La CSJ halló responsable a la Iglesia por los actos de abuso sexual de su sacerdote Luis Enrique Duque quien abusó de dos niños de una familia pobre, que en medio del desplazamiento decidieron aceptar el ofrecimiento del sacerdote de recibir a dos menores para que él los cuidara.
La desafortunada historia, ya narrada por este blog, empezó en el 2007 cuando con sus padres salieron desplazados por la violencia guerrillera que golpeaba al corregimiento Santa Teresa, en Líbano. Este conflicto los llevó al casco urbano del Líbano.
Pocos días después de llegar como desplazados, algunos fieles le aconsejaron a los padres dejar a los niños en la parroquia San Antonio al cuidado del sacerdote Luis Enrique Duque Valencia. Quien según los feligreses, era conocido 'por su buen corazón y trabajo en favor de la población infantil'.
Sin embargo, un día los menores les contaron a sus padres que el cura los 'manoseaba y violaba' en las noches cuando iban a dormir.
"Nos metía a su cama, nos manoseaba y acariciaba", relataron los menores a sus padres.
Sin embargo, tras el vencimiento de términos Duque Valencia salió libre y al poco rato estaba dando misa en la parroquia del 20 de julio, en Ibagué, la capital del departamento del Tolima. Es sumamente curioso como los dirigentes de la Iglesia no tomaron ninguna precaución con este sacerdote después de estar involucrado en una investigación por abuso sexual.
La CSJ señaló en esta decisión sin precedentes que la Iglesia deberá responder a las víctimas por los crímenes cometidos por los sacerdotes, y “tiene la obligación legal de reparar los daños que un clérigo causa a sus feligreses”. Esto significa que la Iglesia Católica deberá responder civilmente por las violaciones cometidas por los monstruos ensotanados.
Por su parte, Monseñor Luis Augusto Castro rechazó la condena. En entrevista dada a RCN Radio, dijo: "Qué sentido tiene una condena a la Iglesia católica y a los católicos de Colombia, qué culpabilidad puede haber por parte de la Iglesia como tal frente a una cosa privada de un individuo... Esto sencillamente es una ofensa para la Iglesia."
Olvida el señor Augusto que la Iglesia opera moviendo a los acusados de violación de una parroquia a otra. Tal como ocurrió con Duque Valencia, quien pasó del Líbano luego a Ibagué. Este modus operandi es el que la Iglesia Católica ha tenido en todo el mundo.
Las razones de la Corte son las siguientes:
“En los eventos de acceso carnal violento o acto sexual abusivo cometidos por sacerdotes, no hay duda de que el autor del delito es responsable penal y civilmente por su acción autónoma; pero puede suceder –y de hecho ocurrió en el caso que se analiza- que el clérigo haya actuado con ocasión de su ministerio, prevalido de su posición de figura pública y respetable, y aprovechando la confianza que los feligreses depositan en la reputación espiritual y moral de su pastor religioso, lo que hace a la diócesis incardinante directamente responsable por las consecuencias civiles de la conducta punible ejecutada por el sacerdote a ella incardinado”Se vienen más sanciones
Lo que quizá más preocupa a la Iglesia Católica colombiana no es este pago, que es de 400 millones de pesos, sino todos los que podrían venir. Según informa el diario El Tiempo "solo en Bogotá, y con corte a febrero pasado, se adelantaban 29 investigaciones a sacerdotes de la Iglesia católica por delitos sexuales. Además, en 2014 el ente investigador recibió 1.463 denuncias por delitos sexuales que al parecer habrían sido cometidos por representantes de diferentes credos."
El caso estadounidense
El escándalo de pederastia en Estados Unidos ha llevado a que muchas diocesis tengan que pagar a sus múltiples víctimas millonarias indemnizaciones.
Entre los años de 1984 y 2003 hubo solamente tres mil casos. De esos solo 37 casos llegaron a juicio en las cortes de Estados Unidos entre 1986 y 2009. La iglesia ha preferido resolver la gran mayoría de los casos fuera de la corte, mediante acuerdos con los abogados de las víctimas.
Como resultado de tales acuerdos la Iglesia Católica ha aceptado pagar $3 mil millones de dólares a una 3600 víctimas de abuso sexual.
Como resultado de tales acuerdos la Iglesia Católica ha aceptado pagar $3 mil millones de dólares a una 3600 víctimas de abuso sexual.
Los montos que ha tenido que pagar la Iglesia en Estados Unidos son: 660 millones de dólares por la Diócesis de Los Ángeles. Allí se encontraron 508 niños abusados por unos 221 sacerdotes.
También en California, la Diócesis de San Diego acordó pagar 198 millones de dólares. Esto la llevó a la quiebra y la Diócesis de Orange, California, con 100 millones de dólares. Por otra parte, la Provincia Jesuita de Oregón se fue a la quiebra tras acordar pagar junto con sus aseguradores unos 166 millones de dólares en compensaciones.
Otras jurisdicciones eclesiásticas que han pagado indemnizaciones han sido la la de Boston, Massachusetts, con 84 millones; Covington, Kentucky, con 79 millones; Wilmington, Delaware, con 77 millones: y la de Portland, Oregón, con 71 millones.
El silencio se rompió en enero de 2002, cuando el periódico The Boston Globe publicó la historia de John Geoghan, un sacerdote con múltiples acusaciones de abuso sexual. A pesar que sus suporiores lo sabían, lo único que decidían en cambiarlo de lugar, lo que tan solo aumentaba las víctimas.
De acuerdo con BishopAccountability.org, hay involucrados entre 1950 y 2013 seis mil cuatrocientos veintisiete sacerdotes. Y según datos de la misma Conferencia Nacional de Obispos Católicos de Estados Unidos hasta 2011 estos sacerdotes habían abusado de 17 mil 259 niños.
Esperamos que este histórico fallo dado por la CSJ sea el inicio de la reparación de las decenas de víctimas que la pederastia, afincada en la Iglesia Católica, ha dejado.
Esperamos que este histórico fallo dado por la CSJ sea el inicio de la reparación de las decenas de víctimas que la pederastia, afincada en la Iglesia Católica, ha dejado.
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