un código de vida duro, rígido, inexorable, inflexible, sin misericordia? Entonces su libro es el Levítico.
¿Quiere un dios discreto, sutil, insondable que raramente interfiere, pero que puede ser conocido solo a través de las oraciones sinceras y las suplicas del fondo del alma, además de ser gentil y misericordioso? Lea las epístolas de Pablo. Todo en el mismo libro.
El tercer problema es que la Biblia contiene muchas contradicciones y errores, no solamente de hechos obvios, sino también de doctrina. Por eso Shakespeare estaba absolutamente seguro al afirmar lo que dijo. Si usted quisiera justificar el acto de estrellar las cabezas de los bebes hasta que el cerebro quede fuera de la cabeza, la Biblia es una buena justificación. Si usted quiere justificar su oposición al aborto, también va encontrar algo en ella.
Es obvio que todo es una cuestión de interpretación personal, y cuando cualquier fundamentalista dice lo contrario no está leyendo la Biblia. Tenemos que interpretar la doctrina por nosotros mismos porque la Biblia es contradictoria.
El cuarto problema es la interpretación. Los pasajes de un mismo libro, de una misma traducción da Biblia puede significar cosas enteramente diferentes para personas con diferente formación religiosa. Un mismo texto puede significar diferentes cosas para los mormones, los bautistas del sur, los católicos de Guatemala, los pentecostales de África, los testigos de Jehová, o los adventistas del Séptimo Día, etc. ¿Cuál está en lo cierto? ¿Alguien está en lo correcto? ¿Quién lo sabe? ¿Quién puede resolver tales conflictos?
El segundo problema de la Biblia es el contenido doctrinario presente en la misma. Como dijo Shakespeare: “La Biblia puede ser usada para defender cualquier idea.” ¿Quiere un dios airado, escandaloso, vengativo, destruyendo todo lo que le sirve de tropiezo, exigiendo genocidios, infanticidios y hasta la misma esclavitud? Entonces el Éxodo es su libro.
¿Quiere un código de vida duro, rígido, inexorable, inflexible, sin misericordia? Entonces su libro es el Levítico.
¿Quiere un dios discreto, sutil, insondable que raramente interfiere, pero que puede ser conocido solo a través de las oraciones sinceras y las suplicas del fondo del alma, además de ser gentil y misericordioso? Lea las epístolas de Pablo. Todo en el mismo libro.
El tercer problema es que la Biblia contiene muchas contradicciones y errores, no solamente de hechos obvios, sino también de doctrina. Por eso Shakespeare estaba absolutamente seguro al afirmar lo que dijo. Si usted quisiera justificar el acto de estrellar las cabezas de los bebes hasta que el cerebro quede fuera de la cabeza, la Biblia es una buena justificación. Si usted quiere justificar su oposición al aborto, también va encontrar algo en ella.
Es obvio que todo es una cuestión de interpretación personal, y cuando cualquier fundamentalista dice lo contrario no está leyendo la Biblia. Tenemos que interpretar la doctrina por nosotros mismos porque la Biblia es contradictoria.
El cuarto problema es la interpretación. Los pasajes de un mismo libro, de una misma traducción da Biblia puede significar cosas enteramente diferentes para personas con diferente formación religiosa. Un mismo texto puede significar diferentes cosas para los mormones, los bautistas del sur, los católicos de Guatemala, los pentecostales de África, los testigos de Jehová, o los adventistas del Séptimo Día, etc. ¿Cuál está en lo cierto? ¿Alguien está en lo correcto? ¿Quién lo sabe? ¿Quién puede resolver tales conflictos?
¿Y usted qué opina?
Amm los judios, ellos la hicieron.
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