viernes, 4 de marzo de 2011

Clero colombiano alborotado por posible fallo que permitiría adopción homoparental

La Corte Costitucional de Colombia estudia una demanda de tutela de una pareja de lesbianas, en la que una de las mujeres solicita poder figurar como madre de la hija biológica de su pareja. La Corte se pronunciará en abril de 2011 y la posibilidad de que el fallo, que haría legal la adopción homoparental, ha levantado ampolla entre la Iglesia Católica y otros conservadores.

Reporte de Dos Manzanas

La iglesia católica carga contra la adopción homoparental

Mientras tanto, la iglesia católica colombiana desarrolla una fuerte campaña en contra de una eventual legalización de la adopción por parejas del mismo sexo.

El vocero de la Conferencia Episcopal de Colombia, Juan Vicente Córdoba, ha arremetido contra la idea de la adopción homoparental afirmando que “la adopción es una figura jurídica que el estado de Colombia tiene para reemplazar a manera de semejanza el hogar de padre y madre”. Monseñor Córdoba hizo además alusión a una encuesta cuyo resultado fue que “el 82 por ciento de los colombianos opinó que no quiere la adopción de niños por parejas del mismo sexo“. “Le dijimos a la Corte que no legisle pensando en las ideas de sus cinco o seis miembros, sino en los 45 millones de colombianos, de los que el 82 por ciento no quiere la adopción (homoparental)”, ha expresado.

Monseñor Córdoba también ha argumentado que "los niños cuando tienen un padre y una madre que no corresponden al sexo de un papá hombre y una mamá mujer, van a tener una dificultad muy grande“. “Algunos pueden crecer sanos pero muchos crecerán homosexuales o bisexuales o tendrán dificultades de identidad para tener vida de pareja", ha añadido.

A la opinión de la iglesia católica se ha sumado, por cierto, el propio embajador de Colombia ante la Santa Sede, César Mauricio Velásquez, según el cual el reconocimiento de la adopción homoparental obligaría a cambiar el concepto de familia. “El criterio de familia es de un hombre, una mujer y un hijo”, ha afirmado.

El Procurador general de Colombia parece un obispo

(Fragmento de Dos Manzanas)

El procurador general de la nación, Alejandro Ordoñez, se ha pronunciado en contra, afirmando que las parejas del mismo sexo no pueden adoptar porque “es contrario al ordenamiento jurídico y al marco constitucional”. “Eso lo he afirmado ante la Corte Constitucional con fundamento en la Constitución, en el marco legal y en los mismos precedentes de la Corte“, ha señalado.

Como es usual entre los homófobos, Ordoñez -de conocidas convicciones católicas- recalcó que su posición es “en defensa de la familia", pero quiso aclarar que su posición no se basa en la Biblia. “Quieren poner en boca de mí lo que yo nunca he dicho (…) Tengo convicciones y nunca las niego pero sólo tengo en cuenta argumentos jurídicos", enfatizó.

Ya con anterioridad nos hemos referido en dosmanzanas a la homofobia de Ordoñez, que en 2004 escribía Hacía el libre desarrollo de nuestra animalidad, un libro en el que califica la homosexualidad como antinatural, irracional y contraria al designio de Dios. “Solo la refundación del orden del derecho en la Divinidad y en el orden natural que de ella dimana podrá conferirle a la ciudad terrena un rostro humano, el carácter de morada habitable para el hombre en su peregrinaje temporal hacia la ciudad de Dios”, puede leerse en dicho libro.

Voces racionales en la prensa colombiana

Fue grato encontrar en la revista Semana una columna de Luz María Duque titulada "Familias homosexuales y homofobias" que muestra argumentos laicos y racionales sobre la adopción homoparental.

Un aparte de esta columna dice:

"Todos los argumentos éticos en contra del matrimonio y la adopción gay demuestran que el problema no está en los homosexuales, sino en los prejuicios en su contra y en la incapacidad de pensar la vida desde la diversidad. Por un lado, la mayoría de los argumentos de oposición son solo un velo que transparenta el llano rechazo a la homosexualidad.

Alegan, por ejemplo, que los niños criados por parejas gay se convertirán en homosexuales, argumento que solo funciona si se supone que la homosexualidad debe ser evitada. Esgrimen débiles argumentos naturalistas como que la única familia digna de reconocimiento es la conformada por hombre y mujer, en tanto solo ellos tienen la capacidad natural de procrear; argumento que no resiste la obvia objeción de que las parejas heterosexuales que no pueden o no quieren procrear no dejan por eso de ser reconocidas como familias.

Prefieren no escuchar cuando se les advierte que la mayoría de los estudios científicos indican que no hay evidencia de que la crianza por una pareja homosexual afecte negativamente el desarrollo de los niños. Dicen que al oponerse al reconocimiento de la adopción únicamente están preocupados por los intereses de los menores, pero ni siquiera por prudencia dejan de pregonar ante aquellos que tienen dos mamás o dos papás que sus familias no son familias, que la relación de quienes cuidan de ellos es anormal, y que la mayoría de las personas en este país rechazan su estilo de vida.

Tampoco se preguntan qué tan bueno es para los menores cerrar opciones de adopción en un país en el que, según las cifras del ICBF, existen cerca de 4500 niños que por razones de edad, etnia, situación de discapacidad o por tener hermanos en la misma condición son de difícil adopción.

Por otro lado, algunos expresan su temor ante los efectos que puede tener para un menor el ser criado por dos mamás o dos papás en un contexto con altos niveles de discriminación social frente a los homosexuales. Tal vez se burlarían de él, o lo rechazarían. Pero, ¿quiénes lo harían? Con esto volvemos al mismo punto: el problema no son los homosexuales, sino los homófobos. Y el único modo de romper el círculo vicioso de la discriminación es eliminando desde ya los factores que lo reproducen."

Invitamos a nuestros lectores a visitar la entrada "La adopción homoparental a la luz de las evidencias refuta a los religiosos homófobos" en donde incluíamos un video con el testimonio de un joven criado en un hogar homoparental.

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