miércoles, 16 de diciembre de 2015

Racionalidad Parcial o por qué personas inteligentes creen cosas estúpidas

Texto de Sergio García Morilla
Publicado inicialmente en Psicosalud

Siempre me ha llamado la atención observar como hombres y mujeres racionales, muchos de ellos de ciencia, creen en cosas irracionales. Médicos y enfermeros que recomiendan homeopatía, psicólogos que hacen reiki o físicos que creen en lo sobrenatural. No podía explicarme como una mente educada puede caer en errores, a veces, tan evidentes. Hasta que en mis prácticas de carrera, en el Hospital Psiquiátrico, mi tutor de aquel entonces me comenzó a hablar de un fenómeno que llamó “racionalidad parcial“.

El concepto hace referencia al hecho de que una persona inteligente puede saber mucho de una cosa o ser muy racional en un área de su vida, pero no necesariamente tiene porque serlo en el resto.

¿A qué se debe esta racionalidad parcial?
Posiblemente no se deba a una única causa, si no a un cúmulo de variables, por ejemplo, educacionales o sociales. Las personas que están sumergidas en una cultura o contexto social tienden a asumir creencias del grupo de pertenencia (las creencias correctas y las incorrectas también). Pero quizás la más importante sean las variables que tienen que ver con los procesos mentales, con cómo procesamos la información.

No olvidemos que una mente sana es aquella cuyo pensamiento se ajusta adecuadamente a la realidad. Por eso la persona conesquizofrenia, que elabora otra realidad totalmente ajena a la del mundo que le rodea, se considera que tiene un trastorno mental grave. No hace falta irse a un extremo, un pensamiento depresivo desvaloriza la realidad o un pensamiento ansioso la vuelve catastrófica. Y sin olvidar como los pensamientos buenrollistas, o superpositivos infravaloran los riesgos reales de una situación creando falsas expectativas.

¿Cómo podemos combatir esa racionalidad parcial?

Es una tarea compleja, aquí van algunas recomendaciones:

Conciencia de que esa racionalidad parcial puede existir. Esto requiere de grandes dosis de humildad y honestidad con nosotros mismos. Reconocer que cometemos errores es una cosa, reconocer que podemos estar cometiendo errores sin darnos cuenta es otra bien distinta.

Disposición al cambio. No solo es suficiente ser conscientes de ello sino tener la intencionalidad de cambiarlo. Esto supone un sobre esfuerzo cognitivo, un poner en duda aquellas cosas de las que sabemos que no tenemos toda la información o dudar al menos si esa información es correcta o completa.

Duda de ti mismo y de tus competencias. No hay nada más sano como esto. No es un síntoma de inseguridad, al contrario, es un síntoma de una mente sana en continuo crecimiento y apertura. Cuando crees que lo sabes todo tienes un problema, una mente dogmática y cerrada no te enriquece ni a ti ni a los demás.

¿Qué más puedo hacer? Aprende a entender el mundo cometiendo los mínimos errores posibles, ¿cómo?, empieza por aquí

Conviértete en un científico. Algo que puede ayudar a esto es el pensamiento científico que se puede alcanzar aplicando elmétodo científico. Cuando hablas de ciencia y método científico la gente tiende a pensar en algo complejo y engorroso y la verdad es que no puede ser más simple y parsimonioso. Es tan sencillo que cualquier niño puede hacerlo:
Cultiva tu espíritu crítico. Edúcate desde el espíritu critico, desde el más sano escepticismo, donde la duda es bienvenida y juega un papel fundamental en el análisis y estudio de la realidad. Una mente crítica, abierta a las posibilidades, escéptica, evita la rigidez que conlleva el dogma y de la visión sesgada de las trampas que nuestra propia mente nos puede hacer.

Mantén a raya las trampas que tu propia mente te tiende. Son estas trampas otro punto importante para entender la racionalidad parcial, los engaños a los que nuestra mente nos somete, los famosos sesgos mentales. Una suerte de pequeños atajos que nuestra mente utiliza para ayudarnos a navegar por un mundo cada vez más complicado. Si no aprendemos a detectarlos y sortearlos nos harán caer en pensamientos o creencias irracionales respecto a nosotros mismos, los demás o el mundo. Su comprensión, cuáles son y cómo operan puede ayudarte a tomar decisiones en tu vida diaria, decisiones importantes en tu salud, en tus relaciones con los demás, en el trabajo, etc. Te ayudará a entender tu propia mente y vivir más acorde con la realidad.

Todo esto no nos garantiza que no cometamos errores en la manera que tenemos de procesar o entender la realidad a nivel global o parcial pero nos ayudará a comprender mejor el mundo en que vivimos donde el exceso de información nos obliga a qué aprendamos a discriminar el polvo de la paja, la buena información de la mala, la evidencia del humo.

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