martes, 11 de mayo de 2021

Cristianos no condenan la violencia policial en Colombia

 

El Paro Nacional de 2021 que atraviesa Colombia ha sido ampliamente cubierto por medios nacionales, extranjeros y por los ciudadanos que han registrado actos vandálicos de unos pocos, pero también violencia policial por una respuesta desmedida de la fuerza pública. Respuesta que a la fecha dejan, según la ONG Temblores, 31 muertes a manos de la policía, 1,443 casos de violencia policial y 814 detenciones arbitrarias en contra de manifestantes.

El partido de las iglesias evangélicas, Colombia Justa Libres, en su cara más visible, el pastor John Milton Rodríguez envío un mensaje en vídeo por redes sociales en el que afirmó que “ahora considerando que la Reforma Tributaria ha sido retirada de su trámite en el Congreso, que actualmente no existe ningún trámite de reforma pensional, esto permite clarificar un escenario de confianza para entender que podemos avanzar en un escenario de confianza sin necesidad de acudir a la violencia”, Luego llamó a un diálogo fraternal.

Si bien el llamado al diálogo fraterno es bienvenido y justamente necesario, el discurso del pastor John Milton también es revelador por lo que no dice. Y es que no hay en este comunicado condena alguna por la violencia policial, el uso desproporcionado, que llegó a incluir disparos contra manifestantes, muy bien documentados por vídeos ampliamente difundidos.

En su llamado de oración por la paz, del viernes 7 de mayo, tampoco se escucharon mensajes que condenaron las acciones desproporcionadas de la fuerza pública.

Respecto al sentido pésame expresado por el pastor solo hay un trino por el asesinato del Capitán Solano. “Mi sentido pésame a la familia del capitán Jesús Solano, mi rechazo e indignación con los criminales que acabaron con su vida que todo el peso de la ley caiga sobre estos maleantes. Mi condolencia y solidaridad con la @PoliciaColombia @FuerzasMilCol”

El 30 de mayo hizo un llamado a la Fiscalía “Hago llamado a @FiscaliaCol celeridad para judicializar a responsables de estos atentados contra los bienes públicos y privados.” No hubo entonces ningún mensaje igual por los desmanes del lado de los uniformados.

Similar comportamiento presentó en septiembre de 2020 tras las manifestaciones por exceso de uso de fuerza en Bogotá, que llevaron a la muerte, primero al estudiante de derecho Javier Ordóñez por uso de pistola taser y posteriormente de ocho manifestantes por este hecho.

A finales de septiembre de 2020 publicó:

“Felicito a todos los colombianos de bien, que de manera unida asumieron firmemente el rechazo a los vándalos y delincuentes, los que a través de la violencia, pretendían desastibilizar nuestro país han quedado en vergüenza, apoyemos a @PoliciaColombia y @FuerzasMilCol”

Más atrás en el tiempo, en el Paro nacional de 2019, su reacción fue similar. A pocos días de inicio de ese paro (precursor del de 2021) el pastor John Milton junto con Ricardo Rodríguez de la iglesia Avivamiento, Andrés Corson de El Lugar de Su Presencia, y el senador cristiano Eduardo Emilio Pacheco se reunieron con el presidente Duque, por pedido de este último paraorar por el presidente y el país”. El pastor Corson publicó la foto del encuentro indicando que Fuimos invitados por nuestro presidente a orar por él y por la nación. En primer lugar, te ruego que ores por todos los seres humanos. Pídele a Dios que los ayude; intercede en su favor, y da gracias por ellos. Ora de ese modo por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos tener una vida pacífica y tranquila. 1 Timoteo 2:1-2”.

Tras el encuentro ninguna iglesia se posicionó a favor de las reclamaciones del paro, ni condenó de manera alguna el exceso de la respuesta policial en esas marchas, ni las posteriores.

El día de ayer, domingo 9 de mayo, en medio del supuesto dialogo con toda la sociedad, el presidente Duque repitió el libreto de 2019 reuniéndose con “todas” las iglesias. Un intento más del primer mandatario de ganar tiempo en espera que el paro pierda fuerza mientras no dialoga directamente con los líderes del paro. De las iglesias se escuchó nuevamente el llamado al fin de la violencia, pero faltaron de nuevo la firma condena al exceso de fuerza policial, o pedir que la policía cambié su Fuero Penal, raíz de tanta impunidad en estos lamentables casos.

Reunión del presidente con los líderes religiosos el 9 de mayo de 2021. Se reunió con ellos antes que con los líderes del paro.

Y es que las iglesias poco le pueden reprochar a Duque cuando sus dos partidos políticos, Colombia Justa Libre y el MIRA, son parte del gobierno.  El viceministro para la Participación e Igualdad de Derechos es Carlos Alberto Baena, del MIRA y de la iglesia IDMJI.  La reforma tributaria no tocó, y probablemente no tocará en el futuro a las iglesias, (¿Sabían que en Bogotá la Universidad Nacional y la Distrital pagan impuesto predial y las iglesias no?). Los pastores saben también que a mayor nivel educativo menor afiliación a religiones fundamentalistas, así que tampoco los conviene una ampliación de la educación pública estatal.

Por lo anterior, se explica el silencio de los pastores sobre el abuso policial. Si tan hubieran dicho un 10% de lo usado contra el matrimonio igualitario y al aborto, para denunciar los excesos policiales y recordar el nombre de las víctimas con su nombre, así como lo hacen por los policías fallecidos, habría habido una voz de condena adicional en el país. El epíteto de provida queda reservado si se trata de una gástrula, embrión o feto humano. Pero si se trata de un joven muerto por el ESMAD, no hay pronunciamiento. Por el contrario, hay apoyo a un cuerpo antidisturbios entrenado para combatir guerrillas y con fuero penal militar absolutorio.

El proceso de superación de la violencia es difícil de alcanzar si no se señalan también las violaciones a los derechos humanos que existen también en las fuerzas del Estado, que deberían ser ejemplares en el cumplimiento del derecho internacional humanitario. Ocultar estas atrocidades por tres años por parte del sector evangélico pentecostal no ayudan de manera alguna para alcanzar la reconciliación por la que dicen orar. 

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