Una
nueva investigación, publicada en el diario Science el pasado 3 de
julio, ofrece datos mucho más minuciosos sobre las especies tipo
“homo” sobre el planeta; desde la evolución de las largas
piernas hasta los grandes cerebros
Por Glenys Álvarez
Las
investigaciones, análisis y publicaciones sobre la evolución están
lejos de terminar. Descubrir cada detalle del desarrollo de la vida
en el planeta no es tarea fácil y requiere de distintas formas de
estudio, desde el descubrimiento y análisis de fósiles hasta la
aplicación fascinante de la decodificación genética, que ha
ayudado inmensamente a demarcar las relaciones entre las distintas
especies en el tiempo. La tecnología, por supuesto, nos ha avanzado
a patadas en estos aspectos y el recogimiento de datos en diversas
disciplinas hoy permite que se tenga un mapa mucho más pulido sobre
los pasos de las especies en el planeta. Incluyendo la nuestra, por
supuesto.
Precisamente,
un nuevo y completo análisis de fósiles, experimentos y datos sobre
el clima, ha cambiado algunos aspectos y ofrece una evolución más
ramificada y, por supuesto, impulsada por la relación entre los
organismos y sus medios.
La
nueva investigación, que fue publicada en el diario Science el
pasado 3 de julio, nos muestra otra vez como ha ido despareciendo la
idea de una evolución lineal. De hecho, la evolución es cada vez
más compleja, un denso arbusto repleto de pequeñas ramas que se
desarrollan en diferentes caminos. La alimentación, el clima y la
evolución anatómica y del cerebro son algunos de los elementos que
se tomaron en cuenta durante esta investigación, los resultados
indican que muchas características del Homo sapiens no se
desarrollaron en un sólo paquete, como se ha pensado hasta el
momento, sino que emergieron en distintos grupos y lugares.
Muchos
rasgos únicos para el linaje humano, se pensaba surgieron entre 2.4
millones y 1.8 millones de años atrás en África. Aquí los más
importantes estudiados por el momento:
–
El cerebro grande
–
El cuerpo y las piernas largas
–
La reducción de las diferencias entre los sexos
–
El aumento de consumo de carne
–
Períodos de maduración prolongados
–
Aumento de la cooperación social
–
La fabricación de herramientas
Sin
embargo, el estudio sugiere que todos estos rasgos no surgieron
juntos. Por ejemplo, los rasgos humanos fueron apareciendo por
etapas, aquí y allá. Los últimos hallazgos sugieren que las
piernas largas, una característica que antes se consideraba
exclusiva de los humanos, emergieron en antepasados anteriores,
específicamente en el género Australopithecus entre 3 y 4 millones
de años atrás. Más aún, las herramientas de piedra pudieron hacer
nacido antes de originarse el Homo.
El
nuevo estudio, elaborado por las paleoantropólogas, Susan Antón,
autora principal de la Universidad de Nueva York y Leslie Aiello de
la Fundación Wenner-Gren en Nueva York, muestra lo dinámica que ha
sido la evolución, y lo frondosa. El clima, por ejemplo, es otra de
las variables que se tomó en cuenta. Se pensaba que el enfriamiento
global tuvo mucho que ver con la forma en que se evolucionó, sin
embargo, estudios recientes sugieren que el entorno del Homo temprano
pudo haber sido mucho más diverso. Un clima inestable le hizo
compañía a la cuna de la humanidad entre 2.5 a 1.5 millones de años
atrás. El cambiante paisaje impulsó la versatilidad en el linaje
homínino, con un aumento cerebral que a su vez mejoró el talento
para el pensamiento y la vida social.
“Las
condiciones climáticas inestables favorecieron la evolución de las
raíces de la flexibilidad humana en nuestros ancestros”, expresó
otro de los coautores del estudio, Richard Potts, paleoantropólogo y
curador de antropología y director del Programa de Orígenes Humanos
en el Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian. “La
narrativa de la evolución humana que surge de nuestro análisis hace
hincapié en la importancia de la capacidad de adaptación a entornos
cambiantes, (en lugar de adaptarse a uno de los entornos) en el
temprano éxito del género Homo”.
La
alimentación fue otra variable importante. El análisis químico de
fósiles sugiere que los primeros homíninos cambiaron a una dieta
más diversa que incluía más carne y plantas resistentes. Esta
diversidad y las calorías adicionales, junto con el uso de
herramientas y la cooperación social, podrían ayudar a explicar el
aumento en el tamaño corporal promedio observado en los primeros
Homo.
“La
evolución es un complicado arbusto, no una línea recta”, dijo
Aiello.
Y
distintas especies, como Homo erectus, homo habilis y homo
rudolfensis, los que pudieron haber caminado juntos en lo que le
llaman el amanecer de la especie homínina, adquirieron distintos
rasgos en diferentes momentos y frente a paisajes inestables y
cambiantes, indican estos nuevos resultados.
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