miércoles, 30 de septiembre de 2009

¿Descaro o estupidez?

El descaro de la Iglesia Católica para excusar su culpa por la larga tradición de pedofilia entre sus filas parece no tener fin. Hace poco coméntabamos aquí la liviandad frente al escándalo por parte del clero español. Ahora el Vaticano dice que los curas pedófilos son en realidad homosexuales atraidos por adolescentes, y que no son tantos como dicen. La culpa ahora es de la homosexualidad, no de la ICAR.

Como respuesta a las críticas vertidas por Keith Porteous, miembro de la Unión Internacional Humanista y Ética, quien acusó a la Iglesia de tapar los abusos a menores y de violar varios artículos de la Convención de Derechos del Niño, el arzobispo Silvano Tomasi dio una respuesta sin ninguna dosis de autocrítica.

En una declaración emitida tras una reunión del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en Ginebra, Silvano Tomasi, observador permanente del Vaticano ante la ONU, afirmó que: "dentro del clero católico, solo entre el 1,5% y el 5% de los religiosos ha cometido actos de ese tipo". "No se debería hablar de pedofilia sino de homosexuales atraídos por adolescentes. De todos los curas implicados en casos de este tipo, entre el 80% y el 90% pertenecen a la minoría sexual que practica la efebofilia, es decir, los que tienen relaciones con varones de los 11 años a los 17". Añadió el ensotanado.

Esta disculpa tan absurda deja de lado un par de aspectos importantes:

1. La ICAR es culpable por proteger a los curas pedófilos y no entregarlos a la justicia. Su política sistemática de oculatamiento de los hechos hacen, desde el Papa hasta el más humilde cura, son complices de estos crímenes. Poco importa si es un 1% o un 10% el clero pedófilo si la iglesia los encubre como hizo por 60 años en Irlanda.

2. La ICAR al mantener la ridícula idea del celibato -cosa que ni la Biblia aprueba- ya que en el Nuevo Testamento aconseja a los religiosos "ser esposos de una sola mujer, para así dar ejemplo", convierte a los curas en seres a los que su sexualidad se les reprime a la fuerza, dando como resultado, en muchos casos, la pedofilia. En mi opinión la culpa recae más en el celibato que en la homosexualidad de los abusadores. La negación de la sexualidad, algo tan natural en cualquier ser humano, es está si una verdadera conducta antinatura.

Tomasi también intentó suavizar la problemática de la ICAR diciendo que otras iglesias tienen problemas similares o peores: "Igual que la Iglesia católica se ha ocupado de limpiar su propia casa, sería bueno que otras instituciones y autoridades, donde se reportan la mayor parte de los abusos, hagan lo mismo e informen al respecto".

¿Limpiar qué, señor Tomasi? Hasta la fecha no han entregado a ningún cura pederasta a la justicia en los Estados Unidos. Si a lo que se refiere es a la prohibición de recibir seminaristas gay dada en noviembre de 2005, tengo que decirle que eso no es solución a nada. Simplemente es un documento que descalifica al homosexual, lo considera un ser humano de segunda clase, mostrando su hipocrecia cuando dice que la Iglesia no discrimina a los gays y lesbianas. Probablemente el señor Tomasi, se dirige a las iglesia luterana y al sector presbiteriano y anglicano que acepta la ordenación de homosexuales, haciéndoles un reclamo.

El observador ante la ONU y arzobispo rechazó que la responsabilidad principal se dé entre los católicos, y citó estadísticas del periódico Christian Scientist Monitor, que muestran que las iglesias de Estados Unidos más afectadas por los abusos son las protestantes, mientras que en las comunidades judías es también un hecho frecuente. Olvida el señor Tomasi que sumados los casos de todo el mundo la ICAR se lleva todas las palmas, y en ocultamiento aún más. Además es de destacar que la pedofilia es menos común entre las religiones donde los pastores se pueden casar, es decir donde no hay celibato. Hasta donde se, la prensa informa con más frecuencia de casos de abuso de menores por parte de curas católicos que entre pastores protestantes y rabinos.

Las declaraciones de Tomasi una vez llegaron al rabino Joseph Potasnik, jefe de la Junta de Rabinos de Nueva York, declaró que "la tragedia comparada es un camino peligroso de recorrer. Todos tenemos que mirar dentro de nuestras comunidades. El maltrato infantil es pecaminoso y vergonzoso, y debemos expulsar a quienes lo cometan de inmediato".

Estoy de acuerdo con el rabino. Por favor señores vaticanescos entreguen a los pedofilos a la justicia en lugar de estarlos trasladando de parroquia.

Sea oportuno el momento para recomendar a los lectores de este blog el texto "Si no podemos ser castos, seamos cautos" publicado en la página principal de Sindioses.org y que explora la historia de los escándalos del clero romano.

¿Y usted qué opina de las declaraciones de Tomasi? ¿Descaro o estupidez?

2 comentarios:

  1. Descaro... sin dudarlo... La iglesia ya no se corta. Y hacen lo que sea con tal de mentenerse en el poder en la sombra. En cierta manera, recuerdan más a la mafia italiana, que a cualquier religión organizada.

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  2. Cuando veo este tipo de estadísticas estúpidas para justificar la pedofilia de los curas, siempre se me ocurre esta relación:

    El 100% de los curas pedófilos es CATÓLICO. ¡Algo tendrá que ver!

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